Que las rosas florezcan sobre tu Cruz
Vamos a entrar de frente y a pecho descubierto dado que nos avala la verdad, al menos una parte importante de ella. El Lector siempre tiene la ventaja, respecto del autor, del anonimato. Quien se dedica a escribir queda expuesto a múltiples sentimientos, envidia, rencor, ira, desprecio..., de parte de quienes disfrutan o sufren nuestro filantrópico Trabajo.
Ya, desde muy pequeño, nuestra
madre nos educó para que nos avergonzáramos cuando dijésemos alguna mentira y
no porque ésta tenga las patitas cortas, como dice el dicho, sino porque se trata de una infamia y absoluta falta
de respeto hacia nuestros semejantes y, por ende, hacia nosotros mismos.
Desde esta maraña de
páginas electrónicas, creadas en escasos dos años y mucho menos algunas de ellas,
hemos intentado aportar, con nuestra mejor voluntad, gran parte de lo cosechado durante
muchos años de investigación amateur respecto de, exclusivamente, nuestra
experiencia personal e intelectual iniciática. El Lector, tú, estás en absoluta libertad
de creer que lo que te cuento es cierto o mentira, faltaría más. A parte de invitarte, desde ya, a tomar
unas cañas para que puedas conocerme mejor, nada mejor podemos hacer en esta
cuestión.
Siempre intento, cuando me
dirijo a ti, apelar a la lógica y a la razón en lugar de a la vulgar
credulidad. Dios, la Providencia o mi Ángel guardián o Yo Superior me han provisto del Don de
la escritura y aun así, reconozco mi torpeza para expresar convenientemente las
ideas que fluyen de mi mente y pasadas por el filtro del corazón. Por favor, de
veras, no quiero que consideres que voy de sabio, humilde o Maestro con el
Síndrome de Jerusalén. Nada más lejos de mi intención.
Hace unos tres años nos dió un síncope que nos situó ante las puertas de la
muerte de no haber sido porque aquella noche mi sobrina Verónica se encontraba en Casa y pudo auxiliarme a tiempo.
Desde aquél,
supuestamente, nefasto día han sucedido en mi Ser cosas de muy difícil explicación
y, desde entonces, nos mueve un afán de desembuchar todo de lo poco que llevamos
dentro con el fin de compartirlo con todos vosotros. Os aseguro que intento hacerlo con
el máximo respecto tanto hacia vosotros como hacia las instituciones de las que
podáis ser miembros, seguidores o simples admiradores. No obstante os aseguro, juro y prometo, nunca en vano,
que jamás vamos a sacrificar la Verdad a cambio del respeto al que nos
referimos.
El Destino, sus razones tendrá, no nos ha
concedido la posibilidad de convertirnos en un Investigador Profesional armado del
tiempo, remunerado, suficiente, como para documentar adecuadamente mi trabajo con
cientos de notas bibliográficas a pie de página y avaladas con algún tipo de doctorado oficial, dado que somos autodidacta; por lo tanto solo nos cabe
apelar a tu buen sentido de considerarme un Caballero con Honor, adicto a la Verdad,
Honrado e incapaz de engañar a nadie porque os considero a todos como si fueseis
yo mismo, con todos los defectos que puede tener cualquier ser humano y,
también, con todas sus virtudes.
No se trata de nada
particular si digo, con conocimiento de causa, que la Fraternidad Tal o la
supuesta Orden Cual están cimentadas sobre la estafa, el engaño y la mentira. Lo
cierto es que tanto mi intención como el destino de mis palabras, aunque crudas, son la
construcción positiva y no la destrucción, el rencor o cualquier otra causa
desleal. Desde los diecisiete, tengo en este instante cincuenta y seis años de
edad, venimos inmersos en el estudio de la Rosacruz en el más amplio sentido de
la palabra, tanto en su vertiente de corriente de pensamiento como en la de su actividad
física y práctica en sus más diversas y variopintas versiones.
Jamás hemos hablado mal de
ninguna de ellas dado que a todas les tengo un inmenso cariño; pero ese afecto
que me dirige del ecumenismo más simple hasta el sincretismo más profundo
nunca han cegado mis ojos a la verdadera realidad que se oculta en el origen de
la mayoría de las organizaciones religiosas, místicas, herméticas, cabalísticas
o de otra índole que se reconocen como rosacruces o rosacrucianas.
Ya, en otro lugar, nos
referimos a la Verdad que se estaba construyendo sobre los cimientos de una
entelequia. Esa Verdad se llama Corriente Rosacruz y la Entelequia Orden
Rosacruz como organismo físico, debidamente documentado y con cartas patente,
desde su supuesto y arcano nacimiento como organización iniciática de carácter
físico y real, váyase usted a saber desde cuando.
