miércoles, 31 de octubre de 2012

La Herencia Rosa Cruz en la Francmasonería

 

 


                                                                                                                                                                    1.- ¿Una Reforma dentro de la Reforma?


Una fuerte corriente de influencia en la francmasonería y tal vez la más importante –pues la atraviesa como un rayo luminoso en casi todos sus ritos- es la proveniente de la Hermandad de la Rosa Cruz, cuya irrupción pública se remonta a la Alemania de principios del siglo XVII.

Tal ha sido la influencia de los rosacruces en la francmasonería que, justo es decirlo, no existe rito masónico que no haya incluido en el centro mismo de su doctrina a la herencia rosacruz. Pero nuestro propósito va más allá de señalar al factor rosacruz dentro del vasto campo del ocultismo moderno, sino enmarcarlo –como propone Frances Yates- como puente entre el Renacimiento y la revolución científica, pues la aurora rosacruz ha de reivindicarse, tarde o temprano- como la bisagra, el eje de transición entre el mundo mágico de los grandes filósofos renacentistas y el nacimiento incipiente de la investigación científica tal como se concibe en la actualidad.

Los rosacruces irrumpieron en Europa en pleno siglo XVII, en una época signada por transformaciones profundas, en momentos en que la cristiandad se resquebrajaba en pedazos y Roma perdía el control sobre los vastos territorios septentrionales ganados por los reformistas protestantes. El cisma había separado a Europa, dividiendo el norte del sur. Su comienzo se fija en 1517, un siglo antes de la irrupción de los rosacruces, cuando Martín Lutero, teólogo alemán nacido en 1483, proclama sus famosas 95 propuestas, anunciando la Reforma, en un panfleto clavado en la puerta de la iglesia de Wittemberg.

Lutero estaba escandalizado por las costumbres imperantes en Roma, ciudad en la que había estado en 1510. Retomaba, esta vez con mayor virulencia –y un clima político más favorable- las ideas de Jean Hus, el díscolo rector de la Universidad de Praga que, a principios del siglo XV, denunciara los abusos de la jerarquía romana, los crímenes de simonía y la venta de Indulgencias por parte del clero. Pese al apoyo del Emperador, Hus había tenido que comparecer ante el Concilio de Constanza, que lo declaró hereje y lo condenó a la hoguera.

Pero la situación política había cambiado. A diferencia de Hus, Lutero obtuvo, rápidamente, el apoyo de los príncipes alemanes que veían en esta Reforma llevada contra Roma, un medio para poner límites a la influencia de los Habsburgo, la dinastía católica que reinaba sobre el Imperio Austro-Hungaro, heredero del Sacro Imperio de Carlomagno. A Lutero –afirma Yves-Fred Boisset- no le gustaban los herejes, sin embargo, fue bajo su protección que surgió en Alemania, al principio del siglo XVII -propagándose principalmente en Inglaterra y Holanda- de la clandestinidad, ciertas corrientes  de las que el rosacrucianismo constituiría el punto culminante y la síntesis.[1]

Es por ello que el movimiento rosacruz no puede concebirse sin la influencia humanística del Renacimiento, sin la tragedia espiritual de la Reforma y sin el anhelo de un conjunto de almas nobles que creían en la posibilidad de unificar nuevamente a la raíz espiritual de Europa. Sin embargo, mientras la Reforma protestante es religiosa y política, la Reforma Rosacruz es filosófica, teosófica y mística.

Fue como un nuevo amanecer capaz de evocar a todos los grandes magos del Renacimiento, resucitándolos en el corazón de un portentoso secreto. Nadie, jamás, vio el rostro de los primeros rosacruces, pero fueron ellos quienes reunieron a los espectros de Cornelio Agrippa, Marcillo Ficino, Pico Della Mirándola, Dante y muchos otros nombres del denominado Quatrochento, elevándolos a la categoría de arcontes de la sociedad secreta más romántica de nuestra historia: La Hermandad de la  Rosacruz. A ellos debemos la fusión de tres corrientes que marcaron un hito en la historia del pensamiento: El Hermetismo, la Alquimia y la Cábala, de allí su influencia posterior en todas las órdenes iniciáticas que surcaron el firmamento europeo en los siglos posteriores, pero muy especialmente en la francmasonería. La influencia ejercida por estas corrientes sobre el pensamiento de intelectuales y científicos, dio su impronta a la era de las Utopías, como la que describe Francis Bacon en La Nueva Atlántida, que inspiraría los sueños de la nación americana. Bacon es considerado, por alguna organización rosicruciana, como uno de los Grandes Maestres de la Orden Rosacruz.

2.- Sociedades Secretas y Revolución Científica

Filósofos y científicos, astrónomos y alquimistas, líderes religiosos de la Reforma, aristócratas y monarcas se interesaron en la hermandad y buscaron afanosamente ingresar en ella, o se inquietaron ante un orden desconocido detrás del cual intuían un poder por encima del poder. Cabe preguntarse: ¿Cuál fue ese rol político? ¿Qué razones permiten afirmar que la Hermandad de la Rosa Cruz actuó en el preciso momento en que la Reforma intentaba arrebatarle el control del Sacro Imperio a la potencia habsbúrguica de la Casa de Austria?

Existen razones de peso y un nutrido archivo documental que permiten afirmar que la Hermandad Rosa Cruz no sólo fue una corriente de pensamiento o una Reforma  paralela sustentada en la búsqueda de nuevos horizontes científicos y de fuerte contenido místico. Su expansión en Alemania bajo el control del movimiento luterano y su fuerte posición en contra de Roma y el papado ubican la acción de los rosacruces del siglo XVII en un escenario político tan fascinante como su aspecto esotérico.

¿Existió en verdad una Hermandad Rosa Cruz organizada? ¿O se trató del esfuerzo individual de un conjunto de hombres geniales que habían alcanzado un grado de sabiduría que excedía la media de su tiempo?

A diferencia de sus herederos modernos, los rosacruces del siglo XVII parecen haber carecido de organización; sin embargo una serie de indicios contradice esta teoría y afirma que no sólo estaban unidos por lazos fraternales sino que conformaban un verdadero Colegio, tal como lo anuncian los manifiestos. Yendo aun más lejos, sorprende el hecho de que numerosos investigadores afirmen que la Hermandad, como tal, ya existía en el siglo XV y que se mantuvo oculta hasta llegado el momento de actuar a principios del siglo XVII.

Sea cual fuera el grado de organización, la imagen que ha perdurado respecto del rosacruz de la época de los manifiestos, es la de un sabio citadino, solitario, dedicado a la ciencia, tal como se la entendía en aquel momento –recordemos que en el siglo XVII la palabra química era sólo un sinónimo de alquimia- inmerso en experimentos en torno a las fuerzas elementales de la naturaleza, la transmutación de los metales y la búsqueda de la Piedra Filosofal. Si hubiese que definir un término que simplificara el sentido de su trabajo, diría que el rosacruz de aquella época primigenia es el prototipo del hombre que realiza la Gran Obra y que ese es su principal secreto.

Pero esta afirmación se torna relativa, o al menos parcial, cuando vemos en la lista de los primeros rosacruces a hombres políticos, inmersos en intrigas palaciegas, estrategias militares y utopías diversas. Sabemos que individuos de indudable peso público como Francis Bacon, Robert Fludd y hasta el propio Isaac Newton tuvieron su papel en esta historia y que su protagonismo, lejos de constituir una leyenda, se encuentra ampliamente documentado por los cronistas de la época.


3.- El Colegio Invisible y Los Primeros Manifiestos. La Llama de la Fraternidad y otros libros misteriosos

Si repasamos los nombres que son identificados como los precursores del rosacrucianismo nos encontramos con Paracelso (1493-1541), Jacob Boheme (1575-1624), Baruj Spinoza (1632-¿?), Juan Amneos Commenius (1592- ¿), Giordano Bruno (1548-1600) Robert Fludd (1574-1637), John Dee (1527-1608) etc. Sus trabajos marcan la época de una profunda transformación del conocimiento. Entre los más renombrados, supuestos, rosacruces aparecen las figuras de Isaac Newton, de Francis Bacon y de Elías Ashmole, que no sólo influirán notablemente en el rumbo de la ciencia moderna sino que inspirarán, como el caso de Bacon y su Nueva Atlántida la utopía de una República perfecta que se verá plasmada en el sueño de los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América. Comprenderá el lector porqué razón, el factor rosacruz, resulta ampliamente expuesto en El Símbolo Perdido.  

Todo esto nos permite afirmar que los rosacruces del siglo XVII –sin abandonar su devoción por los grandes exponentes del pensamiento mágico renacentista- traccionan, impulsan y conducen a la sociedad hacia un futuro que ellos mismos están creando a través de la ciencia experimental y la política. Vale la pena detenerse en este concepto: Al generar un nuevo método de acceso al conocimiento y al inspirar un nuevo modelo de organización política, estos hombres, mezcla de místicos y científicos, crean, literalmente, el futuro. Remarcamos esta afirmación porque no debe pasar desapercibida al lector.

