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domingo, 30 de agosto de 2015

Perlas del Dragón de Jade (7)

El Secreto es que no hay Secreto

Una conocida serie de ficción televisiva venía a decir en su introducción que La Verdad está ahí fuera; pero yo discrepo y digo, tajantemente, que la verdad se encuentra siempre dentro de nuestro interior.

La mayor parte de la gente que se acerca a las escuelas mistérico-iniciáticas, lo hacen por el indudable halo de supuesto secretismo que desprenden, y eso muy a pesar de que no ocultan secreto alguno.

Quizá alguien pudiera pensar que el secreto es algún tipo de magia que bien nos podría convertir en semidioses, realizando proezas sobrenaturales; pero lo cierto es que la prestidigitación nunca ha sido el móvil principal de las escuelas mistérico-iniciáticas y esa, queridos amigos y amigas, la única y verdadera magia, solo la podrán encontrar en los clubs y asociaciones de mentalistas e ilusionistas.

Quizá, otros pudiesen creer que estas escuelas ocultan secretos conspirativos de carácter político o mafioso propios del mundo del hampa; pero esos secretos, que indudablemente existen, solo se encuentran en organizaciones criminales como la cosa nostra o en los servicios de inteligencia de los más diversos países.

Por último, los más imaginativos de todos, quizá consideren que en su seno se conservan los grandes secretos científicos del pasado, presente y futuro de la humanidad; siendo sus miembros, los encargados de custodiarlos y de ir dosificando la tecnología que permite avanzar a la humanidad; pero tampoco esto último es cierto, dado que ese conocimiento, existente por cierto y a buen resguardo en sociedades como la Royal Society británica, se encuentra y proviene del Mundo de las ideas que postulara Platón, y al cual acceden nuestros creadores, científicos e inventores mediante la Fuerza de la Imaginación, sea en estado de vigilia o de forma onírica.

Se nos podrían ocurrir mil y un motivos más, parecidos a los expuestos, y por los que las escuelas mistéricos iniciáticas tuviesen que mantener algún tipo de secretismo, tales que la magia cabalista o el proceso alquímico de convertir ciertos metales en oro; pero llegaríamos, mediante el uso de una razón clara,  al mismo resultado.

En las escuelas mistérico-iniciáticas jamás se ocultó algún secreto.

Esto último es falso, como el avispado lector habrá podido darse cuenta. Existe un secreto forzado por la mera supervivencia de sus poseedores, tanto de los iniciados como del resto de la humanidad: El Secreto de lo Políticamente Incorrecto, de los Tabús impuestos a la humanidad por las ideas más peregrinas impulsadas por una minoría, sin escrúpulos, con el fin de controlar el comportamiento de una inmensa mayoría fanatizada. Y esto viene sucediendo desde tiempo inmemorial, sirviéndose del pensamiento religioso y otras ideologías.

Se habla de que el Rabino y Maestro Gnóstico, Jesús de Nazaret apartaba a unos pocos de sus discípulos, especialmente a María Magdalena, para instruirlos de un modo especial acerca de algún tipo de secreto que no podía comunicarse a la generalidad de las multitudes. Ese conocimiento conocido como mistérico ha permanecido siempre oculto y protegido por las escuelas de Sumer, Egipto y la India, en el pasado, y por la enigmática Rosacruz en nuestros días; habiendo pasado previamente por las escuelas del pensamiento como fueran las de Pitágoras, Sócrates, Platón o Aristóteles.

En esas escuelas, os lo puedo asegurar, no se enseñaban los nombres del demiurgo o el abracadabra que les permitiese realizar, a sus acólitos, los más portentosos de los milagros.

Para la mayor parte de las religiones, especialmente las monoteístas surgidas de la mano de Akenatón, y transmitidas al occidente europeo por el Pueblo Elegido de Jehovah, existen tres tabús que son considerados como los grandes males de la humanidad y el origen de los más monstruosos de los pecados, siendo considerados, aquellos que no los observen debidamente según la doctrina transmitida, como pecadores y dignos de ser estigmatizados.

La Carne (El Sexo)
El Mundo (La Vida)
El Diablo (El Conocimiento)

¿Quién podría manifestarse a favor de unos solo de estos conceptos sin ser vilipendiado, amordazado, arrestado, torturado y ejecutado?

Este es el supremo y único secreto de las pocas y auténticas escuelas mistérico-iniciáticas (No existe secreto alguno) Queremos subrayar lo de auténticas pues como todo en la vida, muchos son los llamados y pocos los elegidos. La mayoría de las que se publicitan con dicho nombre de escuela de misterios no son más que fraudes y pura estafa económica y espiritual.

Las verdaderas escuelas de misterios esconden en su seno, no el secreto innombrable de la verdad que nos ha sido velada, sino las lentes que nos permitan conocer la verdad que guardamos en nuestro interior desde toda la eternidad.

