1. Reflexiones desde la Teoría Cuántica de la Física
A medida que la ciencia avanza,
la humanidad va encontrando mayores respuestas al misterio de la creación, un
reencuentro entre lo espiritual y lo material, tal como por ejemplo se viene
dando a las aplicaciones de la teoría cuántica de la física a diversos campos
del conocimiento, como en psicología, fisiología, biología, y epistemología.
Se podría decir que los
descubrimientos en física cuántica han revolucionado ampliamente la comprensión
acerca del hombre y el mundo, como lo describe la película documental ¿Y tú que
sabes? de gran acogida en el mundo entero.
Para comprender estos
planteamientos, debemos retroceder a la evolución de la física, en un recuento
que nos acerque a los postulados de hoy partiendo desde el descubrimiento del
átomo hasta llegar al quantum.
El descubrimiento del átomo
Tal vez los primeros en sugerir
la existencia del átomo fueron Leucipo y Demócrito pertenecientes a la escuela
filosófica del atomismo en la Grecia antigua (siglo V a.C), cuando afirmaron
que la materia está compuesta por pequeñas masas duras que se combinan en
multiplicidad de formas con diferentes consistencias y cualidades a las que
llamaron átomos (término que significa indivisible). Su concepción del átomo
era, de pequeñas partículas indestructibles e impenetrables (porque no
contenían vacío), que se mueven constantemente, combinándose para determinar
las propiedades de la materia. Es por eso que ambos son considerados los padres
de la primera teoría atómica de la materia.
Las leyes de Newton
En los siglos XVIII y XIX, la
mecánica newtoniana o clásica parecía proporcionar una descripción totalmente
precisa de los movimientos de los cuerpos, como por ejemplo el movimiento
planetario. La mecánica de Newton sugería que Dios creó el mundo en consonancia
con un plan personificado en las leyes naturales. Sin embargo, a finales del
siglo XIX y principios del XX, ciertos resultados experimentales introdujeron
dudas sobre si la teoría newtoniana era completa.
Según las nuevas observaciones
acerca del comportamiento del átomo, que se esperaban, confirmarían las leyes
de Newton, estas solo se aplicaban a los cuerpos celestes, no así a los átomos
aislados. Los científicos reconocían la imposibilidad de elaborar una teoría de
la acción molecular que englobara distintos fenómenos de la física, como la
termodinámica, la radiación y la electricidad, tal como se entendían entonces.
Otro enigma para los físicos era
la coexistencia de dos teorías de la luz: la teoría corpuscular, que explica la
luz como una corriente de partículas, y la teoría ondulatoria, que considera la
luz como ondas electromagnéticas. Un tercer problema era la ausencia de una
base molecular para la termodinámica.
2. La mecánica cuántica
El primer avance que llevó a la
solución de aquellas dificultades fue la introducción por parte del físico
alemán Max Planck (1.900) de la teoría cuántica, basada en la utilización del
concepto de unidad quántica para describir las propiedades dinámicas de las
partículas subatómicas y las interacciones entre la materia y la radiación.
Planck postuló así que la materia solo puede absorber o emitir energía en
pequeñas unidades llamadas cuantos.
Otra contribución fundamental al
desarrollo de la teoría fue el principio de incertidumbre formulado por el
físico alemán Werner Heisenber en 1.927 y que afirma que no es posible
especificar con exactitud simultáneamente la posición y el movimiento lineal de
una partícula subatómica. En otras palabras, los físicos no pueden medir la
posición de una partícula sin causar una perturbación en la velocidad de dicha
partícula. Se dice que el conocimiento de la posición y de la velocidad son
complementarios, es decir, que no pueden ser precisos al mismo tiempo.
La mecánica cuántica describe el
átomo exclusivamente a través de interpretaciones matemáticas de los fenómenos
observados. Con este fin, Planck desarrolló un análisis matemático conocido
como mecánica de matrices que consistió en emplear no una ecuación diferencial
si no una matriz infinita, formada por infinitas filas compuestas a su vez de
un número infinito de cantidades. La mecánica de matrices introdujo las
matrices infinitas para representar la posición y el momento lineal en el
interior de un átomo.