En El otro Imperio Cristiano[2], hemos hablado extensamente de los manifiestos rosacruces. En el año 1614 Alemania se vio sacudidas por la publicación de un libro. En la ciudad de Cassel, editada por Wessel, vio la luz la primera edición de la Fama Fraternitatis (La llama de la Fraternidad) y con ella irrumpió en el mundo un nuevo mito: La Hermandad de la Rosa Cruz. Esta nueva cofradía, supuestamente integrada por adeptos capaces de curar, de dominar a las fuerzas de la naturaleza y de poseer los antiguos secretos de las escuelas de Oriente, se presentaba ante el mundo luego de haber permanecido en secreto durante siglos. El manifiesto sugería que había llegado la hora de que la hermandad se diera a conocer e hiciese público su objetivo.  Europa, sacudida por las guerras de religión y fascinada por el redescubrimiento de las antiguas filosofías, la recibió con expectativa y no poca ingenuidad.

La primera parte del manifiesto está dedicada a un análisis de la situación del mundo y al planteo de una reforma general en el orden religioso, político y social. Se sostiene que las iglesias ya no son el marco excluyente de la salvación sino que ésta es consecuencia del esfuerzo individual, de la purificación del corazón y de un impulso de naturaleza mística. Establece puntos de encuentro entre la antigua tradición judía, ...la que heredó Adán después de la caída y que practicaron Moisés y Salomón... y las doctrinas esotéricas del mundo clásico: ...Lo que establecieron Platón, Aristóteles o Pitágoras; lo que confirmaron Henoch, Abraham, Moisés y Salomón; allí donde la Biblia coincide con el Libro de las Maravillas... Los rosacruces ofrecían al mundo moderno un reservorio único de la Sabiduría Antigua… Luego trata acerca de la organización de la Fraternidad y describe la historia de su fundador, quien es presentado en un principio sólo con las iniciales C. R.

La leyenda pretende que este misterioso personaje nació en 1378 en Alemania. Su familia era de origen noble pero muy pobre, por cuanto a la edad de cuatro años fue entregado a una abadía en la que recibió una buena educación y aprendió las lenguas antiguas. A los dieciséis años partió a Palestina, acompañado de una suerte de tutor, pero éste muere en Chipre, momento en que Christian Rosenkreutz –tal el nombre de nuestro peregrino- decide continuar su viaje en soledad. Enfermo, llega a Arabia, en donde recibe un conocimiento arcaico de sabios árabes. Estos hombres, que aparentemente lo estaban esperando, le comunican los secretos de la naturaleza y de las ciencias y le permitieron traducir al latín el misterioso libro M.

Luego emprende un viaje por el golfo arábigo y recala en Egipto; recorre el mediterráneo hasta llegar a la ciudad de Fez, en Marruecos, donde ciertos “habitantes elementales” le encomiendan la misión de transmitir la sabiduría recibida durante su largo viaje y fundar una sociedad secreta. Pasa a España y luego se retira del mundo durante cinco años. Finalmente, se hace de tres fieles discípulos de los que sólo sabemos sus iniciales Estos le juran fidelidad y redactan una serie de conocimientos según el dictado de su maestro.

Un año después de aparecida la Fama Fraternitatis, fue publicada una segunda obra llamada Confessio. Apareció simultáneamente en Cassel y Frankfort. A poco de comenzar el texto, el autor asume la defensa de la hermandad y lanza un ataque frontal contra la Iglesia Católica y el Papa. Reivindica el cumplimiento de lo establecido en la Fama Fraternitatis como medio de salvación. Anuncia la aparición de nuevas estrellas en las constelaciones de Orión y el Cisne, signos vigorosos de acontecimientos nuevos e importantes... y describe la existencia de una escritura secreta de carácter extraordinario pero incomparable con la lengua de nuestro primer padre Adan, ni tampoco con la de Henoch, ya que todas ellas están sepultadas bajo la confusión babilónica...

Se introducen aquí dos elementos que serán asimilados rápidamente por la tradición iniciática occidental: la existencia de un conocimiento antediluviano vinculado a Henoch y la misteriosa existencia de una  palabra perdida. Ambos temas, de trascendental importancia en todas las sociedades esotéricas modernas.

El tercero y último de los manifiestos rosacruces alemanes, Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz apareció en Estrasburgo en 1616 y es de naturaleza diferente a la de los dos anteriores. Describe un episodio sucedido en la vida del personaje cuando ya era un anciano. A lo largo de siete jornadas es sometido a una serie de duras pruebas, tanto de naturaleza física como espiritual, que sirven de marco para desplegar un complejo sistema de símbolos vinculados a la alquimia.

Sobre el autor de estos tres documentos se han suscitado toda clase de conjeturas; sin embargo la más firme parece ser la que los atribuye al alquimista y filósofo alemán Valentín Andreae, líder de la ortodoxia luterana, nacido en la ciudad de Harremberg en 1586 y muerto en 1654. Su padre era un pastor luterano y su tío Jacob un célebre teólogo a quien se llegó a llamar el segundo Lutero. El clima anticatólico de los documentos en cuestión se explica, en parte, por esta filiación.

De su vida se sabe que estudió en Tubingia y que fue uno de los más sabios hombres de su tiempo, adquiriendo un profundo conocimiento de las ciencias y de las lenguas clásicas. Su apego al estudio era tal que, en más de una ocasión, su salud corrió serio peligro a causa del esfuerzo que realizaba. Viajó por gran parte de Europa y tomó contacto con muchas de las sociedades secretas que por entonces florecían en las grandes ciudades. Él mismo llegó a sugerir que era el autor de tales documentos, sin embargo, lamentablemente, muchos creyeron a pies juntilla la historia de Christian Rosenkreutz y entonces, lo que había sido imaginado como una alegoría, se convirtió en un torrente de órdenes y fraternidades rosacruces cuya saga no termina aún a cuatro siglos de su aparición. Francis Yates va más lejos y afirma que Valentin Andreae hizo grandes esfuerzos para dejar bien sentado que Cristian Rosenkreutz y su fraternidad eran ficticios. Pero como ya hemos dicho, nada más efectivo que la negativa de un secreto para que éste se vea reafirmado de inmediato.[3]

4.- Los Rosacruces en Inglaterra

En Inglaterra la aparición de los tres manifiestos rosacruces produjo un gran revuelo a causa del clima que se vivía como consecuencia de las guerras que libraban católicos y protestantes. En medio de la polémica, Fludd salió en defensa de la fraternidad y, de paso, solicitó ser admitido en ella. Si a John Dee se le atribuye haber introducido la cábala cristiana en Inglaterra, fue sin dudas Fludd el hombre que contribuyó a expandir las doctrinas rosacruces.

Ambas escuelas (cábala y rosacrucianismo) se complementarían en Inglaterra y, juntas, producirían profundas influencias en la francmasonería y otras órdenes creadas con posterioridad. Afirma Francis Yates que la filosofía de la cábala cristiana es sumamente afín a la filosofía rosacruz, tal como la formulan los manifiestos rosacruces y Robert Fludd. Para Yates, es posible comprender mejor el fenómeno rosacruz si se lo relaciona con la cábala cristiana introducida en Inglaterra en tiempos de Isabel I.[4]

En 1617, Robert Fludd publicó en Inglaterra un tratado en el que defendía la seriedad de la sociedad de los rosacruces y muchos creen que fue él quien introdujo las ideas rosacruces en la francmasonería inglesa.[5]

Se cree que Fludd tuvo un vínculo estrecho con Iñigo Jones –Gran Maestre de los masones de Londres- y que participó del círculo más íntimo de la dinastía Estuardo en sus comienzos. Desde allí impulsó el rosacrucianismo francmasónico cuya expresión más cabal sería recogida por la tradición escocesa estuardista y daría nacimiento al grado de Caballero Rosacruz.

De lo expuesto hasta aquí resalta que, desde la aparición de la Fama Fraternitatis hasta la pegatina de carteles de París, tiempo en el que transcurrieron apenas ocho años, los autores de estos manifiestos provocaron la agitación de los círculos intelectuales de Europa.

5.- La Represión y el Silencio antes de la Tormenta Rosacruz

Los primeros manifiestos rosacruces continuaron imprimiéndose frenéticamente hasta fines de la segunda década. Fue entonces cuando, bruscamente, se dejó de producir literatura rosacruz, que fue suprimida como consecuencia del derrocamiento del Elector Palatino de Bohemia y de la conquista de este reino y del Palatinado por parte de los ejércitos católicos. Luego de la tragedia de Praga, la situación política y el peso restaurado de la Iglesia Católica llevaron a los rosacruces a un prudente silencio. Pero no tardarían en abrir un nuevo frente y lo harían de manera espectacular.

