La cuestión es que ocasionalmente, en este lugar, dedicado a la iluminación, colocamos cosas de terceros que nos parecen muy
interesantes; pero que a veces no compartimos en su totalidad.
Pareciera que lo
políticamente correcto, en esto de la búsqueda de la Luz y de la Verdad , es quedarse en la
primera escuela que encontremos. Yo nunca he compartido esa opinión; pero
además estoy convencido de lo contrario, cuanta más experiencia y tiempo de
vida tengo.
A veces, la
Piedra de construcción, nosotros, es colocada en su lugar
marcada por el Maestro Cantero, nuestro Espíritu; pero a veces hay que hacer
varios intentos hasta que la piedra encaja en su lugar correcto.
A los que nos hemos
tirado media vida buscando, aquí y allá, donde poder acomodarnos de forma
plena, nos llaman culillos de mal asiento; pero quizá no se entienda que en
nuestro interior bulle una divina inquietud que nos impele a movernos de acá
para allá hasta encontrar nuestra auténtica ubicación.
En otras ocasiones, es cierto, aunque las menos,
llegamos a una escuela que nos llena plenamente, tanto por Doctrina como por afinidad con los alumnos que la habitan.
El Problema de las Escuelas de misterios,
dogmáticas, es que solo sirven, al ciento por cien, mientras son conducidas por
sus fundadores y en una generación muy concreta.
Muchas veces creemos que es nuestra personalidad,
nuestro yo, quien nos impulsa a picotear de un lado hacia otro, en busca de no
se sabe bien el qué; pero nosotros estamos convencidos de que se trata de
nuestro propio Ser Interior quien, de forma subliminal, nos va dirigiendo hasta
nuestra ubicación final en el Templo de la humanidad, junto a las piedras que
mejor casen con nosotros y según la marca dejada por el Supremo Diseñador.
En muchas ocasiones infravaloramos el Poder de nuestro
Espíritu para manejar, como la parte humana del Centauro, a su contraparte
animal y sí, es cierto que hay una lucha permanente por la supremacía entre
ambos; pero no es menos cierto que el final feliz de esta Historia hace mucho
tiempo que ya se escribió.
Por lo tanto, si acabas de empezar en esto de la búsqueda,
yo no me preocuparía tanto de si ahora estoy acá y mañana allá y al otro en
acullá. Lo importante es que permanezcamos en permanente movimiento, porque si
hay algo que sí está en contradicción con la búsqueda de la Luz , es la rutina y la
consiguiente cristalización.
Y por último, también quisiéramos indicar que lo
importante de la búsqueda es la búsqueda en sí misma de forma independiente de
que podamos o no conseguir lo que quiera que sea que intentemos encontrar y que hemos
venido en denominar como Luz o Verdad; dado que esa búsqueda es lo que nos
mantiene activos, espiritualmente, impidiendo esa tan nefasta cristalización de
la que venimos hablando.
A veces, solo a veces, quizá nuestro camino deba seguir
la senda del solitario Ermitaño.
Aralba