A partir de estos
descubrimientos, surgieron grandes interrogantes: ¿Es caprichosa la conducta
del átomo? ¿Si es así, entonces el átomo y por tanto, la naturaleza no están
sujetos a ley alguna? Si no es posible determinar con precisión justamente la
posición y el momento de una partícula ¿Cómo determinar el curso de la
naturaleza?
La materia no siempre es lo que
hemos creído que es, algo sólido y estático. En el átomo existen varios estados
posibles que no se funden continuamente el uno en el otro, si no que están
separados por pequeños espacios finitos. Un átomo puede saltar de uno de estos
estados al otro, y puede ejecutar varios saltos diferentes. En la actualidad no
se conocen leyes para saber cual de los saltos posibles tendrá lugar en una
ocasión determinada, y se sugiere que el átomo no está sujeto a ninguna ley en
este particular y que posee lo que podría llamarse por analogía: “libre
albedrío”. No se sabe aún con certeza si existen leyes que rigen la conducta de
los átomos aislados, o si la conducta de tales átomos depende en parte del
azar.
Esto podría explicar la
diversidad en la uniformidad, por Ej. Que las cebras todas tienen rayas
diferentes o la inexplicable formación casual de dunas en el desierto, siempre
cambiantes.
En otras palabras, se pasó del
determinismo científico del pasado, a la idea del libre albedrío a un universo
con unas leyes lo suficientemente amplias para permitir la transformación de la
materia y su manifestación en infinidad de posibilidades.
Desde 1.925 no se han encontrado
deficiencias fundamentales en la mecánica cuántica, la cual resolvió las
grandes dificultades que preocupaban a los físicos del siglo XX y los nuevos
campos de la física se han apoyado firmemente en ella.
Albert Einstein entregó avances
importantes a la teoría cuántica y afirmó que ésta al igual que la teoría
newtoniana y la ley de la relatividad general, también experimentará cambios
profundos en el futuro.
La mecánica cuántica está en la
base de los intentos actuales de explicar la interacción nuclear fuerte y
desarrollar una teoría unificada para todas las fuerzas fundamentales de la
naturaleza (teoría del campo unificado).
Los físicos teóricos como el
británico Stephen Hawking siguen haciendo esfuerzos para desarrollar un sistema
que englobe tanto la relatividad como la mecánica cuántica, es decir, una
teoría cuántica de la relatividad entre las cuales existen diferencias
teóricas.
3. El Libre Albedrío
El determinismo se basó en el
campo de posibilidades que las matemáticas fijaban. Estas proceden de la
operación binaria (racional) de nuestra mente. Desde el punto de vista de la
mecánica cuántica, este campo limitado matemáticamente a un número determinado
de posibilidades, se rompe para dar paso a un campo infinito de posibilidades.
La física y la astronomía
clásicas describían un universo matemáticamente ordenado y con unas leyes
estrictas que le daban un orden, dentro del cual, el ser humano no podía hacer
nada distinto de ajustarse a ellas.
Con los nuevos descubrimientos,
se cambió el enfoque determinista por el libre albedrío. Los seres vivos,
incluido el hombre, están regidos por las mismas leyes que rigen la física, lo
suficientemente amplias para permitirle actuar con libertad.
Eddington en su libro “La
naturaleza del mundo”, planteó que la mente puede decidir que los átomos del
cerebro realicen una u otra de las transiciones posibles de las partículas en
un momento dado, produciendo resultados en gran escala conforme a su voluntad,
de esta manera la marcha del mundo físico está expuesta a ser alterada por las
voliciones de los seres humanos.
Esto le devuelve al hombre la
posibilidad de determinar los sucesos. Cuando la “volición” traspasa los
límites de las leyes naturales, ocurren prodigios, algo que explicaría los
llamados “milagros” o el uso de facultades extrasensoriales.
