Son tan altos los árboles de la linde que no dejan ver el
bosque
(Dicho Popular)
Mientras vive un Maestro
Iniciático, generalmente, suelen surgir pocas disidencias de parte de sus
discípulos; pero otra cosa muy distinta sucede cuando el susodicho tiene que
traspasar el Velo hacia el Oriente Eterno.
Todos los seres humanos,
sin excepciones, hemos venido a este Mundo con un cierto Destino prefijado.
Hemos venido para realizar algo determinado aunque no tengamos memoria de ello;
pero hay unos pocos, cada vez más, que parece que hubiesen nacido para ser los
voceros charlatanes de sus antecesores.
En otras ocasiones los
voceros surgen incluso en vida del Maestro que trajo la información del otro
lado a éste mundo. En estas ocasiones se suele ofrecer la información como de
segunda mano haciéndose eco, o no, del auténtico descubridor del Misterio.
Chungo quedaría que se cobrase por ello y en estos casos se ofrece, la
información iniciática, sin mayor coste que el sobrevenido por su necesaria
impresión y distribución. Faltaría más.
Debemos ser conscientes
que nuestra búsqueda no consiste en encontrar a un Gurú o Maestro externo que
nos ofrezca una filosofía de vida que nos permita vivir, el resto de nuestros días, con una cierta ilusión.
Todos hemos venido a este Mundo con un Maestro Interno que tienen que despertar
y lo hará con la ayuda proporcionada por esos supuestos Gurús y Maestros con
las llaves que nos mostrarán. Si no son capaces de mostrarnos al maestro
interior o es que se trata de falsos maestros o que no nos encontramos
preparados para ese despertar.
El problema consiste en
que pudiésemos convertirnos, nosotros mismos, en voceros de dichos maestros sin aportar nada
particular a sus enseñanzas; pero que sin embargo nos vayamos alimentando, explícitamente, con
las diversas versiones tipográficas del original trabajo del Maestro, que pudiésemos ir publicando con mayor o
menor filantropía. Vamos, con determinado grado de hipocresía.
Hasta el presente nadie
había hablado de esto así de claro, dado lo políticamente incorrecto del asunto; pero va
siendo hora de que todos y cada uno de nosotros abramos bien los ojos, porque,
Amigos, existen muchos lobos con piel de cordero que requieren de nosotros
nuestro dinero, primero, para ir subsistiendo a nuestra costa y de poder psíquico, después,
para sustentar sus groseros egos.
Cuando Rudolph Steiner
publicara su Ciencia Oculta, ya Max Heindel se había adelantado en publicar su
Concepto Rosacruz del Cosmos, donde hablaba de un supuesto Maestro Rosacruz y del
que no proporcionaba nombre alguno. Como hemos podido ir comprobando, en
trabajos y artículos anteriores, el Concepto Rosacruz del Cosmos es una buena
copia, más entendible si cabe, que la Ciencia Oculta de Steiner; pero en esencia es la misma cosa. La información
que supone el magnífico texto del Iniciado afincado en Estados Unidos de
Norteamérica fue obtenida, según el propio Heindel, mediante un Hermano de la
Rosacruz en la propia Alemania. Dicho esto, cabe decir también, que la economía
de Heindel, en aquella época, no era nada boyante y aún así pudo realizar la travesía marítima que le llevó hasta Alemania gracias al
préstamo monetario de un amigo filántropo. Debemos recordar que Max Heindel
era Teósofo y se encontraba bien relacionado con el ambiente franc-masón de su época.
Justo cuando Max Heindel realizó su viaje iniciático al país Germano, Rudolph Steiner
estaba impartiendo sus famosas conferencias sobre la Teosofía de los
Rosacruces. El Maestro Alemán le proporcionó, de modo altruista, un borrador de su
Ciencia Oculta, aún inédita, suponemos que, con la mejor intención del mundo, para la
formación rosicruciana de su discípulo.
