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jueves, 13 de febrero de 2014

La Verdad no es complicada, es simple y sencilla

Desde que nacemos nos vienen acostumbrando a  que pensemos que las cosas importantes deben de ser complicadas y difíciles de asimilar; pero ello solo es un engaño.

Esto es especialmente cierto en el mundo del esoterismo  donde las escuelas recargan la Verdad con disciplinas de una complejidad asombrosa, como son la cábala o la astrología.

Si partimos del principio divino de que todo es vanidad de vanidades ¿Qué importancia pueden tener las disciplinas herméticas? Si somos conscientes de que la Vida tiene la importancia que tiene y que prolongarla es una necedad ¿Qué importancia puede tener ser un experto en medicinas alternativas? Si conocemos que el Mundo es una escuela de experiencias ¿Qué sentido puede tener el hacer trampas con el complejo conocimiento astrológico? Si sabemos que la sencillez y la humildad es el camino más corto para llegar hasta la divinidad ¿Para qué nos preocupamos por conocer la magia cabalista  que nos permita comodidades en este efímero paso por la vida?

En casi todas las escuelas esotéricas y de misterios, nos centramos en esto, existen una serie de cursos de menor o mayor duración y de menor o mayor complejidad que deben de ser aprendidos prácticamente de memoria para seguir progresando en la Vía que proporciona la Escuela. Ello supone que cualquier miembro de una escuela esotérica puede o no estar capacitado para comprender el farragoso lenguaje esotérico de las otras, necesitando realizar un curso previo antes de integrarse en su nuevo lugar de trabajo espiritual.

Todo esto es un error heredado del tomismo aquiniano, donde el conocimiento se parcela, se complica de forma innecesaria y se requiere a los estudiantes a conocer el argot de memoria, utilizando parcelas del cerebro que debían de ser reservadas para la comprensión.

Es por dicha causa que la mayoría de los verdaderos místicos, los verdaderos esotéricos, huyen de cualquier tipo de parafernalia lingüística y se centran en la poesía, la música y el arte que son los lenguajes universales que mejor comprende el Alma humana.

Cuando las personas interesadas en buscar las respuestas a la existencia, nos preguntan que cual es la mejor escuela donde comenzar su trabajo espiritual les digo que todas y ninguna porque al final, los últimos cursos deberán desarrollarse en el interior de uno mismo. Los cursos esotéricos son como una especie de suerte de juego de palabras donde cada uno puede encontrar la llave que abra la puerta de su corazón; pero una vez entablada la colaboración con el propio ser interno, todo lo demás sobra.

Por otro lado, siempre tenemos que poner en reserva todo lo que nos digan los que suponemos que saben más que nosotros o lo que hayamos leído en nuestros cursos de iniciación y esto es así porque la Verdad aún siendo única es vista de diferente modo por cada personalidad. Lo que para uno es claramente blanco para otro puede resultar negro y ambos nos estarían diciendo su perspectiva real de la Verdad.

Por lo tanto, Querido Amigo estudia, estudia y estudia; pero, por favor a ti mismo, no te lo tomes tan a pecho. Es más importante la comprensión que la memorización y si no lo comprendes cambia de Institución porque no te encontraras en el lugar apropiado.


Aralba