Samael Aum Weor, describe el
átomo como compuesto por materia, energía y autoconciencia, es lo que aún no
descubren los teóricos de la física cuántica y que explica el movimiento
autónomo de las partículas.
Las tres energías básicas del
universo (positiva, negativa y neutra) están presentes en el micro y el
macro-cosmos. En el átomo, son el protón, neutrón y electrón.
4. ¿Qué podemos conocer?
A partir de estos postulados,
muchos paradigmas usados por las ciencias sociales y naturales, sufren un
cambio trascendental.
La teoría cuántica nos mueve el
piso en todo aquello que hemos creído.
El problema del conocimiento
(filosofía), de la constitución de la materia, (física) de las actitudes
humanas (psicología) e incluso nuestra concepción de Dios (Religión) se amplía
a nuevos horizontes.
La historia, como nos la han
enseñado ha estado equivocada.
La materia no es lo que hemos
creído que es, las cosas están hechas de partículas que en su mayor parte
tienen vacío (Eter o Campo de Higgs)
Un átomo es como un bip de
información, aparece y desaparece de la existencia, en un cambio constante.
Todo está compuesto por energía y
vibración, una partícula es una onda extendida de posibilidades que puede estar
en diferentes partes y luego caer en la elegida.
Los átomos no son cosas, son
"tendencias"
Lo que llamamos real, es una
proyección holográfica como muchas otras que existen y que desconocemos.
Estamos en un gran Iceberg del
cual solo vemos la punta.
Le hemos otorgado una propiedad
al tiempo para convertirlo en una serie de sucesos lineales, olvidando que la
interacción y superposición de fenómenos es posible. Si el tiempo no es una
sucesión lineal de hechos y nuestra conciencia puede plegar el fluir de sucesos
de tal manera que podamos superponer fenómenos, entonces ocurre lo que los
Mayas denominaron un Deja-Vu, el instante en que es posible traspasar las
barreras espacio-temporales al ingresar a otras coordenadas.
¿Qué es la realidad que
percibimos? ¿Es tan real?... y el sujeto que la percibe, ¿cómo la percibe?
¿dónde está la verdad?
El problema de la relación
sujeto-objeto cambia. Si las cosas están integradas por haces, (vibraciones,
ondas energéticas emitidas por partículas subatómicas) entonces aquello que
conozco como Yo (el observador), también lo es, un haz de percepción que percibe
otros haces ….. y que integra como "la realidad", (para él), el
limitado mundo que hay a su alrededor.
Creamos los efectos de la
realidad todo el tiempo, cada cual afecta el mundo exterior de acuerdo a sus
condicionamientos o en el mejor de los casos conforme a su voluntad.
Percibimos la realidad como es
por el prisma que elegimos, las fibras luminosas de nuestro cuerpo astral, que
se alinean en una posición que permiten darle consistencia al mundo exterior,
ubicándose en un punto específico.
Al mover esas fibras (durante el
sueño, los estados febriles, los estados alterados de conciencia, mediante el
uso de enteógenos, los trances extáticos u otras formas de alterar la
realidad), se mueve el punto y las fibras se enfocan a otras realidades o mundos
paralelos, que podemos confundir como delirio, sueño, alucinación, etcétera,
pero no por ello menos reales que el mundo físico.
5. La conciencia cuántica.
Creamos “los efectos” de la
realidad todo el tiempo. Ya no podemos entender al ser humano como ajeno a lo
que le rodea, escindido del mundo "real". No existe un ahí afuera,
independiente de lo que existe aquí dentro (del sujeto).
Cuando vemos un objeto, la
percepción visual entra a través de nuestros ojos para ser decodificada por
nuestro cerebro. ¿Quién ve? ¿Los ojos o el cerebro?
Es un error creer que el mundo
está ahí independiente de mi experiencia. Creamos modelos de como queremos ver
la realidad, y esta está coloreada por nuestras propias experiencias e
impresiones.
