Desde el Origen de los tiempos se viene desarrollando una terrible
Guerra tan silenciosa como cruenta; en la que nos vemos enfrentados hermanos
contra hermanos y padres contra hijos.
Es una contienda entrela Verdad y el Engaño, donde la Batalla final será ganada
por la primera; pero en donde las batallas parciales son perdidas, una tras
otra por ésta misma.
Es una contienda entre
Aunque la sangre corre y las vidas se pierden, no es una guerra contra
carne, sangre y huesos; sino contra principados y potestades que poco o nada
tienen que ver con nuestro mundo, salvo que fueron puestos ahí, por nosotros
mismos, como simples apuntadores de una cósmica función. Son los regentes de
las leyes universales y quienes deberían mantener, estables, los pilares del
Multiverso.
Ambos, Principados y Potestades, están constituidos por los
denominados, en el Gnosticismo tradicional, como demiurgos, legisladores o arcontes y que
en muchas religiones son conocidos como dioses y demonios, ángeles y arcángeles
o fuerzas de la Naturaleza
en sus múltiples denominaciones de duendes, hadas, sílfides y salamandras,
entre otras muchas variedades.
Existe una verdad que duele escucharla y por, políticamente incorrecta,
nadie le presta atención y se trata de que no todos los seres humanos, a pesar
de poseer cuerpo y alma, son seres espirituales inmortales. Una gran parte de
los humanos, animales y plantas solo son figurantes construidos por los constructores de los Principados y Potestades y colocados en el Teatro de la Vida con el único fin de desarrollar
las diferentes tramas de la
Representación dramática.
Algunos de esos personajes secundarios han sido reconvertidos para ser
usados como una especie de Policía cósmica y que los personajes, los humanos
verdaderos, cumplan, escrupulosamente, con lo escrito y no se salgan de lo expuesto en el
Libreto. También es cierto que muchos de los personajes reales son manipulados
para realizar esa misma función policial, contra sus espirituales hermanos.
Los Arcontes, Principados y Potestades, no sabemos cuando, tomaron consciencia
de su verdadera situación y decidieron mantener dormidos a sus creadores, los
personajes que interpretamos la
Representación de la
Vida con el fin de poder seguir existiendo, dado que no se
trata de seres consistentes y con un Espíritu Inmortal sino entidades artificiales que fueron programadas para ser útiles mientras la representación durase.
Estos seres están divididos en dos facciones: Aquellos que son fieles
al libreto original, por lo tanto al Creador verdadero, y desean que la representación finalice y aquellos que, por
el contrario, prefieren mantener la
egoísta anomalía en un perpetuum Mobile de Destrucción, Creación, Vida y
Muerte y solo son fieles a las entelequias del Gran Presuntuoso.
Ambos, no obstante, toman su energía de nosotros mismos y es lo que los mantiene vivos y conscientes; dado que parasitan nuestras almas, lo que también les concede esa ilusoriedad de eternidad. Ellos podrían parecer eternos si los personajes dela Obra
cósmica siguiésemos dormidos e interpretando nuestros papeles una y otra y otra vez,
realimentando el guión para no llegar nunca a su final, como en el cuento del Día de la Marmota.
Ambos, no obstante, toman su energía de nosotros mismos y es lo que los mantiene vivos y conscientes; dado que parasitan nuestras almas, lo que también les concede esa ilusoriedad de eternidad. Ellos podrían parecer eternos si los personajes de
Los seres de Luz, aquellos que permanecen fieles a su creador, una
ínfima minoría, tratan de que el Ser Humano despierte de su sueño sin fin y que
regrese al Hogar al que pertenece, el Pleroma de los gnósticos. Parte de la
energía que recibieron de nosotros y que siguen recibiendo de nuestro Hermanos que habitan el Mundo Original, la vuelven a remitir a nuestro plano de
existencia mediante una serie de ondas mentales electromagnéticas conocidas
como Metanoia, eso es la Gnosis, y que las más diversas tradiciones han convertido en lo que se
conoce como rezos y oraciones. Sí, porque la Metanoia funciona del
mismo modo que las señales de radar: Son de ida y vuelta.
Las células humanas, nosotros, poseemos una Chispa divina en nuestro
interior, en lo más profundo de nuestro ADN, y que viene a ser la receptora-emisora de dichas frecuencias de
comunicación espiritual. Esa Chispa está cubierta por una espesa costra de
materia densa proporcionada por los arcontes, parte de nuestras almas y cuerpos
físicos, que impide que la señal electromagnética de la Metanoia de la Gnósis pueda penetrarla
salvo en condiciones muy particulares. El hecho de que la Metanoia cósmica de los
seres de luz toque nuestra Chispa de espíritu y reconozcamos el hecho, se conoce como Iniciación o
Despertar a la verdadera Realidad, la Iluminación.
Erróneamente, los seres humanos, en el Proceso de Despertar, somos
inducidos a unirnos a los que poseen esa misma condición, formando grupos más o
menos numerosos. Esto es tomado por los arcontes oscuros como un terrible
peligro para su pervivencia y arremeten, de forma física, mediante sus letales
armas, la Policía
de los Principados y Potestades constituidos de figurantes y humanos
manipulados, con el fin de destruir los cuerpos físicos de los iniciados. Con
ello, no es que destruyan sus espíritus, ni pueden ni les convendría hacerlo, si pudiesen, dado que somos la fuente de su existencia; pero impiden que el Despertar pleno
se lleve a cabo y, al menos, aplazan su problema a un futuro más o menos cercano.
Es debido a ello, conociendo este lamentable hecho, que la Hermandad de la Luz , también conocida como
Rosacruz aquí en Occidente, decidió que la solución se encontraba en el
individualismo más que en el colectivismo y es por ello que los Hermanos
rosacruces se reúnen en muy contadas ocasiones y trabajan, de forma unitaria, pasando
el testigo a un único discípulo. De este modo, la luz de los iniciados no se
concentra en grandes masas y puede pasar desapercibida por las huestes
arcónticas.
Evidentemente, al final de los tiempos, la Luz de la Verdad deberá ser
concentrada en una única Unidad lo que supondrá la Gran Batalla de Armagedón, la Batalla Final , donde la Luz prevalecerá sobre las
tinieblas. Para ello no queda mucho tiempo.
No sabemos si será dentro de muy poco o pasados mil años; pero lo que sí es necesario quela Raza humana sepa es que cada
vez que luchamos entre nosotros y derramamos nuestra sangre en cruentas
batallas, es a dichas huestes a quienes estamos alimentando mientras que
nosotros nos atamos a este Escenario con cadenas de acero constituidas por eslabones cada
vez más gruesos.
No sabemos si será dentro de muy poco o pasados mil años; pero lo que sí es necesario que
Preparémonos Queridos amigos y Hermanos para la gran Batalla final y dejemos
nuestras luchas fratricidas. Abramos los ojos a la única y Eterna Verdad
separándonos de cualquier tipo de dogmatismo, con cuya intolerancia seguimos
alimentando el Sueño de la
Ignorancia.
Quizá, todo lo expuesto en "La Divina Comedia" por Dante Alighieri no debiera ser interpretado como una simple parábola, sino como una verdadera realidad o contra-metáfora (Enmascarar la Realidad como Metáfora para ocultarla a los ojos de sus más enconados enemigos). También podría avalar, esta supuesta Verdad, ese afán interpretativo del Ser Humano en las múltiples facetas de su vida, así como su inconsciente y magnificada querencia, ancestral, por la representaciones dramáticas en sus múltiples variantes: Teatro, Cine, Radio, Televisión, Videojuegos...
ARALBA