Algunos individuos, de uno u otro
sexo, creen estar iniciados porque viven en una ilusoria mentira espírita y
creen haber sido tocados por algún supuesto Maestro ascendido; pero en realidad
viven engañados por una mera ilusión inmaterial producto de la interacción de
sus cuerpos personalidad con los vampíricos arcontes.
Unos pocos nacen ya iniciados, otros por mucho que lo intentarán, en sus presentes vidas, jamás vendrán a conseguirlo.
Esto es así porque la Iniciación también está prevista por nuestro Yo superior en la Cocina del Destino. Si esto, por motivos que solo él conoce, no está predicho, la Iniciación será simplemente imposible: El Hombre propone y Dios dispone.
Unos pocos nacen ya iniciados, otros por mucho que lo intentarán, en sus presentes vidas, jamás vendrán a conseguirlo.
Esto es así porque la Iniciación también está prevista por nuestro Yo superior en la Cocina del Destino. Si esto, por motivos que solo él conoce, no está predicho, la Iniciación será simplemente imposible: El Hombre propone y Dios dispone.
Ser Iniciado, en asuntos
espirituales, no es otra cosa que tener la antena bien sintonizada con nuestro
Eón sideral, literalmente, nuestra Estrella cósmica. De allí conseguimos toda la
información espiritual que traemos a este mundo cuando nacemos, mientras
estamos dormidos o meditamos.
Ser Iniciado, como indicamos, no es haber contactado con determinados maestros ascendidos; eso es vivir en un permanente engaño y viandar por un camino cortado que no conduce a algún lugar.
Solo cuando resonamos a la misma frecuencia en que nuestro Astro sideral emite sus neutrinos, estaremos en condiciones de realizar una correcta sintonización como si de un receptor y emisora de radio se trataran. De eso se trata la Iniciación, de sintonizarnos con el Ser Supremo, nuestro Yo superior.
Ser Iniciado, como indicamos, no es haber contactado con determinados maestros ascendidos; eso es vivir en un permanente engaño y viandar por un camino cortado que no conduce a algún lugar.
Solo cuando resonamos a la misma frecuencia en que nuestro Astro sideral emite sus neutrinos, estaremos en condiciones de realizar una correcta sintonización como si de un receptor y emisora de radio se trataran. De eso se trata la Iniciación, de sintonizarnos con el Ser Supremo, nuestro Yo superior.
La Iniciación es algo
absolutamente racional, los cuentos y fantasías son interesantes para ser
contadas a la luz de la lumbre en una fría noche invernal.
Un Ritual Iniciático, Psicodrama, sirve para entregar a los postulantes las llaves o herramientas que deberán utilizar, por ellos mismos, en su individual Iniciación y que podría producirse allí mismo o en otro lugar, a esa misma hora o muchos años después en esta o en otra posterior vida, dado que la Iniciación solo se producirá cuando haya sido establecido en nuestra particular Cocina del Destino.
Un Ritual Iniciático, Psicodrama, sirve para entregar a los postulantes las llaves o herramientas que deberán utilizar, por ellos mismos, en su individual Iniciación y que podría producirse allí mismo o en otro lugar, a esa misma hora o muchos años después en esta o en otra posterior vida, dado que la Iniciación solo se producirá cuando haya sido establecido en nuestra particular Cocina del Destino.
Toda Iniciación Espiritual posee Nueve
Grados y no más
¡Cada grado iniciático se puede
dividir en varios subgrupos; pero el total de Grados verdaderos, de iniciación,
no pueden nunca ser ni más ni menos que nueve! Eso es una invariable Ley
Espiritual. Nueve (9), solo 9.
Ese número lo podemos encontrar en la edad simbólica de algunos grados de determinadas instituciones iniciáticas y filantrópicas, de forma individual o en forma gematricamente organizado.
Por ejemplo en el 18º del REAA (Príncipe Rosacruz) tenemos que la suma de 1+8=9 o en el supremo 33 del mismo Rito masónico, su multiplicación también nos provee dicho y mágico último número 3*3=9. También lo vemos en los noventa grados del Rito de Memphis Mizraim, dado que 9+0=9. Por supuesto, nueve son los grados de toda Iniciación Rosacruz.
Ese número lo podemos encontrar en la edad simbólica de algunos grados de determinadas instituciones iniciáticas y filantrópicas, de forma individual o en forma gematricamente organizado.
Por ejemplo en el 18º del REAA (Príncipe Rosacruz) tenemos que la suma de 1+8=9 o en el supremo 33 del mismo Rito masónico, su multiplicación también nos provee dicho y mágico último número 3*3=9. También lo vemos en los noventa grados del Rito de Memphis Mizraim, dado que 9+0=9. Por supuesto, nueve son los grados de toda Iniciación Rosacruz.
Con menos de nueve grados la
Iniciación, en los Misterios Menores de Isis, no está completa, con más de nueve es una huida hacia adelante que
no lleva a ninguna parte, dado que los Misterios Mayores no pertenecen al Plano material. Bueno sí, a vaciarle al postulante los bolsillos de sus
valiosas monedas y recursos materiales.
Por lo tanto, nuestro humilde consejo a todas las organizaciones iniciáticas y dado que el Nueve es el último número individual del primer escalón de una infinita espiral, es que no engorden sus números de grados operativos porque ello solo llevaría al innecesario aburrimiento de sus iniciados y sobre todo en tiempos de tan sangrante Crisis económica.
Por lo tanto, nuestro humilde consejo a todas las organizaciones iniciáticas y dado que el Nueve es el último número individual del primer escalón de una infinita espiral, es que no engorden sus números de grados operativos porque ello solo llevaría al innecesario aburrimiento de sus iniciados y sobre todo en tiempos de tan sangrante Crisis económica.
Siete cuerpos posee el hombre,
necesarios para manifestarse en otros siete planos de diferente vibración. Dos
Planos más hay divinos, el Mundo de Dios y de los Espíritus Virginales, que aislados están del Sanatorio Psiquiátrico
que es esta nuestra Cárcel material.
Solo la adquisición de efímeros bienes materiales, por parte de algunas instituciones, dirigidas por mentes estrechas, puede estar soportando más grados que los Nueve que la Mente del Gran Arquitecto tiene estipulado para nuestro Plano existencial.
Solo la adquisición de efímeros bienes materiales, por parte de algunas instituciones, dirigidas por mentes estrechas, puede estar soportando más grados que los Nueve que la Mente del Gran Arquitecto tiene estipulado para nuestro Plano existencial.
Aralba