La verdad de que no hay que huir de la Carne, el sexo, sino utilizarla y disfrutarla al máximo, en beneficio de nuestro crecimiento personal y espiritual. La verdad de que el Mundo, la Vida, no es algún tipo de maldición sino todo lo contrario, el único medio que poseemos la humanidad para poder ser liberada, dado que es el cósmico escenario donde se debe de producir la iluminación de la verdad, el crecimiento espiritual y por último la necesaria transfiguración, reconversión en nuestro Ser de origen.

Por último, la verdad de que Lucifer, también conocido en una de sus múltiples facetas como el Diablo o separador, que no es otra cosa que nuestra capacidad de discernimiento, es el único medio para que en este Plano de manifestación, el Mundo, y mediante la Carne, el sexo, puedan convertirse en el único medio efectivo conocido para alcanzar la verdadera Iniciación y por lo tanto, la Iluminación.

Sé que para algunos, sobre todo para los que nos conocen en persona, esto que decimos pudiera mostrar una presunta arrogancia de mi parte; pero a estas alturas de la vida, ya como que nos da igual un poco todo. Adquirir unos pocos enemigos más, sabiendo que lo verdaderamente importante es mostrar la verdad absoluta, una verdad que todos llevamos dentro y que por lo tanto no es algún tipo de secreto transmisible. Y ello porque estamos convencidos de que ha llegado el momento de rasgar el velo de Isis y descubrir que en su mano se encuentra una réplica esculpida en oro del falo de Osiris.

Bien, nunca nadie fue Profeta en su propia tierra, ni siquiera el Maestro Jesús de Nazaret, y yo tampoco pretendo conseguir lo imposible, siendo mi único deseo que estas palabras queden grabadas para la posteridad con el fin de que aquellos que las descubran en el futuro y, quizá, en otros lugares distantes, puedan juzgarlo con el debido rigor e imparcialidad.

Se nos habla, respecto a los misterios, con una serie de argots velados mediante un complicado metalenguaje y que con el tiempo ha ido degradándose y germinado en la imaginación de algunos estudiantes como una suerte de fantasías muy alejadas de la natural lógica y de la razón.

Como único ejemplo pongamos a Kundalini y el sexo tántrico. Se nos habla de estas cosas como si fuesen secretos extraordinarios que la mayor parte de la humanidad desconociera y capaz de convertir a unos pocos iniciados en auténticos magos y sacerdotisas, cuando todos somos conocedores, por instinto primero e intuición después, del proceso de Iluminación que nos fuera castrado desde los primeros años de nuestra infancia.

Recuerden que el único Secreto es que no existe el secreto, porque cuando todo hijo de vecino practica el sexo está realizando el Tantra más mágico posible y cualquiera que alcance un orgasmo ha logrado despertar a Kundalini, la serpiente enroscada en la base de nuestra médula espinal.

La magia más maravillosa posible de este proceso es la fecundación por parte del varón en el crisol del útero de una mujer de un nuevo cuerpo para alojar una nueva vida y una nueva consciencia ¿Qué magia podría existir mayor que esta? ¡Ninguna!, ya os lo digo yo.

Los seres humanos, como seres vivos animados, inteligentes y conscientes, somos todos y cada uno de nosotros magos y magas que a cada paso que damos, a cada palabra que pronunciamos o a cada acto que realizamos estamos realizando magia; pero es tan evidente y se encuentra tan cerca de nosotros que no somos capaces de reconocerlo e intentamos buscarle las tres patas al gato.

Y no somos capaces de reconocerlo porque desde tiempo ancestral nos han venido colocando, desde muy chiquitos, unas lentes tintadas que hace que la realidad del Mundo quede distorsionada ante nuestra vista, ante nuestra comprensión. Esas lentes se conocen como acondicionamiento o domesticación; es decir, educación (mala educación).

Se nos ha enseñado que nuestro cuerpo es pecaminoso y que debemos, en la medida de lo posible, ignorarlo. Se nos ha enseñado que el Mundo es una suerte de purgatorio que debemos soportar estoicamente, dado que es el origen de una suerte de pecados mortales e irreparables que nos conducirán, tras la muerte, a una suerte de infierno donde el sufrimiento será inenarrable y eterno. Se nos ha enseñado que Lucifer, el Diablo, nuestro Ser interno luminoso y que nos provee del discernimiento y del conocimiento, es el origen de todos los males posibles, el Príncipe de este maloliente Mundo.

Quienes están interesados en que nos aferremos a esos dogmas castrantes, de los cuales ya hemos hablado largo y tendido, lo hacen con la ladina intención de que tanto hombres como mujeres permanezcamos sufrientes, dormidos, ignorantes y frustrados por no poder alcanzar la felicidad. Recuerden que nuestra infelicidad es su alimento, de lo que ellos se nutren y lo que los mantiene activos.

Y ¿Cómo podríamos ser felices, si los instrumentos a nuestro alcance para lograrlo se nos ha obligado a desecharlos por malignos y pecaminosos?