En agosto de 1623, la ciudad de París amaneció empapelada con un manifiesto que provenía, supuestamente, del corazón de la Hermandad de la Rosa Cruz. Se desató la tormenta.

La proclama causó inquietud en la población, inquietud que pronto se convertiría en pánico cuando algunas publicaciones no dudaron en relacionar a los rosacruces con la hechicería, la nigromancia y los pactos con el demonio. El temor surgió en el momento menos esperado, cuando el reino comenzaba a pacificarse a consecuencia de la brutal represión católica.

Yates menciona entre las causas del pánico a una obra anónima, editada inmediatamente con el impactante título de Horribles pactos hechos por el Diablo con los Invisibles. En ella se exponía otra versión de los famosos anuncios y se afirmaba que el Colegio Invisible estaba constituido por treinta y seis sabios, distribuidos en el mundo en grupos de seis. Afirmaba que habían celebrado una asamblea en Lyon –en vísperas del Gran Shabat- en la que  habían decidido enviar a seis de ellos a París. Para espanto del público, el líbelo rebelaba que en plena asamblea se había presentado el Príncipe de las Tinieblas, en persona, ofreciéndoles todo tipo de poderes a cambio de que abjurasen de la fe cristiana.

Afirma Yates que la edición de este libro tuvo por objeto convertir a los rosacruces en infames hechiceros, sembrando el terror entre los parisinos y provocando la persecución.[6]

Un segundo manifiesto aparecería poco después en la ciudad. El clero, inquieto, se encontraba incapaz de dar con los autores. Tanto la jerarquía de la Iglesia Católica como del Estado estaban al tanto de la cuestión rosacruz en Alemania. Sin embargo, la metodología empleada en Francia –los carteles en las calles- había resultado mucho más audaz que la circulación restringida de los manuscritos. De este modo se había provocado la inquietud pública que fue definida como un huracán de rumores por el cronista Gabriel Nandé.

Los testimonios de Nandé y del jesuita Francoise Garasse, constituyen documentos importantísimos para comprender lo que ocurría en torno a la irrupción del Colegio Invisible, pues ambos publicaron obras sobre el tema, testimoniaron la situación y contribuyeron a formar opinión sobre la misteriosa hermandad. A esta altura del relato, el lector entenderá que los rosacruces han sido algo más que un hecho curiosos de la historia.

Respecto de los carteles, Yves-Fred Boisset[7] y Francis Yates[8] coinciden en que la primera reacción del la Iglesia fue atribuirlo a una farsa estudiantil, mientras que las autoridades civiles pensaban en una provocación de los jesuitas. A causa de esta confusión, fueron a buscar al joven erudito Gabriel Nandé, historiador y bibliógrafo que llegaría a ser bibliotecario del cardenal Richelieu y de Mazarin. Inmediatamente confirmó que venía estudiando  a la misteriosa sociedad alemana de la Rosa Cruz.

Publicó inmediatamente un libro titulado Instrucciones a Francia sobre la verdad de los hermanos de la Rosa Cruz, en el que denunciaba que los carteles tenían como objetivo la desestabilización del reino, que habiéndose propagado recientemente en Alemania, la hermandad llegaba ahora a Francia y que la nómina de los autores que reunían sus enseñanzas incluía a Fludd, Dee, Trithemius, Giorgi, de la Candele, Postus de Tirad, Bruno, Llul, Parcelso etc. Es el increíble relato de Nandé el que corrobora el impulso vital de los rosacruces y de su influencia.

Nandé expone la enorme influencia que han tenido la Fama y la Confessio y demuestra conocer algunas de las obras del médico y alquimista Michael Maier (1568-1622). Según Nandé la Fama había causado gran impresión en Francia, despertando esperanzas de que estuviese a punto de ocurrir un nuevo avance de la ciencia. Habla del descubrimiento de Nuevos Mundos, de la invención del cañón, de la brújula, del reloj y de los cambios que hubo en la religión, en la medicina y en la astrología. Los rosacruces –tal como los ve Nandé- traen una nueva Edad de conocimientos.

Habla de Ticho Brae, de Galileo y sus nuevos anteojos (el telescopio) y de la inminente instauración o renovación de las ciencias que prometen las Escrituras. Esto último –coincidimos con Yates- se acerca mucho a los ideales de Francis Bacon y su Nueva Atlántida. Muchas de estas tradiciones quedaron incorporadas en los rituales de la francmasonería.


6.- Los rosacruces y su influencia en la francmasonería

En trabajos anteriores nos hemos referido extensamente a la influencia rosacruz en el mundo masónico. Citaremos aquí los aspectos esenciales. La primera referencia indirecta de la relación entre rosacruces y masones aparece en un poema editado en Edimburgo en 1638, que en una de sus estrofas dice:

            Porque somos hermanos de la Rosa Cruz
            Tenemos la palabra del masón y una segunda vista,
            Podemos predecir correctamente las cosas que vendrán...

Aunque confuso, el texto parece referirse a los poderes mágicos de los rosacruces, entre los que aparece la palabra del masón. Ya hemos visto que en la masonería primitiva se menciona la pérdida del idioma original, circunstancia que aparece reiteradamente en el simbolismo masónico moderno y que se encuentra también en la cábala hebrea. Pero es en el grado 18° del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en donde esta cuestión aparece con más claridad.

En la apertura de los trabajos, los vigilantes anuncian a los caballeros: Venimos a buscar la palabra perdida y con vuestra ayuda esperamos encontrarla... Gran parte de la ceremonia de ascenso a este grado gira en torno de esa búsqueda y su punto culminante es su hallazgo. Los trabajos se cierran a la hora en que ...la palabra sagrada fue hallada, cuando la piedra cúbica se transformó en rosa mística...

También en el Rito de Kilwinning –uno de los más antiguos- aparece la piedra cúbica sobre la que se coloca una rosa marchita. De igual modo que en el rito anterior, los caballeros lamentan la destrucción del Templo y marchan a un lugar desolado y oscuro en busca de la palabra perdida. Un antiguo ritual de 1887 dice que cuando la palabra perdida ha sido encontrada, ...el hombre recobra los derechos de su antiguo origen y la naturaleza se yergue...[9]

Es posible que esta tradición ya estuviese presente en la masonería inglesa a la llegada de los manifiestos rosacruces y que las tradiciones referentes a la pérdida de la palabra sagrada fueran introducidas con anterioridad por los cabalistas cristianos, de modo que las primeras sociedades rosacruces creadas en Inglaterra encontraron la “palabra del masón” en coincidencia con su propia tradición.

El primer documento impreso que prueba el vínculo entre masones y rosacruces es un opúsculo masónico del año 1676 que dice: ...Se avisa que la Asociación Moderna del Listón Verde, junto con la Antigua Hermandad de la Rosa Cruz, de los Adeptos Herméticos y de los Masones Aceptados, tienen la intención de cenar todos juntos el próximo 31 de noviembre...[10]

Treinta años antes, un hombre estrechamente vinculado al movimiento rosacruz, Elías Ashmole (1617-1692) era iniciado en la región del Lancashire: El propio Ashmole describe en su diario personal que fue admitido a una logia masónica en Warrington el 16 de octubre de 1646, en el que agrega una lista de personas iniciadas en la misma época.

Este testimonio es de enorme valor por cuanto es considerado el más antiguo documento privado que describe las circunstancias de la iniciación de un individuo en la francmasonería. Y no se trata de cualquier individuo. Ashmole fue un anticuario que coleccionó antiguos manuscritos y dedicó su vida al estudio de la cábala, la alquimia y la astrología. Fue uno de los 114 miembros fundadores de la Real Sociedad y en su colección de documentos puede hallarse una traducción al inglés –hecha de su puño y letra- de los tres manifiestos rosacruces alemanes. No sólo eso: Ashmole guardó una copia de una carta dirigida a los muy iluminados Hermanos de la Rosa Cruz solicitando ser admitido en la sociedad. Yates cree que esta carta fue un “acto privado” una suerte de plegaria que en realidad no estaba dirigida a nadie en particular.[11] Otros creen, por el contrario, que Ashmole formó parte del nutrido grupo de rosacruces que integraron la Real Sociedad entre los que también se encontrarían Isaac Newton y Jean Theophile Désaguliers, cuyo papel en la fundación de la Gran Logia de Londres en 1717 lo ha convertido en uno de los padres de la masonería moderna.

Este conjunto de tradiciones, que hemos tratado de describir de manera ordenada, convergen finalmente en la leyendas masónicas. Podría decirse que toda la doctrina masónica está contenida en las leyendas que dan vida a cada grado y que estas son trasmitidas en el seno de las logias y los capítulos, en la Casa del Templo; en el templo que ha tomado como modelo al más famoso de nuestra tradición: El Templo de Jerusalén.


