A las escuelas mayores se va a
estudiar una serie de carreras universitarias, según establece el Sistema,
útiles para que determinados miembros de la humanidad, los más inteligentes e
hijos de familias pudientes, puedan prepararse
para tomar las riendas o gobierno del Mundo. Claro, eso fue alguna
generación anterior porque ahora se ha transformado en un Ente masificado,
donde va a estudiar casi cualquiera con el fin de conseguir así un título y
poder algún día trabajar de lo que fuere; porque sin esa titulación estará
condenado a dirigirse a la Universidad alternativa de la magia y el esoterismo, de la charlatanería y el engaño ¿o no?.
Estudiar por estudiar, en
cualquier Universidad, no sirve para nada si no se tiene más o menos claro de
qué se quiere algún día ejercer. El conocimiento per se de las asignaturas que
se estudian no significa que se esté más preparado para enfrentarse a la Vida.
La Universidad de la Magia y el
Esoterismo es una Universidad caótica, con extrañas reglamentaciones y
asignaturas tan complicadas y difíciles de asimilar como aquellas asignaturas que
pudieran estudiarse en una Universidad clásica. Hay de todo, aunque realmente
sirva de bien poco, como de poco le servirá el cálculo diferencial al estudiante
que luego se dedicará a la política por poner un ejemplo.
La cuestión es que si la deriva
post universitaria del Estudiante se dirige a poner en práctica lo estudiado,
el cálculo diferencial si le servirá, sin embargo al Universitario esotérico no
le servirá nada de lo estudiado porque sus asignaturas son pura superchería.
Claro está, que hablamos del ejercicio de una profesión honesta porque si de lo
que se trata es de vivir del cuento y del engaño, cualquiera de las dos
opciones, la clásica y la alternativa o mágica cumplirán con creces su función.
Cualquier estudiante
Universitario, tras su licenciatura, está capacitado por sus estudios y
conocimiento para, en cualquier conversación lúdica, embelesar a sus
contertulios, no iniciados, con un incomprensible argot que sitúa al ponente en
los altares de la más envidiada y supuesta sapiencia.
En una buena carrera de la
Universidad Alternativa, sus asignaturas bien podrían ser: Historia
alternativa, la Historia jamás contada; pero que podremos encontrar en la
ingente cantidad de libros de realismo fantástico donde se encuentran cientos o
miles de historias alternativas, quizá tan falsas como la propia Historia
Oficial; pero al menos es amena y atrayente, también tenemos la compleja
astrología que podría ser adobada con el estudio del Libro de Toth, el Tarot
adivinatorio, y la Cábala.
Como lenguas e idiomas tendremos
el lenguaje enochiano o de los ángeles y la antiquísima lengua de los pájaros,
antiguo Tebano, conocida por una escasísima minoría. El conocimiento de viejas lenguas
como el griego antiguo, el hebreo y el Sanscrito nos convertiría en verdaderos
doctores en la materia; pero claro, para ello deberíamos seguir paralelamente a
la Carrera alternativa, una carrera clásica en filosofía y letras y de
egiptología si queremos conocer el antiguo lenguaje de los enigmáticos egipcios.
En lugar de la química tendríamos la alquimia que aunque no logremos jamás
transformar el plomo en oro, nos servirá para usar un argot que casi nadie
conoce, lo cual nos dará una especie de poder añadido sobre nuestros semejantes…
Como sucede en toda carrera
universitaria, existen revistas especializadas que deberíamos de leer con
cierta asiduidad si queremos mantenernos al día; algunas, como Mundo
Desconocido, estarán descatalogadas; pero otras como Más allá, Año Cero o Karma
7 creo que todavía pueden encontrarse en el mercado editorial.
Del mismo modo que un Doctorado
en Física cuántica no le servirá de nada a quien lo haya estudiado si no lo va
a ejercer en el Mundo ordinario, así una Carrera en Ciencias ocultas tampoco le
servirá de nada a quien no vaya a ejercerla en el Mundo ordinario, el único que
conocemos y podemos ver.
Un científico podrá ejercer en
los laboratorios de investigación y escribiendo libros de divulgación. Un licenciado
en Magia y esoterismo podrá leer las cartas, levantarnos una carta astrológica y
fardar del falso poder de transformar el plomo en oro o conseguir el elixir de
la larga vida. Evidentmente también pòdrá enriquecerse escribiendo libros incomprensibles e inútiles; pero muy buscados por determinados lectores.
El trabajo del Científico puede
ser de gran utilidad para el conjunto de la humanidad y el del Mago y astrólogo
servirá para que muchas personas puedan salir de su anodina existencia y
adentrarse en un mundo mágico y desconocido que pueda darle algo de sentido a
sus vidas.
Digamos que la diferencia
esencial podría encontrarse en el Título expedido que en el caso de una Carrera
Universitaria Oficial vendrá firmada por el Jefe del Estado, por muy analfabeto
que este fuera, indicando que la Persona en cuestión está preparada para
ejercer de forma oficial determinadas profesiones y el Licenciado alternativo
puede ir a la imprenta de al lado de su casa y hacerse confeccionar un título
rimbombante cuya firma podrá, con toda libertad, falsificar.
Si ambos estudiantes consiguen
vivir de aquello que estudiaron y que tanto tiempo y dinero les supuso, habrán
conseguido su principal objetivo vital.
Ahora bien ¿estamos hablando de
engaña bobos?
Claro, de eso se trata porque el
Maestro Interno vive dentro de nosotros y nuestro médico mental o mejor psicólogo
somos nosotros mismos. Al Místico le sobran tanto lo oficial como lo alternativo, dado que el conocimiento del Libro de la Naturaleza lo lleva en su interior.
Necesitamos a los ingenieros y
arquitectos para construir carreteras y viviendas, centrales eléctricas y otras
cosas necesarias para nuestro vivir cotidiano. Necesitamos a los abogados y
economistas para que nos engañen y para que nos defiendan de los que pretenden
engañarnos; pero ¿para qué necesitamos a un astrólogo o una tarotista? ¿Para
qué sirve un experto en cábala o un afamado alquimista que jamás llegará a
conseguir un lingote de oro?
Como digo yo, el que tiene dinero
puede gastarlo en lo que le venga en gana. Unos se lo gastan en joyas y relojes
caros, otros en vehículos deportivos de alto precio. ¿Por qué no puede tener
derecho a gastarse su dinero aquel que quiere conocer su futuro o hacerse rico
realizando determinadas prácticas mágicas? Pues claro, miradlo de forma
práctica ¿De qué viviría si no el tarotista o la astróloga si nosotros no le
solicitáramos conocer lo que el futuro nos depara? Todo posee el valor que
nosotros le queramos dar pues la psicología la ejercen tanto el psicólogo
profesional como la tarotista que nos pueda echar las cartas y tan filósofo
puede ser un licenciado en filosofía y letras como un experto en cábala y en el
lenguaje enochiano.
Para el verdadero místico, el
buscador iluminado, todo esto no es más que vanidad de vanidades. Cada cual
puede tirar su dinero en lo que le venga en gana, sean estos estudios oficiales
o alternativos sin valor práctico alguno; pero lo mejor sería, en caso de tenerlo, dedicarlo a verdaderas obras de caridad, que hay mucha hambre en el Mundo.
Aralba