Sí, cuando Jesús, Krisna, Buda, Zaratustra y otros llevaban a parte a algunos de sus discípulos más cercanos era para transmitirles, de forma práctica, el verdadero conocimiento de la Magia. Ahora ya saben a qué tipo de magia nos estamos refiriendo. El sexo, la vida y el recuerdo o iluminación de la Verdad olvidada.

Cuando Jesús se retiraba con María Magdalena, lejos del resto de sus discípulos, era para transmitirle, de forma práctica, dicho conocimiento mágico.

El conocimiento del Dragón de Jade, del falo de Osiris, del Lingan hindú que con su erección, penetración y frotamiento repetido de las paredes de la gruta de Venus, podía crearse el fuego físico necesario, la calentura necesaria para despertar a la serpiente primero y para elevarla después como un fuego abrasador hacia todas y cada una de las glándulas de nuestro cuerpo.

Sucede que emocionalmente nos encontramos tan castrados que nada más producirse el comienzo del orgasmo, el despertar de la serpiente, automáticamente cortamos el vínculo en lugar de dejarnos llevar, de forma natural, por el lujurioso  y divino placer.

Sí, porque lo que conocemos como orgasmo no es otra cosa que el despertar de lo que los hindús conocen como el chacra sacro situado en la base de la médula espinal; pero generalmente, debido a nuestro acondicionamiento, según bosteza pareciendo despertar la volvemos a mandar a dormir, volviendo a enroscarse de nuevo para sumirse en el sueño eterno.

Kundalini es el fuego espinal, una serpiente ígnea, una energía física que se origina en el sacro y que deberíamos ir elevando por la autopista de nuestra médula espinal hasta cada uno del resto de chacras o glándulas finalizando en nuestro cráneo con el fin de despertar nuestros órganos de percepción espirituales y convertirnos o transformarnos en lo que por naturaleza siempre nos correspondió, unos iluminados. Iluminados capaces de percibir la verdad; lo que sería lo mismo que decir que hemos sido capaces de retirarnos la venda de los ojos, esas lentes tintadas de las que hablábamos y que nos hace ver la realidad distorsionada.

El sexo es sagrado y por lo tanto mágico; pero no ese timorato y cargado de prejuicios que termina convirtiendo un verdadero acto iniciático en un aborrecible y demoníaco tabú.

El mundo no es el lugar más perfecto del cosmos, lo sabemos; pero es la plataforma que nos hemos concedido para poder reconstruir nuestro verdadero ser eterno e inmortal.

Y por último, no lo más importante porque las tres cuestiones tienen la misma importancia, permitir a la serpiente ígnea, al iluminador, a Lucifer, completar la tarea para la que se lo despertó. Y ello lo conseguiremos si no cortamos nuestros orgasmos de forma prematura sino dejando que se dilaten hasta que nuestra personalidad sea desprendida al punto de dejar de pensar, incluso de perder la consciencia sumergidos en un lujurioso océano de felicidad y de placer.

En caso de que no fueres capaz de conseguir a tu pareja adecuada para culminar el proceso, será mejor que apartes de tu lado a tales piedras de tropiezo y ejercítate en solitario con los juguetes que tu sagrada imaginación estime más oportuno.

La Naturaleza te ha concedido todo el conocimiento y no viene a cuento de que yo aquí, de forma explícita, te recuerde lo que debes de hacer. Y no desistas porque a la primera, a la segunda o a la centésima vez no consigas elevar tu fuego espinal.

Llevas muchos años castrado o castrada y resolver este asunto no es una nimiedad que puedas solventar en un instante. Es cuestión de práctica y perseverancia. Recuerda que el único secreto es que no hay secreto alguno y quien te cuente lo contrario, o es ignorante o te está mintiendo, te quiere sacar los cuartos o te está manipulando para conseguir algún oscuro e innombrable designio.

No te rindas ante tus orgasmos, no los cortes cuando lleguen y sumérgete en ellos hasta la inconsciencia. Dilata el placer más allá de lo posible y abandona tu yo para solo sentir, porque ese es el único secreto, si así se puede denominar, que te conviertas tú en un extraordinario sentido de comunicación con y para el Cosmos.

Cuando regreses de tus orgasmos, la felicidad que se ha cocinado llenará toda tu vida y satisfará a tu mente y a tu corazón; pero para ello deberás olvidar prácticamente todo lo que te enseñaron, romper todas las cadenas con las que te han amarrado.

Serás a partir de entonces una antorcha de conocimiento para tus hermanos y hermanas, un ser de Luz. Lo que siempre fuiste y nunca debiste dejar de ser. Un auténtico Lucero del alba, un Luzbel. El Pájaro de Fuego ha resurgido de sus cenizas. El ángel de la Luz puede volar de nuevo. No te resistas.

