"Puede haber muchos universos con copias de ti"
El autor de La realidad oculta cree que la idea de la existencia de un multiverso "pone en perspectiva lo que hacemos cada día en nuestra vida cotidiana" y sugiere "una realidad mayor"
Es una de las pesadillas del periodista: que las mejores preguntas
surjan cuando la entrevista ha terminado. Pero con Brian Greene queda el
consuelo de que tal vez, en otro universo, copias idénticas de
entrevistado y entrevistadora han hablado de absolutamente todo lo
interesante. Multiversos. Infinitos universos en los que infinitos
clones de uno mismo toman un camino distinto en cada una de las
infinitas decisiones de la vida. De eso habla Greene (Nueva York, 1963),
físico teórico en la Universidad de Columbia, en La realidad oculta (Crítica). ¿Se puede ser un personaje conocido por salir en la tele, incluso en series tan populares como The Big Bang Theory; por escribir columnas en The New York Times,
y por organizar un festival de ciencia en Nueva York, y a la vez
investigar en una de las teorías más complejas y abstractas de la
física? Greene demuestra que sí. Su primera obra, El universo elegante
-finalista de los Pulitzer en no ficción e inspiradora de una serie de
televisión protagonizada por el propio Greene- se centra en su área de
investigación, la teoría de cuerdas. En su segundo libro, El tejido del cosmos, Greene describe la naturaleza del espacio-tiempo. En La realidad oculta
este investigador expone los motivos por los que es lícito salirse de
las fronteras de lo que es hoy demostrable: "¿Definimos la ciencia -la ciencia respetable-
como algo que incluye solamente ideas, dominios y posibilidades que
pueden ser puestos a prueba por seres humanos contemporáneos sobre el
planeta Tierra? (...) ¿O adoptamos una visión aún más amplia y
permitimos que la ciencia viaje en direcciones que pueden llevar nuestra
teorización a dominios quizá permanentemente fuera del alcance
humano?", se pregunta. Él tiene clara la respuesta. Pensar en el
multiverso es "emocionante", dice en esta entrevista: "Pone en
perspectiva lo que hacemos cada día en nuestra vida cotidiana". La realidad oculta
llega, además, en un momento en que los astrofísicos celebran el Premio
Nobel al que consideran uno de sus mayores logros: el descubrimiento de
que el universo se expande cada vez más rápido, impulsado por una
fuerza de naturaleza del todo desconocida a la que han bautizado energía
oscura. Brian Greene, que trata abundantemente en su obra este hallazgo
y sus curiosos antecedentes históricos, no oculta su emoción: la
energía oscura es su misterio favorito.
"La energía oscura es el mayor misterio. ¡Nadie sabe cuál es el ingrediente que constituye más del 70% del universo!"
PREGUNTA. ¿Por qué decidió escribir este libro?
RESPUESTA. Las ideas que expone son tan emocionantes, y relevantes
para entender el cosmos, que quería que estuvieran disponibles también
para quienes carecen de formación matemática. Creo que el tipo de
preguntas que abordo aquí son interesantes para todo el mundo, desde un
joven con curiosidad a un pensionista. La única barrera es el
entrenamiento en matemáticas.
P. ¿Ha podido explicarlo todo o ha tenido que renunciar a conceptos demasiado difíciles?
R. Para mí lo difícil a la hora de escribir un libro así, tan
abstracto, es identificar lo que realmente no puedes dejar fuera, lo que
es esencial para que la ciencia que quieres transmitir no pierda su
integridad. Luego hay que encontrar la manera de comunicar estas ideas
de la forma más evocadora y entretenida. En mi opinión todas las grandes
ideas, ya sean de mecánica cuántica, agujeros negros, cosmología... ,
pueden ser contadas sin matemáticas.
P. ¿Qué dicen sus colegas investigadores? ¿No le han acusado nunca de trivializar, por ejemplo?
R. Este es un asunto interesante, porque yo tampoco soy un fan de
libros o artículos que convierten la ciencia en un dibujo animado, que
eliminan tantos contenidos científicos -porque creen que el público no
los va a entender-, que lo que queda es una caricatura. Yo trato de que
no sea así. Mis libros no son particularmente fáciles, exigen cierto
esfuerzo, pero son autoconsistentes, y la mayoría de mis colegas
perciben que la ciencia es comunicada con precisión y rigor, aunque no
use matemáticas. En conjunto la respuesta ha sido bastante positiva.
P. Cuando los cosmólogos explican lo que se sabe del origen del universo su discurso suena a cuento, a relato casi fantástico...
R. Es que en cierto modo es un cuento. Lo que lo diferencia de los
cuentos infantiles son dos cuestiones. La primera es que el relato se
basa en una descripción matemática del universo. Y la segunda es que
esta descripción hace predicciones que han sido confirmadas con
observaciones. Por ejemplo, las variaciones de temperatura en la
radiación remanente del big bang, la llamada radiación de fondo cósmico.
Estas variaciones han sido medidas con una gran precisión, y encajan
bien con las predicciones teóricas. O las predicciones respecto a las
abundancias de determinados elementos en el universo, como el helio o el
deuterio. Las abundancias predichas por las matemáticas para estos
elementos se cumplen. Son este tipo de observaciones las que mueven este
cuento de la ficción a la no ficción, de la imaginación a la realidad, y
eso es lo que hace que todo esto sea impresionante.
P. Pero el problema con el multiverso es que no hay forma de probar que existen muchos universos.
R. Sí, cuando hablamos del multiverso estamos entrando en un terreno
no cartografiado, que hasta el momento no ha recibido ningún soporte
observacional ni experimental. De hecho, uno de los objetivos
fundamentales de mi libro es contar cómo alguna de las ideas
relacionadas con el multiverso podrían, algún día, apoyarse en
observaciones. Mi punto de vista es que la imposibilidad de poner a
prueba en este momento la idea de que existen muchos universos no hace
que esta idea sea menos interesante para hacer investigación o incluso
para leer un libro. Pero el hecho es que ya hay formas especulativas,
tentativas, hipotéticas... de poner a prueba la idea de que hay
múltiples universos.
