Desde que nacemos nos vienen acostumbrando a que pensemos que las cosas importantes deben
de ser complicadas y difíciles de asimilar; pero ello solo es un engaño.
Esto es especialmente cierto en el mundo del esoterismo donde las escuelas recargan la Verdad con disciplinas de
una complejidad asombrosa, como son la cábala o la astrología.
Si partimos del principio divino de que todo es vanidad de vanidades
¿Qué importancia pueden tener las disciplinas herméticas? Si somos conscientes
de que la Vida
tiene la importancia que tiene y que prolongarla es una necedad ¿Qué
importancia puede tener ser un experto en medicinas alternativas? Si conocemos
que el Mundo es una escuela de experiencias ¿Qué sentido puede tener el hacer
trampas con el complejo conocimiento astrológico? Si sabemos que la sencillez y
la humildad es el camino más corto para llegar hasta la divinidad ¿Para qué nos
preocupamos por conocer la magia cabalista
que nos permita comodidades en este efímero paso por la vida?
En casi todas las escuelas esotéricas y de misterios, nos centramos en
esto, existen una serie de cursos de menor o mayor duración y de menor o mayor
complejidad que deben de ser aprendidos prácticamente de memoria para seguir
progresando en la Vía
que proporciona la Escuela. Ello
supone que cualquier miembro de una escuela esotérica puede o no estar
capacitado para comprender el farragoso lenguaje esotérico de las otras,
necesitando realizar un curso previo antes de integrarse en su nuevo lugar de
trabajo espiritual.
Todo esto es un error heredado del tomismo aquiniano, donde el
conocimiento se parcela, se complica de forma innecesaria y se requiere a los
estudiantes a conocer el argot de memoria, utilizando parcelas del cerebro que
debían de ser reservadas para la comprensión.
Es por dicha causa que la mayoría de los verdaderos místicos, los
verdaderos esotéricos, huyen de cualquier tipo de parafernalia lingüística y se
centran en la poesía, la música y el arte que son los lenguajes universales que
mejor comprende el Alma humana.
Cuando las personas interesadas en buscar las respuestas a la
existencia, nos preguntan que cual es la mejor escuela donde comenzar su
trabajo espiritual les digo que todas y ninguna porque al final, los últimos
cursos deberán desarrollarse en el interior de uno mismo. Los cursos esotéricos
son como una especie de suerte de juego de palabras donde cada uno puede
encontrar la llave que abra la puerta de su corazón; pero una vez entablada la
colaboración con el propio ser interno, todo lo demás sobra.
Por otro lado, siempre tenemos que poner en reserva todo lo que nos
digan los que suponemos que saben más que nosotros o lo que hayamos leído en
nuestros cursos de iniciación y esto es así porque la Verdad aún siendo única es
vista de diferente modo por cada personalidad. Lo que para uno es claramente
blanco para otro puede resultar negro y ambos nos estarían diciendo su
perspectiva real de la Verdad.
Por lo tanto, Querido Amigo estudia, estudia y estudia; pero, por favor a ti mismo, no te lo
tomes tan a pecho. Es más importante la comprensión que la memorización y si no lo comprendes cambia de Institución porque no te encontraras en el lugar apropiado.
Aralba