El que tenga entendimiento entienda

Luzbel

miércoles, 26 de agosto de 2015

Perlas del Dragón de Jade (6)


Del Caos a la Anarquía

El centro de la Tierra es un océano esférico de hierro fundido, donde el crecimiento de cualquier forma de vida orgánica es imposible. Conforme nos vamos alejando de ese centro ígneo las capas de materia se van enfriando hasta dar lugar a nuestra fría litosfera y donde la proliferación de formas de vida, ya si es posible.

A nivel del conjunto del Universo, en donde vivimos, sucede algo muy semejante, dado que a nivel sub atómico, cuántico, el mundo de las partículas elementales más diminutas es un auténtico caos, donde el espacio y el tiempo no parece que tengan algún tipo de relevancia.

La Libertad más absoluta rige en ese plano energético; pero se trata de una libertad caótica, sin orden alguno, donde la consciencia de la mente cósmica no parece que pueda manifestarse de una forma coherente y espacio temporal. Con ello, no queremos decir que el plano cuántico esté libre de la mente cósmica, lo cual sería imposible dado que fuera de ella no puede ser, sino que su manifestación creadora consciente, a dicho nivel, no parece posible.

Según nos vamos alejando de los planos más diminutos y desestructurados, comprobamos como las siguientes capas, hacia el exterior, van permitiendo o proporcionando un orden creciente hasta que por fin comienzan a ser posibles tanto el espacio como el tiempo, imprescindibles para que el escenario del Mundo pueda contener la vida primero, la inteligencia y la consciencia después.

Ahora bien, ¿cuál es el Plano real?, ¿el mundo cuántico donde la libertad del caos campa a sus anchas o el de la física newtoniana, donde la burocracia arcóntica, fundamentalmente la fuerza de gravedad, rebaja los niveles de libertad, caóticos, proveyendo el orden y la estabilidad necesaria para que pueda manifestarse, de forma evidente, la consciencia cósmica? Quizá, esta pregunta esté lastrada por la inexactitud derivada de nuestra limitada capacidad de observación, debido a unos sentidos bastante limitados por rudimentarios.

Quizá, este Universo ordenado y que consideramos como real simplemente sea un nexo de unión transitorio entre el Universo cuántico del Caos y su polo opuesto, necesario para mantener algún tipo de diferencia de potencial, el Universo de la Anarquía. 

Porque aunque la generalidad de los investigadores consideran teóricamente sinónimos los términos caos y anarquía, en la práctica esto no es así dado que el Caos, concretamente el caos subatómico, donde la Libertad parece ser la única Ley absoluta, impide, per se, el orden y funcionamiento controlado, inteligente, de las partículas con el fin de poder conformar objetos, cuerpos con movimiento y contenedores de consciencia. 

Y no es, como ya hemos dicho, que en los planos cuánticos no exista la fuerza mental de la Inteligencia Suprema; sino que esta, al no poseer las limitaciones del espacio y el tiempo es imposible de observar y cuantificar con nuestros sentidos e instrumentos.

Solo es posible determinar la existencia de esa Mente conforme nos alejamos de los planos energéticos y el orden y burocracia de la materia empiezan a aparecer; permitiendo que las formas primero y el movimiento después permitan la manifestación coherente, dentro de un entorno espacio temporal, de cierta consciencia o porción ínfima de la Consciencia Cósmica Total. Una consciencia de este tipo es la única que todos los seres pensantes podemos comprender sin recurrir a algún tipo de abstracción.

El Mundo ilusorio, pero real, material y organizado por una serie de leyes, en el que vivimos, no deja de ser otra cosa que un mal necesario, como plano burocrático de transición, entre el Caos y la Anarquía perfectamente estructurada y plenamente consciente. 

Porque la anarquía es la libertad plena sin influencia de algún burocrático control; pero que lleva en su esencia el orden absoluto, no siendo esta característica intrínseca, una coacción castrante de la libertad innata; sino que, por el contrario, la Anarquía es la natural heredera del Caos, su opuesto, al que se le ha añadido, en una suerte de proceso evolutivo, la Fuerza pleromática de la Fraternidad.

Aquí ya no existen leyes generadas por algún tipo de arcontes legisladores sino que es la propia Cosa consciente la que se auto limita intentando ponerse en el lugar de las otras cosas que la rodean.

En el Caos prima, como dueño y señor, la fuerza de la Libertad absoluta y sin medida y donde la ley del más fuerte es dueña y señora; dado que, no existiendo la fuerza fraternal, la Cosa no siente la necesidad de ponerse en el lugar que ocupan sus hermanas y se mueve por su propio interés arrasando todo cuanto se interpone a su paso y hasta que las condiciones dejan de serle afines y será ella, entonces, la que se convierta en víctima de la embestida de sus semejantes.

Esa posición preferente, libremente puesta en movimiento, es la que impide ver la absoluta igualdad de todas y cada una de las partículas del Universo; de algún modo, se trata de una simple cuestión de percepción. Pudiera parecer que la Piedra que se encuentra sobre otra, se sitúa en una posición de supremacía sobre la que la sustenta; pero si se retirase, esta última, la presuntamente superior caería pasando a ocupar el lugar dejado vacante por la que la sustentaba.

