El Soñador en su Sueño
Era algo que bajo ningún punto de
vista podía suceder; pero sucedió: encontrarme sumido en un sueño profundo y,
sin embargo, estar convencido de que todo lo que en él sucedía era real,
auténtico y verdadero.
El día que descubrí aquella
verdad, hace ya algún tiempo, fue como si me hubiesen retirado una venda que
tuviese tapándome los ojos.
Lo que había considerado como una
vida consciente, no había sido otra cosa que un cúmulo de experiencias
virtuales, de carácter onírico, tan tangibles como pudiera serlo un leve
suspiro.
En realidad, lo que hasta
entonces había considerado mi cuerpo con sus sentidos, no habían sido otra cosa
que impulsos bio eléctricos en algún lugar del córtex cerebral. Hogar,
paisajes, familiares, amigos y viandantes tampoco habían sido otra cosa que una
suerte de corriente eléctrica conteniendo dicha información.
Ya, ya sé que no se trata de una
idea nueva, tan políticamente incorrecta que pareciera arrogancia y
egocentrismo; pero generalmente se piensa que nosotros podríamos ser el sueño
de un Ser Superior, los soñados; pero pocas veces, por el contrario, que en
realidad fuésemos los soñadores, los creadores de mundos e inventores de historias
a recrear; pero cuando se escribe una Historia, o se interpreta una función se
realiza para el contento y disfrute de una suerte de espectadores u
observadores.
¿Podrían ser, estos últimos, los
mismos creadores e intérpretes de la función?; dicho de otro modo, como en el
dicho ese de “Soy Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como”, no sería otro
que el mismo Soñador. En el caso de mi propia persona, tanto el creador de
historias, como los propios intérpretes, personajes y hasta el propio “disfrutador”
de la Función. Es decir, no escribiría para nadie más que para mí mismo, ni
seré leído salvo por mí mismo.
Bien, hasta ahora, pareciera que
esto no es otra cosa que un cúmulo de ideas dispersas cocinadas y aderezadas
para alimentar la natural curiosidad de unos pocos lectores; pero lo cierto es
que el descubrimiento de mi verdadera condición onírica, gracias al ejemplo de
los medios audiovisuales, es un hecho cierto y completamente medible,
observable y cuantificable.
Todo a mi alrededor parecía ser
tan sólido y consistente que era prácticamente imposible pensar que nada fuese
real, en el sentido común del término de dicha palabra.
Resulta que esa supuesta
consistencia no era otra cosa que densos paquetes de información que se
desplazaban a la velocidad de la luz, en sentidos opuestos, formando una
especie de doble espiral de cuantas; es decir, fotones.
Mi piel, el olor corporal y todo
aquello que era capaz de percibir mediante los sentidos no eran otra cosa que
engramas neuronales de un cerebro en estado de sueño cruzándose y
entrecruzándose, entre sí, de una forma aparentemente caótica.
Después de todo había descubierto
el sentido de la vida, la única, la real, la del soñador, la de mí mismo. Sí, lo único existente y
verdadero de mi Universo es mi propia consciencia y todo existe en mí, por mí y
para mí.
Que grande es la soledad del
creador, ahora lo entiendo, cuando descubre que su obra solo puede ser vista y
disfrutada por sí mismo; que no existe otro u otros seres y entidades que le
pudieran enfrentar o ponerlo, dialécticamente, en entre dicho.
Sí, tú querido lector no eres
otra cosa que un personaje más de mi propio sueño, como yo lo soy del tuyo. Tú
existes y vives por mí y en mí como yo existo en tí y por ti. Es una estupidez
pensar que estas palabras pudieran llegar a otro que no fuera yo mismo.