[1] Boisset, Yves-Fred;  La Reforma Paralela, Historia del Movimiento Rosacruz del siglo XVII, (GEIMME; Boletín 7, Madrid, 2006) pag. 220
[2] Callaey, ob.cit. Cap. VII, La Tradición Iniciática y la Francmasonería.
[3] Yates, Frances; “El Iluminismo Rosacruz” (México, Fondo de Cultura Económica 2001) p. 255
[4] Yates, Frances; “La filosofía oculta en la época isabelina” p. 263
[5] Godwin, Joscelyn; “Robert Fludd, Claves para una teología del Universo”  (Madrid, Editorial Swan 1987) p. 24
[6] Yates, ib. Pag. 133
[7] Boisset, Yves-Fred
[8] Ob. cit. ibidem.

martes, 30 de octubre de 2012

El maniqueísmo

Supuesto retrato de Mani

Pedro David Caselles Pérez


Orígenes
Manes (210276 aproximadamente) fundó esta religión. Su libro sagrado se llamaba Arzhang y lo enriqueció con ilustraciones, con lo que se ganó el sobrenombre de “El Pintor”. Con el fin de proteger a su obra de la falsificación y asegurarla contra el olvido, Manes le concedió mucha importancia al hecho de de mantener un registro escrito de su sistema doctrinal. Con esto esperaba superar a sus predecesores, los profetas anteriores y los fundadores de religiones, quienes en su opinión no habían compuesto obras de motu propio y cuyo mensaje, por lo tanto, sólo había sido transmitido en parte. Con este propósito desarrolló una nueva y práctica escritura y compuso una serie de obras para ser reproducidas y copiadas, dando una gran importancia a este hecho. Si hacemos caso de las anotaciones biográficas de Ibn anNadim y alBiruni, debemos suponer que Manes comenzó a predicar a una muy temprana edad. Recibió una revelación divina de un espíritu, al que más tarde llamó su Gemelo, su Syszygos (doble, ángel protector o 'yo divino'). Este espíritu le enseñó la verdad divina, a partir de la cual desarrollaría la religión maniquea. Su “gemelo divino” o “yo verdadero” llevó a Manes a ser un “gnóstico”: alguien con un conocimiento divino y una mirada liberadora de las cosas. Proclamó ser el “Paráclito de la Verdad”, como se prometió en el Nuevo Testamento.

Mientras el maniqueísmo se extendía por el mundo, la grandes grupos religiosos existentes como el cristianismo y el zoroastrismo competían por obtener un mayor poder político y social. Aunque tenía menos adeptos que estos grupos, el maniqueísmo se ganó el apoyo de varias figuras políticas de alto rango. Con la ayuda del Imperio Persa, Manes inició expediciones misioneras. Después fracasó al intentar ganarse a la siguiente generación y se granjeó el rechazo del clero zoroástrico. Se cree que Manes murió esperando la ejecución por parte del emperador persa Bahram I. Su muerte está fechada en 276 o 277.

En 1969 la Universidad de Colonia adquirió un minúsculo códice a través de unos comerciantes de antigüedades egipcios. Este manuscrito contiene una transcripción al griego de un texto que describe la vida de Manes. Este texto es en la actualidad la principal fuente de conocimiento acerca de una de las más influyentes religiones del pasado.
Monjes maniquéos

Teología
La característica principal del maniqueísmo es el dualismo. Manes distinguió dos naturalezas existentes desde el principio de los tiempos: luz (Ormuz) y oscuridad (Ahrimán). El reino de la luz vivía en paz, mientras que el de la oscuridad se debatía en una lucha constante consigo mismo. El universo es el resultado temporal de un ataque al reino de la luz por parte del de las tinieblas, y fue creado por el Espíritu de la vida, que surgió del reino de la luz producto de su mezcla con el de las tinieblas.

Los maniqueos realizaron muchos esfuerzos para incluir todas las tradiciones religiosas en su fe. Como resultado de este esfuerzo, conservaron muchas obras cristianas apócrifas, como el Evangelio de Tomás que de otra forma se habría perdido. Manes se mostraba como “discípulo de Jesucristo”, pero la primitiva Iglesia lo rechazaba por herético. Manes se declaraba (y también otros se refirieron a él) como el Paráclito, el Mesías predecido y la realización de todas las religiones. Para los maniqueos Jesús era el Hijo de Dios, pero que había venido a la tierra a salvar su propia alma. Jesús, Buda y otras muchas figuras religiosas habían sido enviadas a la humanidad para ayudarla en su liberación espiritual.

En el sistema de Manes, la figura de Jesús era desmenuzada en varias figuras individuales: “Jesús el luminoso” como figura celestial de revelación, y sufre solo en apariencia (la crucifixión es simbólica más que real), “Jesús el sufriente”, símbolo de las partículas de luz sufrientes. También recoge el maniqueísmo tradiciones budistas. La transmigración de las almas se convirtió en una creencia maniquea. También la estructura de la comunidad de Manes dividida en cuatro partes (monjes y creyentes, separados a su vez por sexos) era de influencia budista.

En práctica, el maniqueísmo niega la responsabilidad humana por los males que cometidos porque cree que no son producto de la libre voluntad sino del dominio de Satanás sobre nuestra vida. Expansión La nueva religión se mostraba a si misma como una ideología apropiada para el Imperio Persa, que de esta forma conseguía dejar de lado a la omnipotente casta sacerdotal zoroástrica de los Magos. De esta forma, Manes es capaz de predicar sus enseñanzas sin oposición, enviando sus discípulos en varias direcciones. “He sembrado el grano de la vida, de este a oeste; como puedes ver mi esperanza ha ido hacia el este del mundo y hacia todas las regiones de la tierra. Ninguno de los apóstoles hizo esto...”(Kephalaia, p.16).”


El maniqueísmo se extendió rápidamente hacia oriente y occidente. Alcanzó Roma por medio del apóstol Psattiq hacia el año 280 de nuestra era, habiendo pasado antes por Egipto en 244 y 251. La fe maniquea floreció en la zona de Fayum en Egipto en 290. Hacia el 300 la “enseñanza de la luz” puede ser encontrada en Siria, norte de Arabia, Egipto y norte de África, donde incorporó a Agustín de Hipona del 373 al 382. Se fundaron monasterios maniqueos en Roma en el año 312, durante el pontificado católico de Miltiades. En el 354, Hilario de Poitiers escribió que el maniqueísmo se había hecho fuerte en el Sur de Francia.

La fe maniquea fue ampliamente perseguida. En el año 291 la persecución en el Imperio Persa se recrudeció con el asesinato del apóstol Sisin por parte de Bahram II y el destierro de muchos maniqueos. En el 296 Diocleciano decretó contra los maniqueos: “Ordeno que su sus organizadores y líderes sean condenados a la pena capital y condenados al fuego con sus abominables escrituras”. Como resultado de este decreto muchos maniqueos sufrieron el martirio en Egipto y el norte de África. En el año 381 los cristianos solicitaron a Teodosio I la abolición de los derechos civiles de los Maniqueos. Éste ordenó la muerte de los monjes Maniqueos en 382.

La fe mantuvo una esporádica e intermitente existencia en occidente (Mesopotamia, África, Península Ibérica, Francia, norte de Italia, Balcanes) durante los siguientes 1000 años, y floreció por un tiempo en su lugar de origen (Persia) y aun más allá en el oriente: Norte de la India, Oeste de China, el Tibet, donde el grueso de la población siguió sus principios hasta el momento de su desaparición en el siglo XIII. La religión fue adoptada por Bugug Khan y fue la religión oficial hasta la invasión de los mongoles 500 años después. Se expandió hacia el este por las rutas de comercio, alcanzando lugares tan alejados como Chang'an, la capital de la dinastía Tang en China. Se ha documentado que en el siglo IX el Califa Ma'mum toleró una comunidad maniquea.
Expansión del maniqueismo

Maniqueísmo y cristianismo
Cuando los cristianos contactaron con la fe maniquea, ésta fue tachada de herejía, entre otras cosas por provenir del área gnóstica de Persia. Agustín de Hipona fue maniqueo. Según contó en sus Ilustración 2: Difusión del Maniqueísmo Confesiones de San Agustín después de ocho años de profesar el maniqueísmo se convirtió en cristiano ortodoxo y en enemigo de la religión de Manes.

En la actualidad se debate cuanto influyó el maniqueísmo en el cristianismo. El hecho de que San Agustín hubiese sido maniqueo antes que cristiano da lugar a que nos preguntemos cuan influido estaba éste y sus escritos por la religión de Manes. Si tenemos en cuenta la importancia de los escritos del obispo de Hipona en la posterior evolución del cristianismo es fácil pensar que el maniqueísmo ha tenido una gran relevancia en la historia del cristianismo.

