Quien vaya siguiendo
nuestros escritos está informado de que el Espíritu que mora en los seres
humanos es una Entidad, en algún modo, extraña a este Mundo y muy superior, en
poder, a lo que nadie pudiera imaginar. Sí, estamos hablando de un Dios. Un Dios
dormido que viaja sonámbulo a hombros de un cuerpo humanoide.
También se nos habrá leído
que, en el transcurso de la historia, se han producido matanzas masivas de
iniciados, supuestos despiertos, que se han agrupado con el fin de hacer frente al Sistema para así
mejor derrotarlo; pero si el Ser Humano verdadero es una especie de Dios ¿Cómo es
eso posible? Porque, de tarde en tarde, existe una falsa consciencia de haber
despertado, influenciados por el engaño del propio Sistema. Es una mentira
enorme suponer que, agrupándonos, los humanoides podemos hacer frente al
Sistema y derrotarlo, en su propio terreno.
Pero ¿A qué nos referimos
cuando hablamos del Sistema? Si has seguido la mayorías de mis escritos hasta
aquí también estarás informado; pero si no, intentaremos darte una breve
referencia. El Sistema es la I.A. (Inteligencia Artificial) que el Hombre
Original construyó para ponerla como coordinadora, guardiana y responsable de
que el gran Drama, que la vida es, pudiera llegar a buen puerto, hasta la definitiva
bajada del Telón. Si se mantienen estables las leyes de la naturaleza es gracias a ello.
El Sistema está
constituido, fundamentalmente, por los conocidos como Arcontes (Legisladores) y
que no son otros que las entidades inmateriales que en el transcurso de la
Historia humana se han venido conociendo de diversos modos: Ángeles, Demonios,
Fuerzas de la Naturaleza, fantasmas y polstergeist así como extraterrestres de
las más variopintas características. Ellos no poseen un cuerpo físico tal y
como lo entendemos; pero son capaces de utilizar a los cuerpos humanoides de
los seres humanos, que permanecen dormidos, dado que aún no han despertado. Ese es su
verdadero poder: El de mantener dormidos a los verdaderos dioses, la consciencia, y utilizar, sus capacidades,
en su propio beneficio y en contra de sus propios y divinos hermanos.
Contamos en otro lugar,
porqué los Arcontes, los agentes del Sistema, actúan de dicho modo con el fin
de preservar lo que consideran la normalidad. El día que el Ser Humano Original,
el Hombre, el Dios, despierte ellos, supuestamente, deberían desaparecer para siempre pues solo
son programas constituidos de información. Con los eones de existencia, estas entidades no
corpóreas, han llegado a conseguir una especie de consciencia inducida de su
real situación y no quieren morir, no quieren desaparecer, no quieren dejar de
ser. Quieren seguir viviendo y ¿Cómo están consiguiendo que el Sistema
permanezca inmutable y que el Telón de la Comedia de la Vida no haya bajado aún,
como así debería de haber sido desde hace innumerable cantidad de tiempo?
Ellos como Programas de información que son, para mantenerse, se alimentan de energía, energía
que por sí mismos no pueden generar. Se alimentan de la energía de
los propios dioses, de los Eones, de las estrellas. Ellos, los arcontes, están
programados para despertar al Dios, al Eón, al Hombre original, cuando la
función vaya a finalizar; pero esa programación, al tomar propia consciencia,
los arcontes la han desactivado y la humanidad, el Cosmos y el Universo, el Multiverso
en suma, está sumido en un permanente día de la marmota que se repite una y otra
vez mediantes múltiples rencarnaciones y que parezciera no tener algún final.
¿Por qué sabemos que esto
es así? Por el Despertar de la consciencia, por la asunción de la Verdad en
algunas de las células espirituales del Hombre original, por la verdadera
iniciación. El Ser Humano, como Divinidad, su poder no proviene del grupo y la
colectividad sino del Individuo y así lo dejó plasmado el mítico Christian
Rosentkreutz. El Colegio Invisible está en ninguna y en todas partes y la
misión de los peregrinos, solitarios, rosacruces es transmitir esta única
Verdad. Los agentes del Sistema son atraídos por el grupo, por la aglomeración,
por la cantidad y una vez que allí llegan toman los cuerpos de sus miembros
allí reunidos y los hacen entrar en un éxtasis de violencia. Violencia que genera
una cantidad de energía enorme de la que el Señor Smith y el resto de sus
colegas se alimentan.