P. ¿Puede poner un ejemplo?
R. Imagine dos universos, como dos burbujas expandiéndose. Puede
llegar un momento en que estas dos burbujas choquen; esa colisión puede
generar un patrón muy característico de variaciones de temperatura en la
radiación remanente del big bang. Si esa predicción se
confirmara con observaciones sería muy emocionante, y una posible prueba
de la existencia de otros universos.
P. ¿Cuándo podría hacerse realidad una observación así?
R. En mi opinión estamos bastante lejos de que ocurra, pero ya hay
trabajos de investigadores que creen haber hallado evidencias de lo que
podrían ser universos chocando. Ahora mismo hay gente muy seria que dice
que esto es una posibilidad. Así que tal vez no esté tan lejano el día
en que podamos tener evidencias reales.
P. La verdad es que la idea de que podría haber infinitas copias de uno mismo en otros tantos universos da cierto... vértigo.
R. Entiendo el sentimiento, porque las ideas de las que estamos
hablando son impresionantes. La reacción que describe es exactamente la
que quiero generar con mi libro. Estamos hablando de ideas tan alejadas
de la experiencia cotidiana que casi pueden parecer locas. Pero mi
intención es exponer ante el lector la secuencia de hechos que
convierten en reales estas posibilidades. También explico que ha habido
en el pasado muchas ideas que parecían igualmente locas cuando fueron
propuestas por primera vez. Ideas como los agujeros negros, en los que
no creía ni el propio Einstein a pesar de que estaban en sus ecuaciones.
Incluso la idea de que el universo fue en el pasado una pepita muy
densa que sufrió una explosión potentísima parecía una completa locura
cuando fue propuesta. Pero las observaciones han demostrado que hay
agujeros negros, y que el universo empezó en un big bang. Así
que la lección es que hay que tener una mente abierta, porque la
experiencia cotidiana puede ser una guía muy engañosa si se quiere
entender la auténtica naturaleza de la realidad.
P. Así que, ¿es cuestión de creer en la posibilidad del multiverso? Siempre se ha dicho que en la ciencia no hay que creer.
R. Desde luego, habiendo dicho todo lo anterior hay que enfatizar que
nadie debería creer nada de la ciencia que no haya sido demostrado. Mi
libro intenta dar una visión de lo que puede deparar el futuro, pero
solo futuros experimentos y observaciones nos dirán si estas ideas son
correctas.
P. ¿Cómo cambia la experiencia de la vida cotidiana el saber que puede haber muchos universos?
R. Esa es una pregunta que debemos responder cada uno de nosotros. Mi
impresión es que la idea de que puede haber muchos universos con muchas
copias de ti es impactante. Y aunque hay que seguir yendo a trabajar
todos los días, y haciendo todo lo que tienes que hacer, es una idea que
sugiere una realidad... mayor... Es emocionante, en cierto modo pone en
perspectiva lo que hacemos cada día en nuestra vida cotidiana. En mi
opinión, colocar la realidad cotidiana en una realidad mayor te da un
contexto muy distinto, al menos para mí. Cambia el resultado.
P. ¿Cuánto tardó en escribir La realidad oculta?
R. Unos 4 años, pero en ese tiempo no me he dedicado al libro con la misma intensidad.
P. ¿Le ha resultado fácil compaginar la escritura con su investigación?
R. Solía ser capaz de compaginar ambas actividades cuando era joven y
no tenía familia. Mis hijos [Alec y Sophia, a los que dedica el libro]
tienen cuatro y seis años, y ya no puedo escribir de noche como hacía
antes.
P. ¿Tiene contactos con sus lectores? ¿Qué respuestas recibe de ellos?
R. Cada libro genera entre 5.000 y 10.000 e-mails. Me siento
mal por no poder leer y responder todos, claro. Pero intento responder
algunos. Y lo que me asombra, me sigue asombrando, es la profundidad de
muchas de las cuestiones que me plantean personas sin formación
matemática. Es muy gratificante ver que mis libros estimulan esas
preguntas.
P. Díganos una de esas preguntas.
R. Un lector me preguntó si la noción de tiempo sería igual en todos los universos. Esta es una cuestión muy profunda.
P. ¿Su lector ideal es alguien sin formación científica?
R. No describiría a mi lector ideal como alguien que no sabe
absolutamente nada. Desde luego es uno de los tipos de lectores a los
que espero llegar, pero trato de escribir mis libros para todos los
niveles. Para quienes tienen más formación incluyo secciones en las que
profundizar hasta un grado muy alto de detalle. Pero el lector general
puede entender la línea de razonamiento y lo que se quiere decir,
siempre y cuando tenga curiosidad.
P. Volvamos ahora al ámbito de la ciencia que sí cuenta con
demostraciones. ¿Cuál es en su opinión la pregunta más importante hoy en
cosmología, su misterio favorito?
R. La energía oscura, sin duda. Es el mayor de los misterios ahora
mismo sobre la mesa. Descubrir que existe ha sido fundamental, pero es
solo el primer paso. Ahora falta saber qué es. ¡Nadie sabe cuál es el
ingrediente que constituye más del 70% del universo! Es fascinante. Por
otra parte, hace solo cien años se pensaba que el universo era estático y
estaba poblado solamente por la Vía Láctea, nuestra galaxia. Así que
tenemos buenas razones para celebrar el magnífico cuadro que la ciencia
ha pintado desde entonces.