Se ha sugerido por parte de algunos autores que los Bogomiles, Paulicianos y Cátaros estaban fuertemente influídos por los maniqueos. De todas formas, no quedan registros del ritual o doctrina de los Cátaros ni de los Bogomiles, y la carga de filosofía maniquea en ellos fue medida por sus contemporáneos ortodoxos. Estas sectas eran sin duda dualistas y afirmaban que el el mundo era obra de un demiurgo de origen satánico. Si este dualismo es de influencia maniquea o no lo es es imposible determinar. Parece que los cátaros adoptaron los principios maniqueos de la organización eclesiástica, pero nada más. Prisciliano y sus seguidores trataron de aportar al cristianismo lo que ellos consideraban valioso del maniqueísmo.

Las sectas y sus técnicas de control mental





Es importante recordarle con frecuencia a la juventud, padres de familia, maestros y líderes, sobre la necesidad de estar prevenido contra las sectas y otros grupos que utilizan técnicas de control mental, a los que en conjunto yo les llamo grupos esclavistas.

Los grupos esclavistas tienen como método primario la eliminación de la habilidad de razonar y tomar decisiones, mediante el uso de técnicas de adormecimiento mental, corporal y social que convertirán a sus miembros en instrumentos dispuestos a ejecutar órdenes y a sacrificarse por las causas del grupo.

Los grupos esclavistas quieren individuos inseguros, entregados y orgullosos tan solo de su pertenencia y fidelidad al grupo.


Existen muchos grupos esclavistas, pero el proceso de diagnóstico se complica porque muchos de ellos tienen objetivos que podrían ser aplaudidos por la mayoría de nosotros: algunos realizan labor social, o educativa, e inclusive cuentan con la aprobación de instituciones religiosas reconocidas y, en ocasiones, no todos los miembros del grupo son sometidos a los mismos procedimientos de control mental. De ahí que los objetivos explícitos no son necesariamente un indicador para determinar si el grupo actúa como grupo esclavista. Sin embargo, la presencia de las características siguientes nos puede alertar con respecto a la verdadera naturaleza del grupo: 



ETAPA DE ENAMORAMIENTO

  • El grupo lanza un anzuelo: un objetivo importante, gente y ambiente con cualidades agradables.
  • Se inicia el proceso de lavado cerebral (grupos de formación, círculos de amistad, etc.) sin requerir todavía decisiones o compromisos radicales.



ETAPA DE CRISIS



  • Cuando alguien se identifica con los objetivos del grupo, le provocan la crisis vocacional donde le convencen que tiene vocación o un llamado divino a dedicarse a promover los objetivos del grupo. 


SE ABRE LA CAJA DE PANDORA, LENTAMENTE


  • Luego de comprometerse, le informan que tendrá que someterse a ciertos procesos de formación para miembros que le trasmitirán el espíritu del grupo. Sin saberlo, usted será sometido a:




1) Técnicas de Adormecimiento Mental


  • El líder y el grupo son, aparte de infalibles, lo más importante.
  • Cuestionar, dudar y desobedecer a los líderes del grupo es mal espíritu y hay ciertas penalidades para quienes lo hacen.
  • Le convencen que sus limitaciones intelectuales y emocionales son infinitas y no debe confiar en su habilidad de razonar y tomar decisiones.
  • Debe asistir a todas las actividades de formación (lavado cerebral) donde se le comunicará el maravilloso espíritu del grupo.
  • Debe pedir permiso antes de leer un libro o inocularse si el libro es peligroso o atenta contra el grupo o sus principios.
  • Sus publicaciones importantes (la suyas) deberán ser revisadas por los líderes para determinar si proyectan el espíritu del grupo.
  • Si su nueva vida le provoca ansiedad o duda, debe meditar, rezar, cantar y repetir frases que le recuerden los objetivos del grupo, que alaben al fundador, y que de paso le quiten los malos pensamientos.
  • Si algún día decide abandonar o traicionar al grupo se expondría a ser un infeliz y a otras graves consecuencias.



2) Técnicas de adormecimiento social 


  • Debe abandonar las metas personales y actividades del pasado e ir dedicando todo su tiempo a perseguir los objetivos del grupo.
  • Como resultado de su buen espíritu sus padres y viejos amigos ya no deberían ser tan importantes. Con ello el grupo pretende que elimine los grupos de referencia anteriores.
  • También como parte del buen espíritu su correspondencia será revisada.
  • Debe vivir con el grupo para facilitar el proceso de formación, aislándose de influencias negativas.
  • Debe hacer crecer la familia, conseguir nuevos miembros (hijos espirituales que mitiguen sus instintos paternales).



3) Técnicas de adormecimiento corporal


  • Debe mortificar su cuerpo, ayunar, levantarse a media noche o de madrugada, dormir en sitios incómodos, bañarse con agua fría, etc.

  • Debe entregar una buena parte o todo su salario al grupo y utilizar tan sólo el dinero y los bienes que el grupo le ofrece o le autorice. 

    El proceso de alienación, despersonalización y anulación alcanzará su apogeo y el nuevo miembro estará listo para ejecutar fielmente los objetivos del grupo. A medida que se aclimate y, como los perros de Pavlov, aprenda a controlar su mente, su cuerpo y los grupos de referencia, estará en la mejor disposición de aceptar los nuevos preceptos.
¿Quién está expuesto a los grupos esclavistas?


Cualquier alma buena, pero “la captación sectaria -nos dice el periodista español Pepe Rodríguez en su libro El Poder de las Sectas- adquiere su máxima rentabilidad cuando los sujetos o colectivos abordados están inmersos en situaciones que, en sentido amplio, definiremos como riesgo.”  Pepe Rodríguez relata que en un estudio realizado por la Comisión Interministerial para la Juventud en España, se encontró que los miembros de grupos esclavistas tenían características comunes: “Psicosocialmente, se caracterizan por su religiosidad, trascendencia y atracción por lo sobrenatural; su dependencia, deseo de pertenencia y tendencia a la afiliación y al compromiso; su atracción por la autoridad, jerarquización y "maniqueísmo???"; sus carencias afectivas, soledad y elevada emocionalidad; su dificultad para participar y relacionarse socialmente; y su idealismo, búsqueda de absolutos y de soluciones revolucionarias.” Entre más joven la persona,  mayor el peligro de ser reclutado por este tipo de organizaciones, precisamente por la presencia de grandes ideales y la experiencia limitada de vida. 


¿Cómo podemos evitar que nuestros jóvenes caigan en las manos de grupos esclavistas y se conviertan en hombres y mujeres maduros?


  • Fundamentalmente, ayudándoles a desarrollar la capacidad de razonar y decidir independientemente en beneficio propio y del bien común. Es un poco temerario cuando hacemos énfasis tan sólo en la necesidad de trasmitir valores sin hacer énfasis en la importancia de razonar, cuestionar, investigar, tomar decisiones y actuar.

  • Alertándoles sobre las técnicas de control mental utilizadas por los grupos esclavistas.

  • Ofreciéndoles cariño, un ambiente de aceptación y libertad donde se respete al individuo pero se pueda cuestionar sus ideas y la conducta de líderes y autoridades.


 “Maduro -predican los grupos esclavistas- es el hombre humilde y obediente”.


 “Maduro -dice el diccionario- es el hombre juicioso y cuerdo.”    


domingo, 28 de octubre de 2012

Razón de Ser de éste Blog

Para los nuevos que se acercan a Iluminismo en la New Age, indicarles que se trata de una Página de la Web de Aralba y que no deja de ser, en origen, más que un medio propagandístico de la Obra de ARALBA: KAOS QUÁNTICO, Tradición Esotérica de Occidente y El Verdadero Espíritu de la Bestia, además de otros CUENTOS Y Artículos de diversa índole; pero esta Página, concretamente, ha tenido una evolución particular, pasando a denominarse de Orden Iluminista de KAOS QUÁNTICO a Orden Iluminati de KAOS QUÁNTICO, y acabando como Iluminismo en la New Age. ¿Que es lo que ha sucedido?, ¿Que se pretende además de dar a conocer tanto la Obra KAOS QUÁNTICO, como a su propio Autor?.

Iluminismo en la New Age viene a ser como una Aula de Investigación intelectual  del Espíritu a lo largo de la Historia y es por ello, que las fuentes de información que el Autor considera más importantes, son compartidas con todos vosotros así como el subproducto final de cada investigación. Es por dicha causa, principalmente, que hay artículos de diverso signo aunque siempre se intenta huir de cualquier tipo de dogmatismo o adoctrinamiento. De algún modo, el Lector está compartiendo con ARALBA su propio trabajo, no solo literario, sino de estudio e investigación.