Tras regresar a Estados
Unidos, Max Heindel se dispuso a traducir la Obra de su Maestro, estudiarla y
hacerla un poco más didáctica e inteligible gracias, entre otras cosas, a la cantidad de ilustraciones que incorporó. Fruto de tan arduo trabajo surgió
el que sería uno de los textos rosicrucianos por excelencia: El Concepto
Rosacruz del Cosmos. Al parecer, cuando Steiner se enteró de lo ocurrido, tras
haber recibido una copia dedicada por Max Heindel, le sentó a cuerno quemado -intenten ponerse en su lugar- y
rompió las peras con su anteriormente querido amigo Americano.
Tras la Primera Edición,
como vimos dedicada a su supuesto Maestro Steiner, de las siguientes fueron eliminadas dicha
dedicatoria y la Obra quedó tal y como en la actualidad se conoce. Unas
enseñanzas rosacruces entregadas a Max Heindel para su difusión Universal de parte de un miembro de la Orden Rosacruz. De algún
modo, Max Heindel se había convertido en el Vocero, en vida, de Rudolph Steiner,
primero en los Estados Unidos de Norte América y después en todo el mundo. Al
parecer Max Heindel nunca habría recibido de Rudolph Steiner la licencia necesaria para poder
publicar su Ciencia Oculta y mucho menos crear una Fraternidad con el nombre de
Rosacruz; pero así sucedieron las cosas. Creemos, de corazón, que Rudolph Steiner con su buen corazón pecó de ingenuo.
Como de todo lo malo
siempre suele salir algo bueno; podríamos decir que El Concepto Rosacruz del
Cosmos siempre se ha intentado distribuir al precio de coste más bajo posible,
dado que, según palabras textuales de Max Heindel, de balde lo recibisteis de
balde lo daréis y nunca más cierto que en ese caso concreto. Poco después el propio Maestro
Alemán publicaría su más sexuda e incomprensible Ciencia Oculta; pero, en la Historia, siempre se encontraría en primer lugar la Obra de Max Heindel que la del propio Creador. Era otra época y donde las distancias eran enormes. Hoy, quizá, hubiese supuesto un litigio judicial a nivel internacional y que, con mucha probabilidad, hubiese ganado el verdadero Creador de la Obra.
Cuando Doña Augusta Fox se
emparejó con Max Heindel, toda la Teosofía Rosacruciana quedaría empapada de
astrología dado que Augustha era una experta astróloga profesional. El Mensaje
de las estrellas, obra de la Fraternidad Rosacruz, podría decirse que fue más obra de ella que de su propio
esposo aunque fuese firmado por aquél. A partir de entonces, la primitiva
enseñanza rosicruciana de Rudolph Steiner quedaría envuelta de una aureola
astrológica que nunca habría querido el Maestro Alemán para su Teosofía Rosacruz.
Dado que la Obra de Max
Heindel se ha distribuido de forma presuntamente gratuita, dado que nunca ha
exigido cuotas por la pertenencia a sus escuelas o por recibir sus enseñanzas, pareciera
como que estuviese más expuesta a ser utilizada por un numeroso ejército de
voceros de segunda y tercera generación. Algunos, con buen criterio, como en el
caso del Lectorium Rosicrucianum, se fueron alejando de las enseñanzas
astrológicas de Doña Augusta Fox de Heindel primero, para acercarse, con posterioridad, al verdadero espíritu
de la original Obra Rosacruz de Rudolps Steiner.
Muchos miembros de esta
Escuela, la Rosicruciam Fellowship, y otras parecidas, dado que no han sido capaces de encontrar a sus
maestros interiores se han convertido en verdaderos voceros de las enseñanzas de
sus supuestos maestros.
