Los peligros de la
Contra-Iniciación
Este sarcástico; pero simpático
apelativo fue creado por el irónico escritor Robert Anton Wilson, antiguo
director de la Revista Play Boy, coautor de la surrealista y psicodélica trilogía
Illuminatus y autor de la otra célebre trilogía, sobre los supuestos Illumiati, El Martillo Cósmico.
Con Jode-mentes él se refería al
método utilizado para forzar la apertura de la mente hacia planos de
manifestación superiores y que era utilizado por la O.T.O. y otras organizaciones
Iluministas, rosacruces y templarias, bajo una rígida supervisión científica y conocida como Iniciación.
Del mismo modo que un practicante de
Kárate no se hace cinturón negro con un solo año de prácticas de dicha Arte
Marcial, tampoco un buscador de la Iniciación se convierte en un Adepto de una
sola vez tras haber pasado un primer paso iniciático. Es un proceso progresivo,
aunque radical, que pretende abrir una puerta hacia otros mundos y que, en la
actualidad, la generalidad de las personas no pueden ni tan siquiera intuir su existencia.
Pocos son los que saben que la
espiritualidad se consigue con un esfuerzo semejante al que es necesario para convertirse en un ser inteligente o adquirir fortaleza física. Un culturista adquiere masa
muscular a base de forzar sus músculos hasta un punto en que se producen micro rupturas
en sus músculos y que el organismo, inmediatamente, va complementando con nuevo
tejido orgánico; así y de forma progresiva, rompiendo y rellenando con nuevo tejido
muscular se van desarrollando los músculos y la fuerza del atleta. A parte de
la inteligencia innata que todo ser humano posee la inteligencia, en sus
múltiples facetas, también puede desarrollarse con el esfuerzo intelectual, un
esfuerzo que produce calor e incluso puede llegar a provocar migrañas porque
dentro de nuestro cerebro se producen roturas neuronales y nuevas
interconexiones con neuronas de nuevo cuño.
La Iniciación espiritual consigue
eso mismo colocando al sujeto en el filo de la navaja, poniendo a prueba su Fe
y Valentía. Fe en que realmente siente que existen esos portales y esos otros
mundos que sus limitados sentidos le impide poder observarlos y Valentía
porque tiene que estar convencido que el desarrollar esos nuevos sentidos de
observación e interactuación en los planos espirituales no le va a suponer
ningún daño o retroceso evolutivo, al menos irreversible a medio o largo plazo.
Existen varias concepciones
erróneas de entender cómo funciona la Iniciación. Algunos consideran que un
ritual es innecesario y que ésta solo puede producirse de forma interna, por un
proceso natural y progresivo. Otros que el solo hecho de pasar por un ritual
iniciático les da el poder y la visión de los mundos internos y que por medio
de una especie de autosugestión, el Iniciado puede observar lo que otros no
pueden; pero eso solo es fantasía de la mente y que lo más lejos que nos puede
llevar es hacia un sanatorio psiquiátrico. El primer caso nos lleva a sentirnos como eternos alumnos que no terminan de aprender nada, dependientes siempre de los que consideramos nuestros maestros y en el segundo a considerarnos poderosos adeptos sin, en realidad, serlo en modo alguno.
La Iniciación, ese proceso
Jode-mentes del que venimos hablando, es un proceso científico en el sentido de
que debe realizarse en un sitio controlado y dirigido por gentes iniciadas, preparadas, y
que conocen los peligros y la delicadeza del proceso porque del mismo modo que
por un ejercicio descontrolado, en lugar de crearse nueva masa muscular se
puede producir una lesión muscular o por un inapropiado ejercicio intelectual
se puede terminar en manos del psiquiatra, así el desarrollo espiritual no es
ningún juego que pueda o deba tomarse a la ligera pues sus consecuencias adversas podrían ser terribles.
La Iniciación es un conjunto de
procesos tanto externos como internos y que pueden darse conjuntamente en el
proceso de un ritual en una Logia, dirigida por personas preparadas de forma
científica, o producirse de forma progresiva a partir de varias iniciaciones ritualistas;
siendo por ello por lo que, de forma generalizada, como en las artes marciales
existen diferentes grados en el Proceso Iniciático para que la ruptura que debe
realizarse con el Plano físico no sea una ruptura radical e inmediata sino
indolora y progresiva con el fin de que nuestras mentes puedan ir adaptándose a
la nueva situación casi sin darnos cuenta.
Visto, más o menos, dentro de lo
poco que podemos decir acerca del Proceso Jode-mentes; ahora podemos intuir lo
peligroso que resulta que estos métodos, de poner al neófito o iniciante ante el
abismo de lo desconocido, queden en manos de gentes que ni saben de qué
verdaderamente se trata, ni de los peligros que supone utilizar de forma
incorrecta determinadas herramientas mentales y espirituales y que están íntimamente relacionadas con procesos mágicos.
No nos cansaremos de repeir que la verdadera Iniciación se
produce mediante psicodramas en un entorno controlado, cerrado y sujeto a la
supervisión de personas expertas que ya han pasado, previamente, por dichos
procesos y que conocen los peligros por los que ellos mismos pasaron y a los
peligros que el neófito deberá de enfrentarse.
La Contra iniciación es
exactamente lo contrario; es decir, lo mismo pero impartido por charlatanes en lugar de verdaderos
maestros iniciados y científicos del Proceso, que no tienen verdadera idea de
lo que se traen entre manos. Gentes que pueden haber obtenido, de forma
ilícita, muchos grados elevados; pero que sin embargo no han pasado
efectivamente por ellos siendo un peligro tanto para ellos mismos como
potencialmente para todos aquellos incautos que pudiesen caer en sus inexpertas
manos. Charlatanes que, por otro lado, se consideran verdaderamente iniciados y
en poder de alguna fuerza mágica y que ensoberbecidos llevan a sus pupilos
hasta los pozos sin fondo de los olvidaderos del bajo astral.
¿De qué modo podemos saber si nos
encontramos ante un Maestro o un auténtico charlatán? La Humildad, tan fácil
como eso. El Maestro jamás hará ostentación de títulos de ningún tipo, ni de
poder mágico alguno; pero además nos pondrá en guardia de los peligros que
supone dar los pasos iniciáticos; pero no en el sentido de meternos el miedo en
el cuerpo sino de que seamos prudentes, silenciosos y discretos.
Piense el lector que la
Iniciación, sin exagerar, vendría a ser como vaciar la mente del postulante y
volver a llenarla; de ahí el término jocoso de Robert Anton Wilson de Jode-mentes. Si ese
Proceso se desarrolla de forma paulatina y siguiendo unas pautas ya conocidas,
el peligro de romper algo irreversible por descuido es prácticamente
inexistente y podremos cambiar la piedra bruta de nuestra mente por la piedra pulida y ennoblecida de nuestro espíritu y así habremos
construido nuestro Cuerpo Alma; pero si por desgracia caemos como incautos bajo
el poder de la Contra-iniciación, estaremos condenados a convertirnos en
piedras de tropiezo para el resto de la humanidad y terminar como locos en algún olvidado psiquiátrico.
Aralba