Por otro lado, esta Página, desde un primer momento fue ideada con el fin de que todo aquel que se sintiera llamado pudiera aportar sus ideas y trabajos propios mediante artículos o cualquier otro tipo de material. Esto, en principio, salvo honrrosas excepciones, no se ha producido y desde aquí reitero la llamada de colaboración con este Blog. Solo, quede claro  y para terminar, que esta es la Obra de seres humanos normales y sujetos a la equivocación. Aralba posee unas ideas muy claras respecto a lo que aquí se expone; pero no por ello pudiera dejar de estar lejanamente equivocado. Aun así, el Autor no pone la mano en el fuego por lo expuesto aquí o en otros lugares, referente a su Obra, ni por la información rescatada de otros sitios y perteneciente a terceros que en la mayoría de las ocasiones, el Autor, no ha tenido la grata oportunidad de conocer en persona.

Gracias por vuestra comprensión; pero sobre todo por vuestra lectura y presunta participación. Otra cosa, si buscáis aquí información de primera mano mediante algún tipo de canalización espiritista de los supuestos maestros ascendidos, estáis en el lugar más equivocado posible. Todo el trabajo literario aquí expuesto es fruto de la "más grosera" intelectualidad y por supuesto jamás encontrareís aquí a vuestro Maestro particular. Esa búsqueda es algo interno de cada uno de nosotros y que no podemos delegar en nadie más.

MAZDEISMO


Es la religión irania de Ahura Mazda, término del cual se deriva (v. IRÁN VII). Estas dos palabras, todavía separadas en los Gathas, significan Señor (Ahura) y Sabiduría (Mazda); son una definición de la esencia de la divinidad suprema, que terminó por convertirse en su nombre propio y personal, sobre todo cuando en época posterior se unieron en una sola palabra: Ohrmazd, Ohrmazd (forma tardía), Ohrmuzd (Ahur-Aur y Mazd); griego: Oromazes; castellano: Ormazd y Ormuz.

      1. Fuentes del mazdeísmo. Se pueden reducir a tres: 1) Los Gathas=«Himnos, canciones» que, fueran o no redactadas por Zoroastro (v.), reflejan su tiempo e ideología; integran el núcleo más arcaico del Avesta, de ahí su otra designación: «Avesta antiguo». 2) El Au2esta reciente, codificado por última vez ya en época sasánida por los magos. 3) La literatura Pehlevi, nombre de la lengua vulgar a la que fue traducido el Avesta completado con diversos «comentarios »=Zend (v. ZEND AVESTA). Aparte de esta traducción y comentarios, la literatura pehlevi consta de numerosas obras literarias de época posterior a Jesucristo y, a veces, probablemente influenciadas por doctrinas del cristianismo, p. ej., creencia en el juicio final después de la resurrección.

      En estas tres fuentes reaparece el mismo núcleo de ideas fundamentales con variadas matizaciones; no obstante se nota una progresiva modificación de diversos puntos doctrinales, introducción de algunas creencias, por ej., la resurrección de los muertos. Esta evolución o, al menos, diferenciación doctrinal es clara, p. ej., en cuanto a la relación de Ahura-Mazda con Ahríman, naturaleza y misión de los amesha spenta, ausencia de la magia y conjuros mágicos (Gathas) o su presencia (Avesta reciente), etc. La diferenciación no es menos acentuada en lo referente a la forma líteraría: exposición abstracta de las doctrinas religiosas (Gathas), o relatos concretos, populares, descripciones cada vez más sugestivas y plenas de fantasía (Avesta reciente, literatura pehlevi). Podrían servir de paradigma las ideas sobre el «cíelo-ínfierno», tal cual aparecen expuestas con plasticidad progresíva en los diversos documentos, culmínando en la descripción del Ardd Vtráf 18,5, dantesca por la forma y hasta por el esquema literario: Ardá Viráf llevado de la mano por un acompañante, Estrosh, a fin de que no le ocurra ninguna desgracia en su visita a «los horrorosos abismos del infierno, hoyo espantoso que conduce a un lugar estrecho y horrible, lleno de una oscuridad tan tenebrosa que es necesario ir tanteando con las manos y de una hediondez tan fétida que a quien el espeso aire suba a la nariz se inclinará, vacilará y caerá...».


      2. Desarrollo doctrinal e histórico. Resulta muy difícil determinar los elementos antiguos de la religión de los persas, pues la mayoría de las fuentes literarias son de casi un mílenio después de su asentamiento en la meseta del Irán (v.). Cuando llegaron a la meseta íranía, su religión puede ser catalogada entre las indoeuropeas (V. RELIGIONES ÉTNICO-POLíTICAS; Dios n). Aparte de AhuraMazda, a juzgar por las huellas conservadas, contaban con un dios-sol (Hvar), un dios-fuego (Atar) y varias diosas, relacionadas con la fertilidad agraria, entre las cuales descuella la llamada en avéstico Anahita=«la inmaculada».


      Mazdeísmo y zoroastrismo. Al ponerse en contacto con la relígiosidad de los pueblos vencidos, especíalmente los asirios (Marduk; V. ASIRIA III; BABILONIA III), los persas aceptaron muchas de sus creencias y prácticas; este sincretismo originó nuevas formaciones religiosas. Así durante el periodo de esplendor político de los Aqueménides (s. VII-v a. C.; V. AQUEMÉNIDA, DINASTÍA) se acentuó una sublimación religiosa: la de Ahura-Mazda hacia el monoteísmo y la de Zoroastro hacia una moralidad más elevada, si bien la primera probablemente se había iniciado ya antes.


      Zarathushtra o, según la transcripción habitual, Zarathustra, y ya castellanizado Zaratustra, conocido entre los griegos por el nombre Zoroastro, no es el fundador del m., sino un reformador de la herencia religiosa irán¡ea con la particularidad de que su novedad es más de tipo ético que teológico; los griegos del s. iv no hablan de «religión» sino de una «filosofía» de Zoroastro. El hecho de figurar en el nombre divino el término y concepto de la «sabiduría» (sophía) pudo influir en que Zoroastro fuera llamado «filósofo» o «amante de la sabiduría o del Sabio» y su doctrina «filosofía». Su personalidad histórica ha llegado hasta nosotros cubierta por imprecisiones y a través de enmarañadas versiones. Nacido probablemente en los s. VII-VI a.C., contemporáneo de Ciro-Cambises, fue un pequeño propietario, miembro de una de las familias aristocráticas del país y educado en la religiosidad tradicional de su pueblo impregnada de elementos mazdeístas. Como Buda (v.) y Confucio (v.) se retiró de todo, en este caso a la gruta de una montaña durante seis años. Tenía 30 años, cuando en éxtasis creyó recibir de Ahura-Mazda «revelaciones» que, tras 10 años de maduración, lo lanzaron a predicar la santidad de Ahura-Mazda, su inmediata venida, la urgencia de ponerse de su parte así como a introducir ciertas innovaciones en las creencias religiosas y en el ritual mazdeísta. Perseguido por el Principio del Mal y por los suyos, fue expulsado de la tribu. Pero su porvenir quedó asegurado al conseguir la conversión del rey de Bactres, el famoso Vishtaspa, así como del más distinguido de su corte, Jamáspa, con cuya hija se casó según la leyenda (V. ZOROASTRO Y ZOROASTRISMO).


      Conocemos la doctrina de Zoroastro por medio de los Gatha, recogidos después en el Avesta. En gran parte conviene con el m., pero no hay coincidencia plena ni en las circunstancias externas. El zoroastrismo es de origen medo, periférico al Irán, destinado a los pobres y humildes especialmente a los campesinos, antiguos nómadas sedentarizados; el m. es típicamente persa, aristocrático e imperialista. El zoroastrismo, que floreció en el primer milenio a. C. y en el Próximo Oriente, tiempo y espacio constitutivos de «un verdadero puzzle de culturas y de religiones» (P. Masson-Oursel, o. c., en bibl., 35), es uno de los fenómenos más polivalentes de la historia de las religiones; consiguió superar diversos sustratos étnico-políticos y telúricos elevándose con cierta categoría de religión universal por ser obra de un fundador conocido, por desbordar el círculo cerrado de cualquier grupo étnico o nacional y por tender al proselitismo. En este aspecto se distancia de las religiones étnico-políticas (v.) y de las telúrico-mlstéricas (V. MISTERIOS Y RELIGIONES MISTÉRICAS; DIOS TI, 2) y se acerca a las grandes religiones: cristianismo, budismo e islamismo.