Digamos entonces que nuestro universo material de transición entre el caos del Universo Cuántico y la Anarquía autogestionaria de la otra polaridad del Pleroma, del Cosmos, no es otra cosa que el crisol donde se está gestando la necesaria fraternidad y que no deja de ser otra cosa que la lente que permite ver las cosas desde un verdadero punto de vista; es decir, que todas las partículas son iguales, poseen la misma divinidad y consciencia del Pleroma. Que ninguna está privilegiada por encima de cualesquiera otras; siendo tan solo, nuestra observación relativa y limitada la responsable de la percepción de una inexistente desigualdad.

Concluyendo, digamos que de los planos subatómicos nos viene, de forma germinal, el concepto de libertad sin orden propio del Caos; pero que al pasar por el fuego de la experiencia, en el Mundo de Maya, legislado por los arcontes y donde se cuece la fraternidad, reconocible mediante un complejo proceso iniciático, eso es la Vida, es que podemos reconocer la igualdad subyacente en todo y que es necesario para la consecución de aquello que denominamos como utopía, la Anarquía. Que ésta pueda ser considerada como algo real, verdadero y asequible alejado de la fantasía utópica que le es propia al concepto lingüístico de anarquía.

La Igualdad no tiene un verdadero sentido en un Mundo de Libertad absoluta y descontrolada, si no se tiene en cuenta la necesaria fraternidad de y entre todas las cosas, esa consciencia de Gaya a la que se refieren algunos. La Fraternidad no es otra cosa que una suerte de pegamento gluónico y al que la humanidad hemos decidido denominar como Amor. Es la fuerza que permite la coexistencia pacífica en un Universo donde tanto la Libertad como la Igualdad no solo son compatibles sino imprescindibles entre sí.

Un Mundo Libre sin Fraternidad es imposible que pudiera ser igualitario, del mismo modo que un Mundo de Igualdad sin límites y sin el auxilio de la Fraternidad sería imposible que pudiera llegar a ser Libre; luego sí es posible considerar a nuestro mundo y nuestras experiencias como un proceso alquímico transformador, destinado a vislumbrar, mediante el proceso de iluminación, la Verdad:

Que pese a que los seres sintientes nos opongamos a creerlo así, la Libertad es algo genético y que mediante la epigénesis, el libre albedrío u acto voluntario fraternal, podemos llegar a ser conscientes de la verdadera falta de jerarquía y donde todos somos absolutamente iguales, desde el virus de la gripe hasta la aparente complejidad de los centros galácticos.

La Libertad es la esencia primordial

La Fraternidad es una opción de la voluntad consciente

La Igualdad es la consecuencia necesaria de haber aunado a la Libertad la fuerza coercitiva de la Fraternidad, el Amor

El que tenga entendimiento entienda


Luzbel  

sábado, 8 de agosto de 2015

Perlas del Dragón de Jade (5)

El Soñador en su Sueño

Era algo que bajo ningún punto de vista podía suceder; pero sucedió: encontrarme sumido en un sueño profundo y, sin embargo, estar convencido de que todo lo que en él sucedía era real, auténtico y verdadero.

El día que descubrí aquella verdad, hace ya algún tiempo, fue como si me hubiesen retirado una venda que tuviese tapándome los ojos.

Lo que había considerado como una vida consciente, no había sido otra cosa que un cúmulo de experiencias virtuales, de carácter onírico, tan tangibles como pudiera serlo un leve suspiro.

En realidad, lo que hasta entonces había considerado mi cuerpo con sus sentidos, no habían sido otra cosa que impulsos bio eléctricos en algún lugar del córtex cerebral. Hogar, paisajes, familiares, amigos y viandantes tampoco habían sido otra cosa que una suerte de corriente eléctrica conteniendo dicha información.

Ya, ya sé que no se trata de una idea nueva, tan políticamente incorrecta que pareciera arrogancia y egocentrismo; pero generalmente se piensa que nosotros podríamos ser el sueño de un Ser Superior, los soñados; pero pocas veces, por el contrario, que en realidad fuésemos los soñadores, los creadores de mundos e inventores de historias a recrear; pero cuando se escribe una Historia, o se interpreta una función se realiza para el contento y disfrute de una suerte de espectadores u observadores.

¿Podrían ser, estos últimos, los mismos creadores e intérpretes de la función?; dicho de otro modo, como en el dicho ese de “Soy Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como”, no sería otro que el mismo Soñador. En el caso de mi propia persona, tanto el creador de historias, como los propios intérpretes, personajes y hasta el propio “disfrutador” de la Función. Es decir, no escribiría para nadie más que para mí mismo, ni seré leído salvo por mí mismo.

