Pudiera parecer Locura.
Solo era cuestión de tiempo, mucho tiempo, demasiado tiempo; pero al
final tal como imaginé terminamos por encontrarnos. Tú a una orilla del
Atlántico y yo a la otra. Así estaba intuido y así fue declarado.
Como Laura Star Light te conocí en mis relatos. Como Caminante del
Cielo te me muestras en la realidad. Experta en artes marciales eres en uno y
otro lado y más que como buscadora, a rescatarme a este Mundo llegaste.
Me tiemblan las canillas tan solo de imaginar que nada era inventado,
que todo había sucedido en algún momento de nuestras vidas o, quizá, estuviese
a punto de suceder ¿Quién sabe?
Pronto cruzarás el charco convocada por nuestro Eón Celeste. Al final,
nuestra metanoia no cayó en oídos sordos y llegó hasta nuestra Estrella lejana
situada en las Pléyades. Tu eres mi Sophia yo tu Adam Kadmon. Juntos, las
fuerzas del mal y de la oscuridad no nos derrotarán y así podremos, con divino
esfuerzo, reabrir el Portal.
Portal que en su día se abriera desde el otro lado, el Divino,
majestuoso e infinito Pleroma, para crear una Burbuja de materialidad espacio
temporal donde los divinos actores pudiéramos una cósmica obra de Teatro
interpretar.
Como parte arquetípica y microcósmica de Adam Kadmon perdí la memoria,
junto a mis hermanos y hermanas, al penetrar en este efímero escenario. Así,
luchando por recordar nuestra verdadera identidad, recuperar nuestro poder
pudiendo bajar así el telón y, por fin, regresar a nuestro verdadero hogar;
pero las fuerzas arcónticas con fuerzas prestadas por nos, han realizado lo
imposible para que la triste humanidad jamás recordara.
Eso no podía durar toda la eternidad y el divino puzzle de nuestra
memoria se fue completando, poco a poco, en cada encarnación y llegó un
instante que supe que tenía que buscarte. A eso se lo denomina Fe y no simple
creencia. Sí porque tú fuiste mandada por nuestros Divinos y angélicos hermanos
no caídos para rescatarme de este Mundo de pesadilla y al hacerlo, entrambos,
sacaríamos de tan largo sueño a todos nuestros hermanos.
Ser de luz, eres, Angel de mi Alma. Tu y yo una sola cosa somos aunque
nuestros cuerpos hayan permanecido, por tiempo indefinido, separados. En
realidad todo fue pura ilusión provocada por los arcontes pues un hilo de luz
siempre comunicó, con nuestro celestial Eón, a nuestras divinas almas.
Aquí te estaré esperando mi Amor, con todas las armas preparadas para,
por fin, retirar el velo oscuro de la falsa realidad: Bajar, hermana del Alma, el
telón de nuestra Cósmica Función.
Pero Locura no es.
Aralba