      Mazdeísmo y religión de los magos. Los magos -de magu, magavan=«partícipes en la alianza, en los dones místicos»- integraban una tribu de influencia política, originariamente ajena al m. y a la reforma zoroástrica. Especialistas en numerosas prácticas «mágicas» -de ahí el nombre y concepto de magia (v.)-, en la interpretación de sueños (v.) y en la astrología (v.), las trasmitieron al Occidente al mismo tiempo que ellos se expandían por toda Asia hasta el Mediterráneo ya desde el tiempo de los Aqueménides. Sin olvidar su concepción dualista ni su arcaico ritual, dominado por el fuego astral y artificial, se abrieron a corrientes exóticas. Aceptaron a Ahura-Mazda, pero sin desechar el politeísmo anterior, se presentaron como herederos de los primeros seguidores de Zoroastro y llegaron a un sincretismo (V. TEOCRACIA II; SINCRETISMO), amalgama religiosa de elementos heterogéneos del m. y zoroastrismo, de diversas formas de religiosidad iránica-asirio-caldea e incluso judía. Dentro del m. zoroástrico terminaron por erigirse en tribu similar a la de Leví-levitas (v.) en la religiosidad de Israel, hasta el extremo de que, con función de grupo religioso-sacerdotal más caracterizado, fueron los encargados de la codificación del Avesta ya en el periodo sasánida (s. II-vIII d. C.).


      Mazdeísmo y zervanismo. Religión en parte paralela al m. y, en parte, fruto suyo, el zervanismo fue combatido por el zoroastrismo y considerado heterodoxo por el mismo mazdeísmo. Profesa el dualismo (v.), pero convierte a Ormudz y Ahriman en hermanos mellizos ya desde el «útero del tiempo» en su condición de principios del bien y del mal, hijos de Zrvan Akarana -de ahí su nombre «zervanismo»-; este último es como un principio supremo y abstracto, pues significa el «tiempo ilimitado, indefinido», que, mediante un proceso cósmico desarrollado en cuatro etapas temporales de tres mil años cada una, pasa del tiempo «infinito, indefinido» al finito; preside fatalmente el destino del mundo y de todos los seres. A pesar de su esplendor tardío, el zervanismo merece ocupar un sitial de honor en el ámbito de la historia de las religiones, porque de él se desglosaron el mitraísmo (v. MITRA) y el maniqueísmo (v.), los dos obstáculos más fuertemente enraizados y resistentes que debió superar el cristianismo, situados en planos religiosos diferentes: el de la religiosidad mistérica -mitraísmo- y el de las concepciones teológicas -maniqueísmo-.


      3. Doctrina mazdeísta. Monoteísmo: Ahura-Mazda. En las inscripciones rupestres aparece una denominación propia de Dios: baga, sin duda de origen indoeuropeo, relacionada con el eslavo bogu=dios y con el sánscrito bhághah=«el que distribuye», que reconoce a la divinidad suprema como «justiciera» e implícitamente como «señor y dueño» del lote que da a cada ser. Muy pronto se impuso otro nombre: Ahura-Mazda, designación de una divinidad suprema y única. No podemos precisar cómo surgió el monoteísmo persa. Se ha pensado en el influjo de Zoroastro, así como en una concepción monárquica del cielo introducida a imitación de la gran monarquía aqueménide; el cielo y todas las cosas bajo el SeñorAhura, como la tierra, toda Asia, está unificada bajo el mando del Gran Rey y Señor persa. Pero en nuestros días se separa el monoteísmo del zoroastrismo, aunque éste ciertamente es monoteísta. Zoroastro contribuyó a su establecimiento y a perfilar su figura; pero no inventó al dios único Ahura-Mazda, que existía ya antes y así era reconocido. Aunque los aqueménides, sobre todo Darío, la fomentaron eficazmente, tampoco el monoteísmo se debe a esta dinastía. En atención a su nombre «Señor y Sabiduría» y a distintas circunstancias históricas, se le puede declarar heredero de la tradición de los baales=«señores» babilonio-asirios (v. BAAL), los belu acadios, propietarios de los hombres y de las cosas, y resaltar su elevación moral e intelectual. Sus representaciones antropomórficas -algunos relieves- traslucen la nobleza y grandeza de Ahura-Mazda en la misma línea de los Grandes Reyes persas.


      Pero Ahura-Mazda no es un dios único en el sentido del monoteísmo de la Revelación israelita o del Dios Uno y Trino de la Revelación cristiana. Muy pronto compartió su omnipotencia con Ahriman, principio del mal; así el monoteísmo de Ahura-Mazda se desglosó y se hizo dualista. Aún entonces, la originaria unicidad monoteísta reaparece en la escatología, pues la lucha entre Ahriman y Ahura-Mazda se resuelve favorable a éste, que triunfador absoluto del principio del mal, reina solo y para siempre; el estado de felicidad trasfigurada, al que se llega al final de los tiempos tras la aniquilación de Ahriman y de toda su perversa obra, es calificado de «inmortal» y de «siempre duradero» en el Avesta (YT 19,11); en la nueva situación del universo desaparece ya el dualismo. Este monoteísmo escatológico, a juicio de F. Kónig «trasluce la creencia en un dios creador universal y padre del cielo, creencia que unida a la de Varuna y a la de Dyauspitar parece ser indicio de un monoteísmo primordial de los antiguos indoeuropeos» (o. c. en bibl. t. II, 586)

      Dualismo teológico. Etapa inicial y escatológica se tocan y coinciden en el m. respecto de su concepción monoteísta de la divinidad. Pero durante el amplio periodo del m. tanto zoroástrico como de la religión de los magos, el tramo intermedio y, a veces, también el inicial está dominado por el dualismo: repartición del universo entre el Bien y el Mal. En los Gathas (Avesta antiguo) los dos principios del bien y del mal, espíritu salvador (spenta-mainyu) y «espíritu malvado» o del mal (angra anramainyu, de donde por contracción proviene su nombre Ahriman), cantados como gemelos (Yy 30,3,5), suelen ser presentados como subordinados al Sabio y Señor o Ahura-Mazda, si bien a veces no domina por encima de ellos sino que aparece simplemente identificado con el espíritu del bien. Si exceptuamos el zervanismo, para el cual Zrvan akarana creó los dos «mellizos» enemigos Ohrmudz y Ahriman, en el Avesta reciente y en la literatura pehlevi, Ahura-Mazda nunca figura con función de principio supremo, sino que está implicado en el dualismo teológico: el zoroastrismo, religión de los magos, etc., lo identifican con el principio del bien en lucha irreconciliable con Ahriman; de esta suerte se quiebra la monarquía divina de Ahura-Mazda

      Ahura-Mazda y Ahriman, si bien en condiciones totalmente antagónicas, coinciden en su calidad de «principios ónticos», origen de su respectivo sector bueno o malo, y de principios cronológicos, preexistentes a todo; mas no pueden ser considerados como acumulación personificada o encarnación de lo bueno y de lo malo, pues la trágica lucha del doble principio del bien-mal se debió a la elección de Ahura-Mazda y de Ahriman, los cuales consciente, libre y definitivamente se decidieron por el bien o por el mal. Este dualismo teológico presupone y favoreció el dualismo antropológico, psicológico, cosmológico y metafísico (división de todo ser en espiritual y material-corporal o, con palabras del Avesta, en manahya y astvan; v. DUALISMO), que estructura en sentido antitético y antagónico al cosmos, a los hombres y a la misma divinidad hasta que llegue el triunfo final de AhuraMazda.


      Huellas politeístas: los «daevas». El término daevas, emparentado con el indio deva, sánscrito devah, latín deus y voces afines de las restantes lenguas derivadas del indoeuropeo, de suyo significa «luz, dios, diosa». Es sabido que los deva conservaron casi siempre su rango prestigioso de verdaderos dioses (v. HINDUISMO; etc.); en cambio para el zoroastrismo los daevas sólo poseen un valor numinoso negativo; son seres y poderes maléficos, démones (v. ÁNGELES I). Esta degradación semántica fue producida o, al menos, acentuada por la reforma zoroástrica; ésta proscribió a los daevas dioses en diversos sectores de la arcaica religión iránica, relacionados probablemente con la naturaleza (Heródoto), y los convirtió en potencias funestas para los hombres y en enemigos de Ahura-Mazda; así afianzó el proceso monoteísta iniciado ya en épocas anteriores

      Pero no sucumbieron para siempre. Los magos codificadores y, en parte, redactores del Avesta reciente tratan de conciliar el monoteísmo mazdeísta con extrañas creencias politeístas; alrededor de Ahura-Mazda aparecen y actúan otros muchos dioses secundarios, los daevas. Más aún, no sin influjo helénico y minorasiático, caen en el antropomorfismo familiar; hasta el Sabio Señor supremo, pero no único, tiene esposas e hijos.