El cerebro es un complejo neuroeléctrico,
una gran red neuronal que responde de manera autónoma y muchas veces mecánica
ante los estímulos que recibe del mundo exterior. No diferencia la realidad de
lo que recuerda. Conecta y separa hechos del pasado, guarda en el inconsciente,
lo que no quiere recordar, aunque está presente todo el tiempo.
Estamos condicionados por el
cúmulo de vivencias que cargamos, buenas y malas y que determinan nuestra
actitud frente a la vida. A fuerza de repetirnos ideas, creamos un falso
sentimiento del yo y lo proyectamos al exterior.
La identificación con nuestros
estados emocionales (conmiseración, orgullo, celos, ira, autocompasión,
frustración, pesimismo, complejos de inferioridad o superioridad, temores,
etc.) es la causa de nuestras patologías, inseguridades y defectos, lo que nos
impide valorarnos en el justo valor que tenemos.
Existe una estrecha relación de
causa y efecto entre nuestras impresiones (percepciones) y las funciones
endocrinas del organismo.
Es la relación estímulo-respuesta
descubierta por Pavlov, con el ejemplo del perro y la campanita, cada vez que
iba a darle de comer a su perro, él tocaba una campana, y comprobaba que el
canino segregaba saliva y jugos gástricos con solo tocar la campana, sin la
presencia de alimento.
Esto demostró que los seres
vivos, tienen reflejos condicionados frente a los estímulos que reciben, y que
se refuerzan con el hábito.
En su libro Nociones
fundamentales de Endocrinología y Criminología, Samael Aum Weor, describe muy
bien la relación existente entre nuestras glándulas internas y nuestras
actitudes psicológicas, nuestros defectos más arraigados y nuestras adicciones.
Estas explicaciones fueron
reforzadas por los recientes descubrimientos de la bioquímica y la
neurofisiología, que estudian las reacciones fisicoquímicas y neuronales del
organismo que los pensamientos, emociones, sensaciones etc. producen en nuestro
cuerpo.
Por ejemplo, el hipotálamo
segrega ciertas sustancias como los aminoácidos que actúan sobre otros órganos
del cuerpo, generando ciertas conductas, estados emocionales, etc. Tanto las
sustancias de nuestras glándulas endocrinas como los estimulantes que ingerimos
del exterior (drogas, alucinógenos, alcohol, cafeína, etc.) producen adicción.
La adicción tiene muchas facetas,
somos adictos a la comida, al sexo, a los estimulantes, e incluso a las
emociones. Nos identificamos con muchos estados emocionales buenos y malos,
(orgullo, celos, ira, autocompasión, frustración, actitudes negativas,
pesimismo, complejos de inferioridad o superioridad, etc.).
Son los defectos psicológicos o
agregados psíquicos, que tienen independencia real y tienen embotellada la
conciencia, los siete pecados capitales, las debilidades y flaquezas humanas.
Son formas energéticas que se
hacen presente en nosotros como reacción mecánica a las impresiones exteriores,
estimulando ciertas respuestas del organismo (excitación sexual, ante una
imagen erótica, adrenalina, ante situaciones de ira y violencia, etcétera).
Desde el punto de vista de la
mecánica cuántica, nuestras adicciones son bioquímicas.
En psicología revolucionaria,
nuestras adicciones son efecto de la recurrencia producida por el ego.
Mi cuerpo no es algo escindido
del contorno, sino parte de todo. Las enfermedades son trastornos fisiológicos
que se generan en conductas inadecuadas, en su gran mayoría tienen origen en
nuestro caótico mundo psicológico, del cual se derivan nuestra patologías más
arraigadas.
Cuerpo y mente están
estrechamente relacionados.
La manera como interactuamos en
el medio (environment) determina lo que sucede en nuestro cuerpo, nuestra mente
y nuestras emociones.
Las impresiones que recibimos son
la causa de nuestros estados emocionales y creaciones intelectuales.
