Es importante recordarle con frecuencia a la juventud, padres de familia, maestros y líderes, sobre la necesidad de estar prevenido contra las sectas y otros grupos que utilizan técnicas de control mental, a los que en conjunto yo les llamo grupos esclavistas.
Los grupos esclavistas tienen como método primario la eliminación de la habilidad de razonar y tomar decisiones, mediante el uso de técnicas de adormecimiento mental, corporal y social que convertirán a sus miembros en instrumentos dispuestos a ejecutar órdenes y a sacrificarse por las causas del grupo.
Los grupos esclavistas quieren individuos inseguros, entregados y orgullosos tan solo de su pertenencia y fidelidad al grupo.
Existen muchos grupos esclavistas, pero el proceso de diagnóstico se complica porque muchos de ellos tienen objetivos que podrían ser aplaudidos por la mayoría de nosotros: algunos realizan labor social, o educativa, e inclusive cuentan con la aprobación de instituciones religiosas reconocidas y, en ocasiones, no todos los miembros del grupo son sometidos a los mismos procedimientos de control mental. De ahí que los objetivos explícitos no son necesariamente un indicador para determinar si el grupo actúa como grupo esclavista. Sin embargo, la presencia de las características siguientes nos puede alertar con respecto a la verdadera naturaleza del grupo:
ETAPA DE ENAMORAMIENTO
- El grupo lanza un anzuelo: un objetivo importante, gente y ambiente con cualidades agradables.
- Se inicia el proceso de lavado cerebral (grupos de formación, círculos de amistad, etc.) sin requerir todavía decisiones o compromisos radicales.
ETAPA DE CRISIS
Cuando alguien se identifica con los objetivos del grupo, le provocan la crisis vocacional donde le convencen que tiene vocación o un llamado divino a dedicarse a promover los objetivos del grupo.
SE ABRE LA CAJA DE PANDORA, LENTAMENTE
- Luego de comprometerse, le informan que tendrá que someterse a ciertos procesos de formación para miembros que le trasmitirán el espíritu del grupo. Sin saberlo, usted será sometido a:
1) Técnicas de Adormecimiento Mental
- El líder y el grupo son, aparte de infalibles, lo más importante.
- Cuestionar, dudar y desobedecer a los líderes del grupo es mal espíritu y hay ciertas penalidades para quienes lo hacen.
- Le convencen que sus limitaciones intelectuales y emocionales son infinitas y no debe confiar en su habilidad de razonar y tomar decisiones.
- Debe asistir a todas las actividades de formación (lavado cerebral) donde se le comunicará el maravilloso espíritu del grupo.
- Debe pedir permiso antes de leer un libro o inocularse si el libro es peligroso o atenta contra el grupo o sus principios.
- Sus publicaciones importantes (la suyas) deberán ser revisadas por los líderes para determinar si proyectan el espíritu del grupo.
- Si su nueva vida le provoca ansiedad o duda, debe meditar, rezar, cantar y repetir frases que le recuerden los objetivos del grupo, que alaben al fundador, y que de paso le quiten los malos pensamientos.
- Si algún día decide abandonar o traicionar al grupo se expondría a ser un infeliz y a otras graves consecuencias.
2) Técnicas de adormecimiento social
- Debe abandonar las metas personales y actividades del pasado e ir dedicando todo su tiempo a perseguir los objetivos del grupo.
- Como resultado de su buen espíritu sus padres y viejos amigos ya no deberían ser tan importantes. Con ello el grupo pretende que elimine los grupos de referencia anteriores.
- También como parte del buen espíritu su correspondencia será revisada.
- Debe vivir con el grupo para facilitar el proceso de formación, aislándose de influencias negativas.
- Debe hacer crecer la familia, conseguir nuevos miembros (hijos espirituales que mitiguen sus instintos paternales).
3) Técnicas de adormecimiento corporal
- Debe mortificar su cuerpo, ayunar, levantarse a media noche o de madrugada, dormir en sitios incómodos, bañarse con agua fría, etc.
Debe entregar una buena parte o todo su salario al grupo y utilizar tan sólo el dinero y los bienes que el grupo le ofrece o le autorice.El proceso de alienación, despersonalización y anulación alcanzará su apogeo y el nuevo miembro estará listo para ejecutar fielmente los objetivos del grupo. A medida que se aclimate y, como los perros de Pavlov, aprenda a controlar su mente, su cuerpo y los grupos de referencia, estará en la mejor disposición de aceptar los nuevos preceptos.
¿Quién está expuesto a los grupos esclavistas?
Cualquier alma buena, pero “la captación sectaria -nos dice el periodista español Pepe Rodríguez en su libro El Poder de las Sectas- adquiere su máxima rentabilidad cuando los sujetos o colectivos abordados están inmersos en situaciones que, en sentido amplio, definiremos como riesgo.” Pepe Rodríguez relata que en un estudio realizado por la Comisión Interministerial para la Juventud en España, se encontró que los miembros de grupos esclavistas tenían características comunes: “Psicosocialmente, se caracterizan por su religiosidad, trascendencia y atracción por lo sobrenatural; su dependencia, deseo de pertenencia y tendencia a la afiliación y al compromiso; su atracción por la autoridad, jerarquización y "maniqueísmo???"; sus carencias afectivas, soledad y elevada emocionalidad; su dificultad para participar y relacionarse socialmente; y su idealismo, búsqueda de absolutos y de soluciones revolucionarias.” Entre más joven la persona, mayor el peligro de ser reclutado por este tipo de organizaciones, precisamente por la presencia de grandes ideales y la experiencia limitada de vida.
¿Cómo podemos evitar que nuestros jóvenes caigan en las manos de grupos esclavistas y se conviertan en hombres y mujeres maduros?
- Fundamentalmente, ayudándoles a desarrollar la capacidad de razonar y decidir independientemente en beneficio propio y del bien común. Es un poco temerario cuando hacemos énfasis tan sólo en la necesidad de trasmitir valores sin hacer énfasis en la importancia de razonar, cuestionar, investigar, tomar decisiones y actuar.
- Alertándoles sobre las técnicas de control mental utilizadas por los grupos esclavistas.
- Ofreciéndoles cariño, un ambiente de aceptación y libertad donde se respete al individuo pero se pueda cuestionar sus ideas y la conducta de líderes y autoridades.
“Maduro -predican los grupos esclavistas- es el hombre humilde y obediente”.
“Maduro -dice el diccionario- es el hombre juicioso y cuerdo.”