Bien, hasta ahora, pareciera que esto no es otra cosa que un cúmulo de ideas dispersas cocinadas y aderezadas para alimentar la natural curiosidad de unos pocos lectores; pero lo cierto es que el descubrimiento de mi verdadera condición onírica, gracias al ejemplo de los medios audiovisuales, es un hecho cierto y completamente medible, observable y cuantificable.

Todo a mi alrededor parecía ser tan sólido y consistente que era prácticamente imposible pensar que nada fuese real, en el sentido común del término de dicha palabra.

Resulta que esa supuesta consistencia no era otra cosa que densos paquetes de información que se desplazaban a la velocidad de la luz, en sentidos opuestos, formando una especie de doble espiral de cuantas; es decir, fotones.

Mi piel, el olor corporal y todo aquello que era capaz de percibir mediante los sentidos no eran otra cosa que engramas neuronales de un cerebro en estado de sueño cruzándose y entrecruzándose, entre sí, de una forma aparentemente caótica.

Después de todo había descubierto el sentido de la vida, la única, la real, la del soñador, la de mí mismo. Sí, lo único existente y verdadero de mi Universo es mi propia consciencia y todo existe en mí, por mí y para mí.

Que grande es la soledad del creador, ahora lo entiendo, cuando descubre que su obra solo puede ser vista y disfrutada por sí mismo; que no existe otro u otros seres y entidades que le pudieran enfrentar o ponerlo, dialécticamente, en entre dicho.

Sí, tú querido lector no eres otra cosa que un personaje más de mi propio sueño, como yo lo soy del tuyo. Tú existes y vives por mí y en mí como yo existo en tí y por ti. Es una estupidez pensar que estas palabras pudieran llegar a otro que no fuera yo mismo.

Si mi obra no se publica es porque así ha sido diseñado el sueño y si sucediese lo contrario, y fuese editada por miles o millones sería lo mismo; puesto que, una entelequia solo podría ser realidad en la mente de su creador; pues fuera de ella no hay nada. Quiero poner al lector ante dos ejemplos que le esclarecerán, sobremanera, lo dicho en los párrafos anteriores:

Si usted comunica por video conferencia con otra persona, una amiga por ejemplo, usted es real frente a la pantalla del Ordenador y la imagen que ve de su amiga es virtual, una recreación electrónica de ella. En realidad ella no es real para usted, lo que usted ve es un reflejo, una imagen transmitida desde una gran distancia; pero a ella le sucedería lo mismo, ella sería real, mientras que lo que experimenta con usted, a través de la pantalla es algo virtual, no es realidad en sí misma.

Intentemos dar un pequeño salto y digamos que su amiga y usted ya se conocen personalmente, se han dado la mano y se han besado; aun así su experiencia solo es real para usted como también solo es real para ella, pues hay algo que los separa, el envoltorio de carne que cubre sus espíritus. Ambos, los dos, son micro cosmos separados, como dos células cuya membrana o envoltorio, su piel, su carne, sus huesos, hacen imposible que sus espíritus puedan sentir la unión absoluta. En realidad ambos son seres imaginarios el uno para el otro y cada cual, de forma natural, intenta sacar lo mejor de dicha relación.

Su amiga de usted y usted mismo han llegado a intimar tanto que se acuestan juntos y tienen relaciones sexuales; pero por una precaución debida usan condones y/o diu. Sí, esos globos de plástico que se utilizan para evitar que la semilla del varón pueda germinar en el interior de la mujer. Notarán un inmenso placer, como es natural; pero si son suficientemente sensibles comprenderán que sobra algo, una frontera que les separa de la sensibilidad total del rozamiento de carne con carne. Sí sobran las malditas gomas. En realidad no están unidos, hay algo que los separa.

Suponiendo que su relación se hiciera más íntima aún y prescindieran de cualquiera de esas barreras, aun así y terminado el coito sentirán un extraño sentimiento de vacío, de que sí, todo ha sido muy bonito y sentido; pero interiormente sienten que algo no se ha completado. No se ha completado la unidad espiritual, tan solo la marital o carnal. Los espíritus siguen estando tan separados como la imagen virtual de ustedes mediante una videoconferencia por ordenador. Esto es así, por lo dicho en los primeros párrafos de esta Perla del Dragón de Jade: 

Cada uno vive en su propio Universo, su micro cosmos si desean llamarlo así y la membrana que rodea nuestros universos holográficos impiden que unos y otros puedan interactuar libremente entre sí. Ustedes, hagan lo que hagan, seguirán siendo reales para ustedes mismos; pero lo que les rodea, incluso sus seres queridos no son otra cosa que reflejos e imágenes ajenas a su Universo o micro cosmos. Ellos debieran sentir del mismo modo llegados al estado de la Iluminación.

Los espíritus solo pueden interactuar libremente entre sí y de forma verdadera cuando se encuentran desencarnados y liberados de la membrana que cubre, recubre, su mico cosmos.