La vida, no es otra cosa que un
aprendizaje y una comprensión acerca del ser , que coexiste en un lugar y
tiempo definidos.
La causa de nuestros problemas,
conflictos, enfermedades, estados emocionales negativos, inseguridades y
temores, radica en dicha comprensión.
La conciencia cuántica es llegar
a entender la simplicidad dentro de la complejidad del mundo, auto-conocernos
con miras a una transformación constante y radical y esa transformación
comienza al digerir las impresiones es decir, al no identificarse con ellas,
para lograr un equilibrio en nuestras vidas que se extiende a cuanto nos rodea.
Es necesario realizar un esfuerzo
consciente, buscar el control de nuestras adicciones, encontrar un equilibrio
para poder superarlas, y superarnos a nosotros mismos.
Cambiar las respuestas mecánicas
a los estímulos internos y externos, mediante una revolución de la conciencia
que solo es posible con fuerza de voluntad.
Se requiere salirse del
determinismo para entrar en estados superiores de conciencia, mediante
superesfuerzos.
Es el complemento de la
psicología revolucionaria a la teoría cuántica.
Evolución e involución son leyes
mecánicas,
Re-volución es un acto
consciente.
Es el camino del superhombre.
Si nuestras emociones tienen su
causa y manifestación en factores bioquímicos (la secreción de nuestras
glándulas internas), el amor sería una forma de anticipar las emociones que
tendría como fin el goce sexual.
Las gónadas sexuales, expelen
ciertas sustancias (las feromonas) que estimulan el erotismo mediante el olor y
el tacto.
Las hormonas tanto femeninas como
masculinas determinan el rol sexual y potencian el instinto reproductor en
todos los seres vivos.
Pero la capacidad de amar en los
humanos, también tiene una particularidad. La diferencia del amor humano,
radica en la capacidad de sublimar el instinto animal, en dominar la pasión
desenfrenada, para transmutarla en algo superior.
Así, en la pareja que se ama de
verdad, la cópula pasa a ser un connubio místico, trascendental, que sublima y
volatiliza los efluvios orgánicos en sutiles energías espirituales.
Esta es la verdadera magia sexual,
el Tantra Yoga, la práctica del Sahaja Mahituna, la unión de dos seres, uno que
ama más y otro que ama mejor, el matrimonio perfecto del varón y la mujer.
Desde este punto de vista, el amor es no solo algo fisiológico, sino
espiritual.
6. Liberación consciente
¿Cómo puede el hombre despertar
del “sueño mecanicista” para descubrir las maravillas de la creación, superarse
a sí mismo y encontrar la felicidad?
Si es verdad que estamos en un
mundo regido por 48 leyes mecánicas y que los astros determinan en gran parte
el destino humano, que además estamos sometidos a leyes como la ley del péndulo
y la ley de retorno y recurrencia, entonces, ¿donde queda la libertad humana?
Si somos condicionados por las
adicciones y funciones endocrinas, ¿hay algún espacio para la
autodeterminación? ¿Es posible hablar de libertad en el ser humano?
La teoría cuántica nos sugiere
que el hombre goza del libre albedrío, a pesar de estar regido por leyes
mecánicas. El determinismo y el destino inevitable, no existen más que como una
de las tantas opciones posibles de realizar para el hombre. Es cierto que
existen leyes mecánicas en la creación, pero también tenemos la opción de trascenderlas
con esfuerzo consciente.
La teoría cuántica es la Teoría
de las Posibilidades, de devolverle al hombre su capacidad par recrear la
realidad, cambiarla y ampliar el horizonte de lo que conoce.
Ella coloca en nuestro regazo la
comprensión de nuestra propia capacidad, para elegir el rumbo de nuestras
vidas.
Bien y mal, desde el punto de
vista de la teoría cuántica, son conceptos morales que provienen de la
interpretación limitada del hombre acerca de la realidad.
Más allá del bien y del mal, está
el superhombre, según F. Nietzsche.
