sábado, 1 de abril de 2017

¿DONDE SE ENCUENTRA LA VERDAD?

1) Jamás me atrevería, por respeto, el poner en solfa cualquiera de los libros que son venerados por los seguidores de todas las religiones; pero todos ellos sufren de un terrible defecto: están creados por mentes humanas, con palabras de éste Mundo e impresas en materiales terrenales; es decir, están contaminados; por lo que podría decirse que, si son Palabra Sagrada, lo son solo de forma parcial pues sufren de la enfermedad propia de éste Mundo. Es por ello, que jamás deberían interpretarse de forma literal sino de forma simbólica.

Allá donde parece encontrarse el Bien podría estar el Mal. Allí donde pareciera encontrarse sabiduría podría esconderse engaño.

Todo amor, todo felicidad y todo sabiduría, no es propio de éste Mundo por lo que hay que colocarse unas gafas tintadas especiales para poder discernir entre la verdad y el engaño. Quizá el Dios bondadoso que muestran no sea otro que el Adversario.

2) se nos insta a elevarnos a lo alto, a contemplar la majestuosa belleza de la Naturaleza, a buscar la sabiduría y la verdad en la luz que observamos; pero...

Pero si nos colocamos los anteojos del discernimiento, de la Ciencia, comprobamos algo mucho más tenebroso y siniestro, claro que para ello debemos trascender de la ilusión, del espejismo de lo superficial.

Así encontramos un mundo muy distinto. Un mundo donde la depredación y la ley del más fuerte o del más listo es madre y señora. Vemos un majestuoso árbol milenario; pero también están allí, agazapados y de forma oculta, los parásitos que se alimentarán de él hasta destruirlo.

No, la Verdad y la Sabiduría no se encuentra solo en la luz que observamos sino en las sombras, sombra que también está repleta de luz, pero que nuestros ojos no pueden observar sin ayuda externa.

Tenemos que enfangarnos y traspasar las tinieblas, al contrario de lo que nos han contado, para descubrir la semilla del nuevo árbol que germina dentro del estiércol y se alimenta de lo eyecto, de lo sucio y maloliente; porque ahí también está la Verdad y si solo contemplamos lo superficial, nos quedamos con una parte efímera de esa Verdad, una realidad que tan solo es mera ilusión.

Si creemos ver la Verdad en esa ilusión seguiremos encadenados a ésta prisión de mentiras y donde todo está tergiversado.

De ahí la importancia de que despierte el Maestro interior. Solo él puede proporcionarnos las lentes que nos permita ver la verdad que se esconde tras el velo de la ilusión.

3) Del mismo modo que las bibliotecas están llenas de libros así Internet está repleto de bibliotecas virtuales. Bibliotecas de todo tipo y donde no pueden faltar las esotéricas y sobre todas ellas, las que más abundan, son las de frases enlatadas y muchas veces fuera de contexto. Frases políticamente correctas que son tomadas como mensajes celestiales.

Pues bien, no dejan de ser más que espejismos reflejados en un cristal roto. Jamás leerás, salvo aquí donde somos políticamente incorrectos, que las perlas de sabiduría solo puedes encontrarlas si estás dispuesto a enfangarte en las cloacas de las porquerizas más fétidas y malolientes.

Hay mucho timorato que huye como alma que lleva el diablo de todo aquello que no sea políticamente correcto y superficialmente bello y agradablemente oloroso.

Para ellos solo hay verdad en la marmórea belleza de la estatuaria renacentista o griega y una fragancia agradable si está constituida de pétalos de flores suavemente fragantes como la rosa o el jazmín. Para esas personas, la mayoría, es donde creen que pueden encontrar un reflejo de la verdad espiritual, dejando al margen lo mayoritario, la sombra tenebrosa y gótica, lo maloliente y vomitivo.

Lo oscuro también pertenece a la verdad y en ello hay mucha verdad aunque no podamos o no estemos capacitados para poder verla.

En lo negado y rechazado, en lo sexualmente explícito, en lo reptante, tenebroso y supuestamente maligno se encuentran ocultas las verdaderas perlas de sabiduría que contienen la verdad al completo. La luz visible con los ojos solo permite observar el escaparate, no el interior y donde se encuentra el mayor volumen de información.

El sexo, en cualquier manifestación aceptada o no, se encuentra no solo una parte importante de la iniciación espiritual, sino también la base necesaria para que esa iniciación pueda llegar a ser efectiva.

La religión nos ha robado el sexo a la humanidad pues éste es un pilar básico para poder salir del perverso sistema donde nos encontramos encarcelados. Solo mediante el sexo y la pasión más arrebatada puede encenderse el fuego que despierte a la serpiente enrollada.

Esa serpiente sacro espinal que deberá elevarse por la columna encendiendo todos y cada uno de los centros espirituales de nuestro organismo. Es cierto que existen sucedáneos que dicen hacer lo mismo mediante supuestas magias blancas aceptadas como políticamente correctas tales que la teúrgia, la cábala angélica y otras; pero no son otra cosa que pérdidas de tiempo y burdos pasatiempos de ilusionismo que siempre nos devolverá al punto de partida del juego de la oca que la Vida es.

La espiritualidad no se puede prender en el corazón si antes no elevamos hasta él el fuego latente en los órganos sexuales.

No hay otro modo y todo lo demás es timorato e instituido por el pérfido Sistema para que sigamos perdiendo el tiempo y no podamos conseguir la única y verdadera iniciación efectiva: la producida mediante el coito de dos personas sean del mismo o de diferente sexo, sea anal o vaginal, entre personas conocidas o desconocidas.

No solo es la vía prometeica o luciferina sino que es la única vía posible porque las perlas que contienen la verdad y que son fuente de la verdadera sabiduría se encuentran cubiertas y a resguardo, muy bien escondidas, en el interior de materia fecal.


Aralba