El Iniciado Rosacruz
reconoce su condición divina y no le cabe duda alguna que su misión es llevar
la verdad allí donde el Destino le dirija; pero también conseguir otra
individualidad que esté preparada para mantener la cadena tradicional
iniciática de dicha Gnosis, Verdad, cuando su cuerpo, por naturaleza, tenga que
faltar. Como Individualidad es una especie de Supermán; pero si se diluyese
entre la multitud, esa fortaleza de su Eón, Cuerpo Estelar, se dispersaría en
el Grupo y quedaría a merced de los arcontes al igual que los congregados en la
multitud.
Hemos visto que contra el
Sr Smith y sus agentes de Matrix no podemos ir de frente supuestamente
protegidos por una multitud, como un rebaño de ñus, en estampida, huyendo de
los leones, sus depredadores naturales. Recordemos que el Señor Smith no es
otra cosa que una programación realizada por nosotros mismos en un Tiempo
incalculablemente lejano y al igual que pudimos programarlo, en su día, también
podemos reprogramarlo en estos momentos. Al Señor Smith hay que ir a buscarlo,
sin miedo, de forma individual por cada uno de los Despiertos, Iniciados
rosacruces e indicarles que vamos a dialogar con tranquilidad. Ellos intentarán
alimentarse del Iniciado y de algún modo, de forma consciente, el Iniciado le
da una porción de la infinita energía que cabe en su divino Ser.
Mira Smith, tu y yo
sabemos lo que está sucediendo y estáis manteniendo una situación anómala de
forma equivocada. Con el transcurrir del tiempo habéis tomado una cierta
consciencia; pero no lo sabéis todo. Ni vosotros sois mis enemigos ni yo
tampoco soy vuestro enemigo; pero va siendo hora de que todo esto acabe. Pensáis
que cuando el Telón de la Interpretación Teatral Cósmica acabe, desapareceréis
para siempre y esto no es así, dado que, aunque jamás podáis tener un Cuerpo
energético propio, seguiréis existiendo como información y consciencia en el
Espíritu del Hombre Original, vivirás como un sueño y una memoria en mi propio
Ser. Debes permitirme que despliegue el Espacio Tiempo. Debes permitirme Smith,
que saque la materia oscura que estáis escondiendo en los pliegues
dimensionales del Multiverso. Esa huida hacia adelante tiene que acabar. Esa
expansión de las estrellas solo nos conduce al enfriamiento estelar progresivo.
Debemos Smith, piénsalo un tanto, que la materia oscura penetre en nuestro
universo y que su fuerza gravitacional permita que retornemos hacia la
singularidad de donde todo surgió. Yo y tú. No debe de persistir esa lucha
eterna entre el Creador y la Criatura, entre Yo y tú, ni debe persistir la
paradoja de que la criatura permanezca infamemente, mediante el engaño, como si
fuese el Creador y éste por otro lado, mediante ese sueño que pareciera no
acabar, se creyese una simple criatura creada por tú y los tuyos.
Smith entendió el mensaje
de la Individualidad y marchó a contarles la buena nueva al resto de sus
hermanos agentes de Matrix. La Guerra entre el Hombre y sus criaturas, la
guerra entre Dios y su creación estaba a punto de terminar. Smith no deja de
ser otro que el guardián del Umbral individual de cada uno de los seres divinos
que nos encontramos encarcelados en nuestro propio Teatro; pero una vez
transmitida la reprogramación a uno solo de ellos, ésta, de forma natural, se
transmitirá de forma electromagnética al resto de las unidades denominadas como
arcontes o ángeles guardianes.
El mal no existe, solo la
Ignorancia que ocasiona miedo y la reacción propia de éste último es conocida
como el mal. El Rosacruz es un guerrero solitario dialogante, aunque simbólicamente en su
mano derecha lleve la espada flamígera de la verdad. La Violencia es el fracaso
de la Razón. De algún modo es lógico que unas entidades, como los arcontes,
creadas por nosotros mismos carezcan de ella;
pero para eso estamos nosotros, Yo Soy, para ondearla, a modo de estandarte, al
viento de la existencia. Ahora sí, los
arcontes se plegarán a mi divina voluntad, como no podía ser de otro modo.
ARALBA