"Querido Hermano, creo que no
deberías hacer público tu pertenencia a una Fraternidad Iniciática"
A buenas horas mangas verdes,
digo yo.
Agradezco la buena entrega de estas
palabras, o parecidas, que algunos amigos me regalan con
la mejor intención de protegerme a mí o a la Fraternidad de algún oculto mal.
Pero, por suerte o por desgracia,
vuestras palabras han llegado tarde de solemnidad pues desde hace más de cuatro
años, las personas que me siguen por Internet saben de qué pie cojeo, dado que
jamás he dado importancia a que los demás conozcan los caminos por los que me
muevo. De hecho, todo lo contrario, estoy orgulloso de indicar mi procedencia y
solo espero ser digno de mis diversos y amados apellidos iniciáticos.
De hecho, quisiera recalcar,
aunque ya lo he expuesto hasta la saciedad, que solo soy un humilde aprendiz y
estudiante de las enseñanzas de la Tradición Occidental. Si nuestras
reflexiones y artículos pudieran servirles a mis amigos para identificar su
propio camino a seguir, me sentiré más que satisfecho.
De lo que todos podréis estar
seguros es que jamás identificaremos, como miembros de las fraternidades que
conozco y por las que he pasado o me encuentro, a ningún Individuo de cualquier Especie. Por supuesto,
también y durante lo que nos quede de vida, intentaremos en lo posible no dar
que hablar y/ o poner en evidencia, por un supuesto mal comportamiento de
nuestra parte, a cualesquiera de esas filantrópicas organizaciones.
Somos un Individuo, creemos que
de la Especie Humana o al menos una parte de nosotros lo es, con más de cincuenta
y ocho años a cuestas y con muchas experiencias, de diferente signo, en el
haber de nuestra existencia. Agradezco, de corazón, todos vuestros amorosos
consejos respecto a lo que podría o no debería de hacer; pero me temo que nada
podéis hacer al respecto, dado que quien así se comporta, sin secretismos
aunque con la necesaria discreción, no es nuestra Personalidad sino nuestro Ser
Interno o Yo Superior. Tampoco es importante las posibles consecuencias que podría
tener, en mis circunstancias iniciáticas, el negarme a seguir esos bien
intencionados consejos; pero de verdad que os lo digo. Nada tiene importancia y
será lo que tenga que ser dado que, tanto yo como vosotros, nada podremos hacer
al respecto.
No quisiera acabar sin
recordarnos, a todos, que el Secreto tuvo una función protectora indudable;
dado que la vida y propiedades de amigos y hermanos corrían serio peligro en
tiempos muy difíciles; pero me consta que
hoy con la necesaria discreción es más que suficiente. Al menos yo, haciendo
uso de mi Libertad personal, he decidido seguir este Camino de simple
Discreción, y no otro, dado que ni yo ni mis fraternidades tienen nada que ocultar;
sino, todo lo contrario, mucho por mostrar, dado el Tiempo Histórico en el que
nos encontramos y el mucho trabajo que aún queda por realizar.
No me considero, ni mucho menos,
por encima de vosotros; pero os equivocáis catastróficamente si pensáis que os
encontráis, aunque sea un poco, por encima de Yo Soy, de mí.
ARALBA