El animal intelectual es un
tránsito y no una meta, un proyecto por hacerse, el embrión del verdadero
hombre, en estado de gestación.
Para que esa semilla germine,
hace falta un requisito sine-qua-non es posible trascender a un estadio
superior: la voluntad de poderío.
El Creador nos ha diseñado para
un plan específico y nos da la libertad para participar de él. El hombre puede
entrar a jugar en el escenario de la creación, como co-partícipe de ella, en
una perfecta integración simbiótica de armonía y unidad con todo lo que Es.
Podemos desarrollar nuestros
dones de intencionalidad, nuestra capacidad de hacer. Ya no hay limitaciones
morales como preceptos a priori inconsistentes y sin fundamento, no hay un
destino inflexible en el cual no podamos intervenir para modificarlo.
Existo yo y el mundo, es
imposible escindirlos uno del otro. No es posible pensar en el mundo sin el yo.
Cada uno vive en su propio mundo
psicológico, en él proyecta sus apetencias, deseos, impresiones, etc. para
considerar lo que el mundo es desde su conciencia o inconsciencia.
La Liberación consciente comienza
con un despertar para ver el mundo tal cual es (objetivo) quitarse el velo de
Isis que nubla la conciencia (embotellada por el ego) para que la luz de la
realidad pase a través del prisma verdadero (sin mis prejuicios) y entonces esa
luz se desdoblará en una infinita gama cromática, más amplia y vasta de lo que
creíamos.
Así podremos encontrar la
maravilla presente en la vida de todos los días, la cotidianidad se convierte
en la espontaneidad del momento presente.
Vivimos en el pasado o soñamos el
futuro, nos percatamos poco del aquí y ahora, del momento presente inmediato.
Es el Darse Cuenta (de Fritz Pearls) la atención alerta, el aquí y ahora, para
descubrir lo novedoso a nuestro alrededor.
Es tener fe en el conocimiento y
en las capacidades del hombre para descubrir los secretos de la creación, sus
causas y sus leyes.
Pero no se trata de conocer las
leyes del universo para alterarlas con fines oscuros o intereses ocultos, como
lo hace la ciencia materialista, principalmente las ciencias biotecnológicas
que están alterando el orden de la creación y poniendo en riesgo la vida del
planeta con sus inventos (transgénicos, clonaciones, criopreservación, etc.) y
la nanotecnología.
La teoría cuántica nos enfoca a
ser testigos de la maravilla de la creación teniendo en cuenta una única regla:
el respeto por ella, por la naturaleza, en sus múltiples manifestaciones con
absoluta reserva de no interferir en las leyes naturales.
Este es el secreto que les
permitió a antiguas culturas, alcanzar estados de evolución incomprensibles
para nosotros y vivir edades de esplendor, porque comprendieron que la
evolución del hombre se realiza con, y no contra la naturaleza.
Si el propósito de la creación es
la vida sobre este único planeta entre todas las posibilidades, hasta llegar al
momento último en el que la materia se hace conciencia en el animal intelectual
llamado hombre, entonces no es un gran mérito dicen los científicos como
Bertrand Russell, "ya que la civilización moderna no es el mejor ejemplo
de perfección" (Ciencia y Religión, revista de occidente. p. 297).
El libre albedrío, como nos lo
plantea la teoría cuántica, nos permite ser los artífices de nuestra propia
vida, y entender que el propósito de la existencia, es engrandecer la creación
y al Creador.
Tenemos la libertad de escoger el
rumbo que hemos de tomar, la opción de convertir nuestro mundo en algo mejor o,
en el peor de los casos de llegar a la absurda autodestrucción. El presente y
por lo tanto, el futuro que nos espera está en nuestras manos y en la
conciencia en cuanto asumamos sus grandes desafíos.
Al interrogante ¿qué podemos
conocer? Podríamos responder: todo lo que esté al alcance del hombre.
Son infinitas las posibilidades
en el universo, Podemos conocer y ser lo que queramos si superamos nuestras
debilidades...