Miren no voy a entrar en
si José Smith tradujo, unas tablillas de oro impresas, el Libro del Mormón, recibidas
de manos de Ángel Moroni, donde se relata, con todo lujo de detalles, como una
Tribu perdida de Israel cruzó el Atlántico para situarse en el Continente
americano. Tampoco en si un elevado Hermano de la Orden Rosacruz le proporcionó
el Concepto Rosacruz del Cosmos al Hermano Max Heindel y, tras la correspondiente
traducción que mandan los cánones en estos casos, fundó su Rosicrucian Fellowship, con el
beneplácito, por supuesto, de los hermanos mayores de tan Augusta Orden. Cuando digo, de la Antigua y Mística Orden de la Rosacruz, que es completamente
falso que se remonte su origen, en una tradición ininterrumpida, hasta la época de Akenatón,
Amenophis IV, lo hago con todo el cariño y respeto hacia todos sus cotizantes y hacia la Organización,
porque tanto mormones como rosicrucianos han convertido en realidad una
entelequia y no quisiera entrar aquí, en especulaciones respecto a los motivos
de tantos y tantos engaños ¿económicos quizá?, ¿realizados con la mejor
voluntad basados en la premisa del fin justifica los medios?. No, no voy a caer
en la trampa, no es este el lugar ni el momento adecuado.
Toda esa investigación,
aunque de forma amateur, nos ha llevado muchos años y también dinerito, dado que
pertenecer a unas y otras organizaciones, sea mediante donativos o cuotas de diferente cuantía no es
nada barato sobre todo cuando quien se dirige a ustedes, se sentía bendecido
con ese afán ecuménico rosacruciano del que hablaba más arriba. Algunos
entendieron bien el mensaje y desde hace tiempo dicen la Verdad, con claridad meridiana, el
Lectorium Rosicrucianum, por ejemplo, no ocultando nada ni de sus orígenes, fue fundado por la Escuela de Max Heindel en Holanda, ni de
su propósito religioso maniqueo. Os aseguro que no tengo ningún interés especial por La
Rosacruz Aurea, dado que algunos de sus métodos de financiación no termino de entenderlos y, por lo tanto, no los apruebo.
Es bueno, como decía mi Madre, decir siempre la Verdad y no porque la mentira
tenga las patitas cortas, que también, sino por puro respeto hacia los demás, todos vosotros, y
hacia uno mismo, Yo.
Estamos en pleno siglo XXI
y tanto la Fe verdadera como la Intuición intelectual, cimentadas en el
Conocimiento que nos ha proporcionado tantos siglos de civilización e
investigación científica, no deben permitirnos caer en falacias y entelequias
sustentadas en mitos y leyendas de dudosa credibilidad. No me pueden ustedes venir
a mí a decirme que su organización fue fundada en el Egipto faraónico porque,
además de no haberme caído de un guindo, tenemos la posibilidad de estudiar con
la mente en la memoria de la naturaleza y eso señores de AMORC, con todo mi
cariño y respeto que se merecen, es absolutamente falso y lo peor de todo, es
que siempre están apelando a la razón, la lógica y la filosofía griega. No sé
si tomarlo como cinismo o ignorancia, más bien creo lo segundo que lo primero.
Ya lo saben, fratres y sorores,
hermanos y hermanas, amigos y amigas, no solo los he estudiado desde el exterior. Os conozco desde
dentro y por dicha causa es que os amo y os insto a que revertáis esas mentiras
fundamentales de una historia inexistente en Mito y Símbolo, porque es lo que
cualquiera, medianamente inteligente y con sentido común, debería de hacer.
Otros lo han hecho y no les ha ido mal; pero si no os estoy criticando, leches.
Estáis construyendo un inmenso y bello edificio de una entelequia, de la nada ¿No
os parece suficientemente grandioso el Hecho? ¡Ojo!; pero no sois los únicos,
hay otros que se lo han currado del mismo modo aunque sus frutos materiales no
fuesen tan visibles como los vuestros. Un respeto también para todos ellos. La
verdadera Orden Rosacruz existe, ha existido siempre; pero no en este Plano de
existencia. Solo su corriente de pensamiento ha corrido libremente a través de
las edades del Hombre. No sois quienes para apropiaros, para vosotros solos, de
tan digno nombre porque alguien en un pasado reciente tuvo la osadía de
registrar, en diversos estados, debidamente el título Rosacruz y aportando,
ante vuestros miembros, documentos de muy dudosa procedencia.
Si hablamos de Razón,
utilicemos la razón. Si hablamos de fábulas y fantasías juguemos a ello; pero
por favor, por respeto a nuestra limitada inteligencia, no intenten hacernos creer en que son Verdad.
Las piedras de molino ni son ni parecen hostias consagradas.
En nuestra vida actual
existe una Guerra entre dos corrientes, lo Políticamente correcto y la Verdad. Yo
no sacrificaré, jamás, la Verdad en beneficio de una vulgar entelequia, aunque
nos fuera la vida en ello. Hay un dicho que dice: todo Hombre tiene un Precio. Ya
sabéis cual es mi Límite, mi Techo, lo que jamás traspasaré: El Precio es la
Verdad.
Por Amor a la Orden Rosacruz, el natural sincretismo
y su obligado ecumenismo
Por Amor al Colegio
Invisible
Por Amor a la Fraternidad
de Shámbala
Por Amor al Hombre y a la
Divinidad que mora en él
Sobre
las tres puntas del Triángulo
Luz, Verdad y Amor
Luz, Verdad y Amor
L:.V:.X
Frater
Estudiante: Aralba-Pensator-Minister
(Investido en el Sacerdocio de Aarón y postulante a la Orden de Melkisedec)
(Investido en el Sacerdocio de Aarón y postulante a la Orden de Melkisedec)