Esotéricamente se han inventado cientos de métodos para lograr esa unión espiritual, manteniéndonos en este Plano de existencia; pero jamás se ha conseguido porque nuestro Mundo no es real solo una ilusión y todo lo que transcurre a nuestro alrededor son paquetes de información no personas o cosas; es como si viviésemos en un gigantesco escenario holográfico; pero donde el único real fuésemos nosotros mismos. El resto de personajes también serían reales; pero en sus propias cabinas holográficas, sus propios micro cosmos, sus universos, nunca en los universos de los otros.

Ese día, de comunión eterna y divina de los espíritus llegará, no les quepa duda alguna y no es cuestión de alguna idea religiosa; pero sucederá cuando este Multiverso holográfico desaparezca, los espíritus despierten y recuperen su libertad. Entonces ya no existirá frustración por no llegar a alcanzar la unidad con la persona amada; pero hasta entonces tendrán que esperar y conformarse con el conocimiento de la Verdad, aquello que les hemos contado. Que se encuentran brutalmente aletargados y que ya es hora de despertar.

Quien tenga entendimiento entienda

Luzbel

jueves, 6 de agosto de 2015

Perlas del Dragón de Jade (4)



Sexualidad castrada = Humanidad amargada

Tal y como se encuentra estructurado el Mundo, es difícil no caer en la sorna, chiste fácil, o el escándalo cuando se tratan temas de sexualidad y ello, a pesar de que es la parte más importante de los seres vivos, algo o alguien se ha preocupado de domesticar a la humanidad para controlarla, mediante la sexualidad, y así poder manejarla de forma impune y a su antojo, mediante ideas extrañas que poco o nada tienen que ver con ella.

Se “educa” a los humanos para ser obedientes consumidores de ideas y objetos y que jamás calmarán su sed de conocimiento o posesiones y, sin embargo, se les insta a no hacer uso libre, dicen abusar, del mayor regalo posible recibido por los seres vivos y que además viene de serie, el sexo. Hasta tal punto es así que todo lo que suena a sexo, sexualidad o placer se encuentra remarcado con el sello divino de Pecado, impuro, enfermedad y muerte.

Bien, hagamos un intento de hacer borrón y cuenta nueva en este aspecto. ¿Son capaces de olvidar y dejar de lado todas las sandeces y canalladas que nos han inculcado, acerca del sexo desde que teníamos uso de razón? Es muy difícil ¿verdad? ¡Lo sé!, es, diría yo,  casi imposible sin que nos embargue cierta sensación de estar cometiendo algún tipo de delito y como mínimo, algo indebido que podría acarrearnos alguna suerte de desconocida desgracia. Quien diga lo contrario, por envalentonamiento, se engañaría a sí mismo. Se trata de algo arraigado, por acondicionamiento ancestral, en nuestra Especie.

¿Se han preguntado por qué la gente de nuestro trabajo, nosotros mismos, o que va en los medios públicos de transporte presenta en su cariz un aroma de extrema amargura? Van pensando en muchas cosas sin importancia alguna para nuestro crecimiento espiritual o el de nuestros seres queridos: ¿llevaremos al niño a un colegio público o privado? Si se está pensando en cambiar de auto ¿qué modelo elegir? y que además podamos pagar en cómodos plazos ¿Cuándo podremos cambiar la televisión led por otra tridimensional y de mayores pulgadas? O realizar ese viaje de nuestros sueños y que por tiempo o dinero, hasta ahora, no se ha podido disfrutar. Preocupados, fundamentalmente, por conseguir más tiempo y dinero para poder aplacar nuestras supuestas necesidades más urgentes y cubrir ese vació que los seres humanos llevamos con nosotros desde que la consciencia hizo aparición en esta Especie.

Bien supongamos que se consigue una buena escuela privada, el mejor y más confortable piso posible, el auto más molón y lujoso así como un sistema multimedia de última generación. También hemos conseguido realizar el viaje de nuestros sueños  y, sin embargo, ese vacío del que hablamos sigue sin ser cubierto. Es como si no hubiésemos hecho nada de lo anterior y cuando vayamos relajados en los medios de transporte público, la gente nos verá del mismo modo que nosotros a ellos: Amargados.

La cuestión es que hemos venido siendo acondicionados para que miremos hacia otro lado o, como mucho, sonriamos pícaramente, cuando sale a relucir algo relacionado con el sexo. Vendría a ser algo así como si en un gimnasio de culturismo tan solo hubiésemos desarrollado, mediante el uso de una mancuerna, uno solo de nuestros brazos; el otro habría quedado infra desarrollado respecto al que hayamos ejercitado.

Como seres humanos vinimos al Mundo como un todo completo, incluyendo en el paquete tanto la inteligencia como las apetencias y cualidades sexuales; pero al parecer algo o alguien deseó que ésta última no pudiese quedar satisfecha mediante algún tipo de castración psicológica; es decir, que nuestra natural naturaleza sexual no se desarrolle de una forma armónica respecto de nuestras otras características personales como la memoria por ejemplo.