Más de veinte, cerca de la
treintena, fueron los libros de Max Heindel que fueron publicados y que en
realidad no se trata de otra cosa que recopilatorios de todas las conferencias
que diera en el transcurso de su corta; pero prolífica carrera iniciática. Tras
su muerte, Augusta Fox con mano de hierro retomó el trabajo de su marido y
embadurnó, más si cabe, las enseñanzas rosacrucianas con sus natural influencia
astrológica. Fue por aquella época cuando el Lectorium Rosicrucianum, abandonó
dicha cadena iniciática para retomar la de Rudolph Steiner allá donde el
Maestro Alemán la dejara tras su muerte. El Lectorium, para bien de todos los estudiantes rosacruces, fue abandonando, primero,
el carácter astrológico de la escuela para tomar, después, el camino gnóstico maniqueo de
los cátaros y que en la actualidad lo caracteriza.
Pero no es a esos
bienintencionados voceros a los que nos estamos refiriendo sino a todos aquellos
estudiantes de la Escuela de la Fraternidad de Max Heindel, que sin aportar
nada propio de interés han venido auto publicando trabajos seudo-iniciáticos con el
fin de ver a su ego complacido tras la publicación de una, dos, tres y
múltiples obras basadas en el Trabajo de Max Heindel o de otros de sus discípulos. Esos
voceros son los que con su vocerío no dejan ver el bosque de la verdadera Iniciación.
Con mucha probabilidad, en este mundo de lo Iniciático, tan solo haya unas pocas obras impresas que merezcan la pena y que podrían ser consideradas como auténticas canalizaciones del Colegio Invisible, el resto no dejan de ser verdaderos plagios de ideas y fusilamientos de obras anteriores que, a pesar de lo que pudiera parecer en un principio, vienen a complicar todo este Mundo de lo Oculto, lo Esotérico, para desdicha de los verdaderos buscadores.
Con mucha probabilidad, en este mundo de lo Iniciático, tan solo haya unas pocas obras impresas que merezcan la pena y que podrían ser consideradas como auténticas canalizaciones del Colegio Invisible, el resto no dejan de ser verdaderos plagios de ideas y fusilamientos de obras anteriores que, a pesar de lo que pudiera parecer en un principio, vienen a complicar todo este Mundo de lo Oculto, lo Esotérico, para desdicha de los verdaderos buscadores.
La mayor parte de esos
voceros no aportan nada a la cadena iniciática porque en lugar de haberse
ocupado en despertar a su maestro interno se han convertido en falsos
discípulos de sus presuntos maestros externos. La Enseñanza Rosacruz no es una
cuestión de memorizar los textos de los maestros que nos han precedido hasta
ser capaces de contestar, a modo de papagayos, a todo aquello que nos pudieran
consultar de modo que no hubiese diferencia alguna con aquellos que trajeron dicha
Enseñanza Oculta hasta nuestro Plano. El verdadero Trabajo del Discípulo
consiste en utilizar el Trabajo de los maestros externos a modo de escalera o
llave que nos conduzca hacia una superior información, porque de eso se trata, no solo
de la evolución del cuerpo humano sino también de su mente y de su propia alma. Aunque alguien
piense lo contrario, no está todo inventado ni se conoce aún la esencia de las
cosas, ni mucho menos se han respondido a todas las cuestiones esenciales que nos
hacemos los seres humanos.
Los discípulos están, no
para convertirse en voceros de sus supuestos maestros sino para continuar el
trabajo de investigación donde aquellos lo dejaron; pero además, cuando un
vocero iniciático bebe de las fuentes de otro vocero iniciático, resulta que su
contenido es de todo menos iniciático. Esa supuesta enseñanza oculta se ha
transformado en el pozo sin fondo del juego de la Oca y de donde no podremos
salir si antes alguien no nos abre los ojos y nos ayuda a salir. Por favor, no
nos infravaloremos tanto y seamos conscientes de que nosotros somos nuestros
propios maestros y que el estudiarnos de memoria las enseñanzas proporcionadas
por los eslabones anteriores de alguna supuesta cadena iniciática solo nos transforma en
simples voceros de otros voceros anteriores. En estos casos, la mayoría, el supuesto contenido
iniciático de dicha enseñanza transmitida queda malogrado y no sirve absolutamente
para nada. Palabra.
Aralba