domingo, 7 de febrero de 2016

Los Pilares del Sistema

Hoy comenzamos una nueva andadura libre de ataduras preconcebidas, donde denunciaremos de forma velada, solo transparente para los despiertos, los secretos del Sistema. 

Un Sistema que, por demás, está muy interesado en que seamos buenos, disciplinados y obedientes; es decir que nuestras acciones, por activa o por pasiva,  no sean molestas para sus planes de mantenimiento perenne.

Se suele mencionar a los poderes facticos, Gobierno y Sistema Político, Justicia, Ejército y fuerzas de seguridad, Educación, Cultura y Sanidad tal que a la Iglesia y el Sistema financiero, como los pilares del Sistema en que se sustenta casi cualquier Estado, sustituyendo la Religión predominante, en algunos denominados aconfesionales y laicos, por una ideología filosófica de carácter ateo; pero en el fondo todo es lo mismo.

Dicho lo cual, podría pensarse que esos son los únicos pilares en los que se sustenta el injusto Sistema actual; pero esto no es así. Existen multitud de organizaciones buenistas de todo tipo; donde para su pertenencia y disfrute se exige no ser molesto al Estado. Quizá se les diga que allí buscan la Libertad de pensamiento; pero a usted, de forma cínica, le impondrán obediencia a una jerarquía supuestamente más preparada que usted. No se le ocurra entrar en conflicto con las leyes del Estado, aunque estas sean probadamente injustas, que a usted se le llamará al orden y con seguridad será expulsado.

De algún modo es como un inmenso holograma virtual, donde las organizaciones más pequeñas, sean estas públicas o no gubernamentales, funcionan con el mismo principio aunque solo semejante, dado que son fieles al Sistema que las sustenta. Por lo tanto, todas ellas, denomínense como se denominen, son parte sustancial de los pilares de este Sistema injusto que sojuzga a las personas denominándolas, de forma falsa, como ciudadanos.

Algunos consideran que el Sistema si no es justo en su totalidad, al menos es útil y necesario para poder mantener el orden de todo lo que existe y que no venga alguien más fuerte que nosotros y nos arrebate lo que con tanto esfuerzo hayamos conseguido, nosotros o nuestros antepasados; pero ello es solo una engañifa, pues el Sistema está concebido como una especie de muro virtual que tan solo protege a una élite y que, por regla general, suele estar en la punta de la pirámide de los pilares mencionados así como de los insinuados.

Usted, querido amigo, no está protegido por el Sistema aunque le hayan acondicionado para que así lo crea. Intente rebelarse contra lo que usted considere injusto y verá lo que le sucede. Puede hacer lo que considere oportuno; pero no se lo recomiendo, dado que caerá sobre usted todo el peso de la Ley a la que la élite parece inmune.

Ellos mantienen todo bajo control. Si usted no posee una titulación oficial, decidida por la élite del Sistema, simplemente no podrá ejercer de nada y si lo hace, por muy cualificado que pueda estar, estará desamparado y fuera de la Ley. Ellos necesitan que usted pase por las escuelas oficiales de domesticación del rebaño y no solo para que usted estudie de lo que quiera ejercer sino para ser acondicionado y obediente al Sistema. De dicho modo, a usted se le habrá lavado el cerebro y considerará como cosas buenas y justas aquellas que, si usted hubiese despertado a la verdad, vería como manifiestamente negativas e injustas.

Estamos viviendo en un Sistema Neoliberal, lo cual a usted le dirá unas pocas cosas; pero seguramente estará profundamente equivocado creyendo que eso es sinónimo de un Estado de derechas y que podrá ser más o menos injusto. Este Sistema, denominado como neoliberal, en realidad es un Estado Fascista, absolutamente injusto para la mayoría de la población, que ha tomado lo peor tanto del Capitalismo como del Comunismo y que en realidad debería denominarse como Anarco Capitalismo que favorece de forma exclusiva a la Élite financiera y a sus acólitos que conforman las jerarquías al mando de los pilares del Sistema.

Podría parecer injusto denominar como fascista o caciquil a un Sistema supuestamente democrático; pero es así, dado que es eso, solo un supuesto de algo que debería de ser; pero que no lo es. Es Democracia, en tanto en cuanto se nos da la oportunidad de elegir a los gobernantes que dirigirán nuestros destinos durante un periodo de tiempo determinado; pero deja de serlo en el instante en que han sido elegidos y ya no podemos hacer nada para evitar que incumplan aquellas promesas que, de un modo u otro, les auparon al Poder.

De hecho, si piensa usted un poquito, solo un poquitín, verá que quienes nos gobiernan, quienes dirigen las grandes corporaciones del País, quienes están al frente de los poderes fácticos en suma, son apellidos bien conocidos y que pertenecen a algún tipo de abolengo aunque no tenga que ver específicamente con la denominada como Nobleza. 

Ellos, sus padres y sus abuelos, así como sus hijos y futuriblemente sus nietos, han estudiado y estudiarán en colegios especiales, de carácter privado, pertenecientes, antaño, a los jesuitas u, hoy en día, al Opus Dei. Después saldrán al extranjero a Universidades donde las élites del Mundo se forman. No, ni usted ni sus hijos ni sus nietos tendrán la más mínima oportunidad de llegar a la cima del poder por muchas carreras universitarias que realicen y, si por algún motivo lo consiguen, antes habrán sido debidamente instruidos, acondicionados, domesticados en suma.

Cualquier Institución, sea Publica, no gubernamental, de ocio o iniciática poseerá una serie de estatutos que antes habrán pasado por el filtro del Sistema. A usted se le exigirá, como no puede ser de otro modo, que sea obediente al Estado; es decir que no delinca según sus normas, sean ellas justas o injustas. Si usted se adhiere a cualquier organización ajustada a los designios del Sistema, sin duda, aunque sea de forma inconsciente, usted formará parte de los pilares que sustentan a este Sistema injusto. 

Desde luego tan solo será un peón prescindible de este inmenso tablero de ajedrez virtual; pero un peón que se interpondrá ante aquellos que, de un modo u otro, intenten modificar el Sistema para convertirlo en algo equitativo y digno de ser vivido por el conjunto de la comunidad humana. Llegado ese hipotético día, entonces sí, podremos denominarnos ciudadanos y nos gobernará una justa Democracia donde los privilegios de unos pocos sean cosa del pasado.

Por favor, piense en lo que ha leído. El futuro de su familia y de la propia Tierra están en juego.

Hombre, el Amor es la Ley, Amor bajo tu Voluntad. 93-93/93

Cagliostro