      Los «amesha spenta» o los «inmortales salvadores»

      Los daevas, durante el largo periodo de su degradación, figuran en el cortejo de Ahriman y, a veces, incluso aparecen como atributos suyos, no distintos del Principio del Mal. También Ahura-Mazda contó con la compañía de un sinnúmero de seres real o, por lo menos, racionalmente distintos del Principio del Bien. Son los amesha («inmortales») spenta («salvadores, remuneradores»), si bien este término es de difícil y varia traducción (v. Chr. Bartomae, Altiranisches Wórtebuch, Estrasburgo 1904)

      Los estudios hechos en esta materia han conducido a conclusiones distintas y hasta contradictorias: Los Amesha spenta, o técnicamente transcrito Amrta spenta, han sido considerados: abstracciones éticas divinas (el Pensamiento, la Buena Intención, la Inmortalidad, la Verdad, etc.); o entes concretos, figuras divinas o celestes que, a modo de arcángeles, rodean y sirven a Ahura Mazda (Chr. Bartolomae, W. Jackson, E. Lehmann, K. F. Geldner, etcétera); o distintos atributos de Ahura Mazda sólo racionalmente distintos de él (J. H. Moulton, etc.); o realidades de naturaleza compleja, consideradas como cualidades del principio del bien y, al mismo tiempo, como virtudes de los creyentes (G. Messina, H. Schalder, W. Schmith, etc.). Últimamente (F. KSnig, etc.) se insiste con acierto en la evolución observada en el concepto de los Amesha spenta en los diversos documentos del mazdeísmo. En los Gathas no son abstracciones éticas ni cualidades divinas, sino más bien personificación míticopoéticas con una función «instrumental» al servicio de Ahura-Mazda y, a veces, también de los hombres a quienes el Sabio Señor se los concede, p. ej., Zoroastro (Y 28,5 y 6; 30,7; 31,7; 47,2; etc.). Con el tiempo se convirtieron en ideas personales reales; así en el Avesta reciente son ya dioses protectores que, como los dioses politeístas, tienen encomendados diversos sectores del universo; incluso llegan a diferenciarse sexualmente: masculinos-femeninos

      Los Amesha spenta, si se incluye al «spíritu salvador» identificado con Ahura-Mazda en el Avesta reciente y en la literatura pehlevi, son siete: Buena Intención, Inteligencia recta, Verdad-Justicia, Obediencia, Imperio, Salvación e Inmortalidad. También en este ámbito se introdujo el dualismo; por eso en evidente paralelismo antagónico al servicio de Ahriman actúan la Mentira, la Inteligencia malvada, etc

      Atributos divinos. Prescindiendo de la opinión de quienes reconocen en los Amesha spenta diversos atributos divinos, los más frecuentemente atribuidos a Ahura-Mazda se reducen a la sabiduría y al señorío, presupuestos ya en su mismo nombre. Ambos resaltan conjuntamente en su doble función de creador y de juez. Ahura-Mazda es creador y ordenador del universo entero: cielo, tierra así como de sus distintos componentes y fenómenos (Y 44, 3-5,7). Su actividad creadora queda completada con la de juez de las almas individuales tras la muerte de cada persona, y también, ya en época tardía, de toda la humanidad al final de los tiempos, antes de comenzar el periodo de la felicidad «eterna» o, mejor, «inmortal», pues los documentos atribuyen a Ahura-Mazda un futuro sin fin, pero nunca hablan de una existencia sin comienzo. Junto a la omnipotencia-señorío y sabiduría, la bondad integra la trilogía de los atributos de Ahura-Mazda, causa de todo el bien y sólo del bien. Precisamente su incompatibilidad con el mal es uno de los factores que más contribuyeron a precipitar el monoteísmo mazdeísta en el dualismo hasta el extremo de poder ser declarado paradigma del dualismo teológico tanto en su forma originaria (Ohrmudz-Ahriman) como en la derivada (maniqueísmo). El fuego, resplandor de Ahura-Mazda. Ahura-Mazda fue objeto ordinariamente de un culto anicónico. Esta carencia de imágenes se compensó con la importancia del fuego como símbolo de la gloria luminosa de la divinidad (v. FUEGO, CULTO AL; LUZ II). El culto del fuego, competencia principal de los «sacerdotes», comprendía: el cuidado del fuego sagrado, resplandor y presencia ardiente de Ahura-Mazda, recitación de plegarias ante él con la boca tapada a fin de no contaminarlo, toque de campanas las cinco veces que diariamente era atizado el fuego para que los creyentes recordaran a Ahura-Mazda, conservación de los santuarios del fuego que en gradación jerarquizada se hallaban en las tres grandes montañas correspondientes a los tres estamentos sociales (sacerdotes, guerreros y labradores), así como en los lugares cúlticamente representativos de cada provincia, ciudad, pueblo y hogares domésticos

      Escatología. Debido a la importancia religiosa del fuego, parece obvio que los cadáveres fueran objeto de cremación en la primitiva religión irania. En cambio, durante la época de los aqueménides, se practicó la inhumación, mientras que la religión de los magos divulgó su exposición a las aves de rapiña sobre el techado de las famosas «torres del silencio». Quizá cada uno de estos ritos fúnebres sea indicio de una escatología diferente, aunque la inhumación no esté de suyo vinculada -ni mucho menos exclusivamente- con la creencia en la resurrección de los muertos

      El Avesta antiguo habla sólo de la «lucha final», que concluye el enfrentamiento entre los ejércitos capitaneados por Ahriman y Ahura-Mazda con el triunfo de éste y de sus seguidores. Esta lucha, llamada final por acontecer al final de los tiempos y por ser de resultado definitivo, implica la idea de «juicio final y universal», pues el triunfo-derrota de cada uno de los bandos es como una sentencia aplicada en el premio-castigo (Yt 19,10-11). El fuego es el instrumento de la justicia del victorioso Ahura-Mazda (Y 43,4; 47,6; 51,9; Y 43,5; 44,13-15). Tras la conflagración, especie de ordalía cósmica por analogía con la práctica existente entre los iranios, sigue la «restauración maravillosa» del universo (Y 30,9; 34,15); esta restauración parece presuponer la resurrección corporal de los muertos, hasta cierto punto, sorprendente en una concepción dualista. Pero de ella no se habla hasta el Avesta reciente y la literatura pehlevi (Yt 19,10-11; cte.). En cambio todas las fuentes, también las arcaicas, exponen la suerte del espíritu de cada hombre, aunque no coinciden en todos los pormenores: tres días pasados tras la muerte junto a la cabeza del cadáver, paso del puente Cinvat que une este mundo con el otro, juicio «particular» o balance de las buenas y malas obras registradas en un libro, su peso en la balanza ante los jueces Mitra, Sraosha y Rashu, con la sentencia manifestada por medio del fuego o de una señal en la mano, e inmediatamente su aplicación: el alma del justo a la «casa de la buena intención» o paraíso de luz y alegría, la del malvado a la «casa de la mentira» o lugar de lamentos (Y 30,4; 31,13-14; 43,5; 46-11; 50,5). La literatura pehlevi, probablemente por influjo del cristianismo en este y otros puntos, pone un lugar ultramundano entre «cielo-infierno», especie de purgatorio o de limbo según los diversos textos

     
      V.t.: IRÁN VII; ZOROASTRO Y ZOROASTRISMO: PARSISMO; ZEND AVESTA; DUALISMO; SINCRETISMO; MONOTEíSMO 1; POLITEÍSMO 1
     
     
BIBL.: Fuentes: C. CLEMEN, Fontes Historiae Religionis Persicae, Bonn 1920; J. DUCHESNE-GUILLEMIN, Zoroastre, París 1948 (con trad. y comentario a partir de la p. 161); J. DARMEs TETER, Le Zen-avesta, 3 vol. París 1892 (trad. de todo el Avesta); WEST y HAUG, The Book of Arda Viraf and Hadokht-Nask, BombayLondres 1872 (trad. de estos libros de literatura pehlevi). Estudios: F. KÓNIG, Cristo y las religiones de la tierra, II, Madrid 1960, 569-616; ID, Diccionario de las religiones, Barcelona 1964, 154-156,574,576; 834,835; 1465-1469,1473-1474; C. CLEMEN, Mazdaismus, en RE Suppl. 5, Stuttgart 1931, 679-704; G. MESSINA, Der Ursprung der Magier und die zarathustrische Religion, Roma 1930; H. S. NYBERG, Die Religion des Alten Iran, Leipzig 1938; .1. DUCHESNE-GUILLEMIN, Ormazd et Ahrima, París 1953; ID, La Religion de i'Iran anclen, París 1962; ID, La religión irania, en VARios, Las religiones del Antiguo Oriente, Andorra 1958, 105-151; O. G. V. WESENDONK, Das Weltbild der Iranier, Munich 1933; P. MASSON-OURSEL, Les religions de 1'Iran, en M. GORGE y R. MORTIER, Histoire Générale des Religions, II, París 1945; R. C. ZEHNER, Zurvan. A zoroastrian dilemma, Oxford 1955; R. PETAZZONI, La religione di Zarathustra nella storia religiosa dell'Iran, Bolonia 1920; P. TACCHI VENTURI y G. CASTELLANI (dir.), Storia delle Religioni, II, Turín 1971



Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991