Si mi obra no se publica es
porque así ha sido diseñado el sueño y si sucediese lo contrario, y fuese
editada por miles o millones sería lo mismo; puesto que, una entelequia solo
podría ser realidad en la mente de su creador; pues fuera de ella no hay nada. Quiero poner al lector ante dos
ejemplos que le esclarecerán, sobremanera, lo dicho en los párrafos anteriores:
Si usted comunica por video
conferencia con otra persona, una amiga por ejemplo, usted es real frente a la
pantalla del Ordenador y la imagen que ve de su amiga es virtual, una
recreación electrónica de ella. En realidad ella no es real para usted, lo que
usted ve es un reflejo, una imagen transmitida desde una gran distancia; pero a
ella le sucedería lo mismo, ella sería real, mientras que lo que experimenta
con usted, a través de la pantalla es algo virtual, no es realidad en sí misma.
Intentemos dar un pequeño salto y
digamos que su amiga y usted ya se conocen personalmente, se han dado la mano y
se han besado; aun así su experiencia solo es real para usted como también solo
es real para ella, pues hay algo que los separa, el envoltorio de carne que
cubre sus espíritus. Ambos, los dos, son micro cosmos separados, como dos
células cuya membrana o envoltorio, su piel, su carne, sus huesos, hacen
imposible que sus espíritus puedan sentir la unión absoluta. En realidad ambos
son seres imaginarios el uno para el otro y cada cual, de forma natural,
intenta sacar lo mejor de dicha relación.
Su amiga de usted y usted mismo
han llegado a intimar tanto que se acuestan juntos y tienen relaciones
sexuales; pero por una precaución debida usan condones y/o diu. Sí, esos globos
de plástico que se utilizan para evitar que la semilla del varón pueda germinar
en el interior de la mujer. Notarán un inmenso placer, como es natural; pero si
son suficientemente sensibles comprenderán que sobra algo, una frontera que les
separa de la sensibilidad total del rozamiento de carne con carne. Sí sobran
las malditas gomas. En realidad no están unidos, hay algo que los separa.
Suponiendo que su relación se
hiciera más íntima aún y prescindieran de cualquiera de esas barreras, aun así
y terminado el coito sentirán un extraño sentimiento de vacío, de que sí, todo
ha sido muy bonito y sentido; pero interiormente sienten que algo no se ha completado.
No se ha completado la unidad espiritual, tan solo la marital o carnal. Los
espíritus siguen estando tan separados como la imagen virtual de ustedes
mediante una videoconferencia por ordenador. Esto es así, por lo dicho en los
primeros párrafos de esta Perla del Dragón de Jade:
Cada uno vive en su propio
Universo, su micro cosmos si desean llamarlo así y la membrana que rodea
nuestros universos holográficos impiden que unos y otros puedan interactuar
libremente entre sí. Ustedes, hagan lo que hagan, seguirán siendo reales para
ustedes mismos; pero lo que les rodea, incluso sus seres queridos no son otra
cosa que reflejos e imágenes ajenas a su Universo o micro cosmos. Ellos
debieran sentir del mismo modo llegados al estado de la Iluminación.
Los espíritus solo pueden
interactuar libremente entre sí y de forma verdadera cuando se encuentran
desencarnados y liberados de la membrana que cubre, recubre, su mico cosmos.
Esotéricamente se han inventado
cientos de métodos para lograr esa unión espiritual, manteniéndonos en este
Plano de existencia; pero jamás se ha conseguido porque nuestro Mundo no es
real solo una ilusión y todo lo que transcurre a nuestro alrededor son paquetes
de información no personas o cosas; es como si viviésemos en un gigantesco
escenario holográfico; pero donde el único real fuésemos nosotros mismos. El
resto de personajes también serían reales; pero en sus propias cabinas
holográficas, sus propios micro cosmos, sus universos, nunca en los universos de los otros.
Ese día, de comunión eterna y
divina de los espíritus llegará, no les quepa duda alguna y no es cuestión de
alguna idea religiosa; pero sucederá cuando este Multiverso holográfico
desaparezca, los espíritus despierten y recuperen su libertad. Entonces ya no
existirá frustración por no llegar a alcanzar la unidad con la persona amada;
pero hasta entonces tendrán que esperar y conformarse con el conocimiento de la
Verdad, aquello que les hemos contado. Que se encuentran brutalmente
aletargados y que ya es hora de despertar.
Quien tenga entendimiento
entienda
Luzbel