En realidad quería hablar
de Inteligencia y Caos, de Luz y Oscuridad, de Hielo y Fuego, de Fuerza
Centrífuga y Fuerza Centrípeta…; pero me han amargado el día con una factura de
un Contrato de Gas que nunca hemos suscrito. Cuando nos encontremos en mejor
forma hablaremos de algo que me vino a la cabeza estando en estado de duerme
vela y que, no sé porque, creo que va a ser un descubrimiento filosófico de
primer orden.
El caso es que buscando información
en Internet, con el fin de que me sirva de inspiración para poner en movimiento
la intuición, he encontrado una infinidad de sectas que ni siquiera creía que
pudieran existir y muchas de ellas, lamentable, podrían haber resultado
verdaderas escuelas de misterios si sus fundadores o discípulos de aquellos
no hubiesen caído en las garras de la avaricia.
Generalmente se suele
criticar a las sectas por utilizar un lenguaje demasiado autoritario: Esto lo
dijo Blas, punto redondo. También por el sublime y crecido egocentrismo de sus
fundadores e incluso de los propios seguidores respecto de la gente de fuera.
Es como si, de algún modo, creyesen poseer algo que los sitúa muy por encima de
sus semejantes. Eso evidentemente no solo no es cierto sino que se trata de
todo lo contrario.
Todas las organizaciones,
fueran las que fuesen, necesitan de una regular aportación de cuotas
económicas, por parte de sus miembros, para poder salir adelante. Hay que pagar
el alquiler del local de reunión, quizá, también, la edición de alguna revista
interna y ¿porqué no?, también se sufragarían los gastos de viajes y excursiones
varias de sus miembros. Esto, por otro lado, es algo normal, dado que cualquier Organismo
dedicado al Ocio o Club de cualquier tipo funcionan de este modo y no, por ello,
se los va a considerar como sectas. Por otro lado, sí que existen supuestas
organizaciones culturales, tales que Club de Futbol, que su funcionamiento e
influencia sobre la psique y vidas de sus miembros si podría considerarse como de
verdaderamente sectaria.
Son las personas jóvenes,
no suficientemente formadas, quienes más fácilmente suelen caer en las garras
de los presunto iluminados sectarios; dado que es difícil, sin conocimiento de causa,
relacionar cuestiones espirituales y filantrópicas con el egoísmo y la avaricia
propias de los líderes de estos fatuos organismos.
Es a las personas jóvenes,
sobre todo, a quienes me dirijo con estas palabras para que, por ellos mismos,
determinen si la gente con las que se relacionan pertenecen a una Secta
dirigida por un Gurú o supuesto Maestro ego maníaco o por el contrario a personas normales y corrientes que buscan una natural evolución personal.
Todas las sectas suelen requerir
una cierta cantidad económica básica, en principio; pero a diferencia de otras
instituciones, esa Cuota se va elevando de forma impropia según se va avanzando
en el interior de la Organización, hasta resultar en extremo onerosa para sus
miembros. Generalmente se comienza con cantidades irrisorias o pequeños donativos
para pasar a los denominados diezmos, la Décima parte de los Ingresos laborales
brutos, y continuar con grandes créditos solicitados a Entidades Financieras
para beneficio del conjunto de la Organización, cuando los miembros de la Organización se encuentran atados emocionalmente al Grupo.
Cuando en un matrimonio, solo
uno de los miembros de la pareja pertenece a la Secta, lo más fácil es que la
célula matrimonial termine haciendo aguas y se destruya por completo. Cuando
son ambos miembros de la unidad familiar quienes pertenecen a la Secta y dan de mutuo acuerdo dichos, elevados, emolumentos,
pues ya se sabe eso de sarna con gusto no pica. Se habrán convertido en consentidos
esclavos de la Secta cuyo nivel de vida dependerá exclusivamente del horizonte que les sea permitido.
Quizá la cuestión
económica no sea lo fundamental, dentro de algunas de las sectas; pero siempre, siempre es
una cuestión de relevante importancia. Cualquier Secta está dirigida por un
fundador con un carisma ego maníaco que requiere, de un modo u otro, cuasi
adoración por parte de sus acólitos, lo que hace que, a la larga, terminen
creando un apego enfermizo por su Líder y por el que harán, según los casos,
casi cualquier cosa, desde prostituirse, robar e incluso suicidarse o asesinar si se les pidiera. Las
verdaderas escuelas de Misterios y sociedades filantrópicas intentan, por contra, potenciar
el individualismo e independencia de sus miembros a todos los niveles de su
personalidad.
La mejor forma, queridos
amigos, de no caer en las férreas garras de una Secta destructiva es utilizar
nuestro natural Sentido Común. Si vemos que dentro de la Organización sentimos
un continuo desapego por nuestra familia natural, que se nos exige un continuado
trabajo gratis para la organización, aportaciones económicas, créditos o herencias
desproporcionadas, que se tenga que agachar la cabeza o la mirada al paso del líder
de turno y se nos insta a irnos desprendiendo de nuestro Ego de forma paulatina y, por último, sus
enseñanzas, investigadas de forma crítica, comprobamos que son vacías y sin
contenido, estaremos, sin duda, ante las puertas de una Secta Destructiva.
Si
por el contrario se nos insta a ser independientes y libres de apego a gurús o
maestros, se nos solicitan cantidades económicas dentro de lo considerado como
normal y sus monitores y enseñanza son de la suficiente altura intelectual y espiritual
nos encontraremos frente al Atrio de una verdadera Escuela de Misterios.
Resumiendo, podríamos
decir que cualquier Organización, Grupo o presunta Escuela que nos proporciona
sentimientos de adicción y mala consciencia deberíamos de evitarlas pues no se
encuentran en sintonía con la Triada de las Fraternidades Filantrópicas:
Fraternidad, Igualdad y Libertad. Donde hay un Gurú, Maestro o Líder no hay
personas, hay borregos y no existe la Fraternidad. Donde los Líderes del Grupo
acaparan una serie de privilegios e incluso cuasi adoración desinteresada de
nuestra parte, estamos siendo esclavizados casi sin darnos cuenta y no existen ni
la Igualdad ni la Libertad.
ARALBA