Hasta tal punto el acondicionamiento, contrario a una buena salud sexual, es tan poderoso que inclusive las denominadas como escuelas de misterios o colegios iniciáticos, la inmensa mayoría, han heredado parte de dichas mentiras e inexactitudes; y ello, hasta tal punto de que casi todas se contradicen unas a otras a la hora de recolocar este asunto en los temas espirituales, haciendo hincapié en la coartación de la libertad respecto de aquello que supuestamente se puede o no se debe de hacer.

Por lo dicho con anterioridad es que podemos confirmar que no solo la sexualidad sino incluso los órganos sexuales, como otros muchos órganos, en el Ser Humano, se encuentran subdesarrollados. Algún experto, en algún momento dijo, que el actual ser humano no es otra cosa que un bebé llevado cronológicamente a la edad adulta. Esa atrofia nos ha llevado a que esos órganos sean utilizados, casi en exclusividad y a modo de simples accesorios, hacia la reproducción  o la adquisición de simple placer.

Pero entones ¿cómo deberían ser los órganos sexuales en el Ser Humano en el caso de que no hubiésemos sido domesticados de tan brutal modo? 

¡Conscientes!

Al presente, salvo de forma limitada en algunas culturas orientales, el sexo parece ser algo dependiente del sistema nervioso simpático, en donde hasta la más simple de las erecciones no sería otra cosa que el producto, no de la voluntad del Ser, sino de una suerte de sensaciones eróticas que nos llegan desde el exterior; sean estas visuales, olorosas o táctiles. Con esto, no queremos decir que en exclusiva esto sea así; dado que si lo deseamos, mediante el mero pensamiento, la imaginación en determinadas condiciones, podemos conseguir esa erección y deseo de forma artificial de modo consciente y voluntaria como sucede en la industria de la pornografía.

El verdadero problema consiste en que esto último es lo que debería ser lo saludable. El Ser Humano, aparte de ser una criatura inteligente también es consciente y nuestro fin debería llegar a ser conscientes de toda nuestro Ser y no ver a nuestros órganos sexuales como algo que por desgracia y por necesidades naturales debemos llevar con nosotros como si se tratase de una especie de lastre o pecado original. A nuestros órganos sexuales les falta aprender a ser conscientes del mismo modo que podemos abrir y cerrar nuestras manos o flexionar nuestras rodillas cuando deseamos subir un escalón o desarrollar algún ejercicio gimnástico.

Convertir nuestra actividad sexual, sin tabús, en consciente supone espiritualizar una parte importante y esencial de nuestro Ser; pero no hablamos tan solo de la actividad en sí, sino de los propios órganos sexuales en sí. De algún modo deben ser ejercitados a diario y no dejarlos enclaustrados, durante tanto tiempo, tras la cremallera de una bragueta o la ornada jaula de una braguitas que impidan la necesaria ventilación.

Si nuestra sexualidad hubiese evolucionado acorde con el resto de nuestra personalidad seríamos capaces de poder besar con el glande o los labios de la vagina. Seríamos capaces de provocar erecciones y flacidez a voluntad sin la necesidad de provocarnos imágenes mentales de carácter erótico y acariciar suavemente o apretar con la fuerza de una mano aquel pene que penetrase dentro de una vagina. De hecho las mujeres podrían haber enseñado a hablar a sus vaginas de un modo similar a como los operados de laringe intentan comunicarse mediante un tipo especial de eructos y que no es otra cosa que la modulación del aire, mediante contracciones del útero sin la necesidad de cuerdas vocales.

Solo se trata de unos pocos ejemplos de aquello que podríamos hacer si no hubiésemos castigado a nuestros órganos innombrables, si no hubiésemos estado sujetos a ese tabú del pecado impuesto por una minoría, mediante la religión, para tener sometida a la mayoría de la población. Los hombres y las mujeres podríamos saludarnos sin algún tipo de pudor acercándonos los órganos sexuales y de forma voluntaria acariciarse entre ellos y ello, tan natural como si nos diésemos un beso en nuestras mejillas. Desaparecerían los adjetivos de homosexualidad, heterosexualidad o bisexualidad. Todos podríamos hacer lo que quisiésemos sin ruborizarnos del mismo modo que lo hacen nuestros primos los Bonobo. Ir desnudos, por la calle o yendo al trabajo, ya no sería tan extraño; pues habría desaparecido toda una colección de tabús.

Nuestros órganos sexuales habrían adquirido una musculatura voluntaria y por lo tanto se encontrarían más cercanos a la consciencia espiritual e integral que el ser humano persigue.

Resulta un terrible error pensar que si ocupamos parte de nuestro tiempo en el desarrollo de nuestra sexualidad, del mismo modo que ocupamos tiempo en estudiar o en el gimnasio, lo estamos perdiendo para nuestro desarrollo espiritual y es justo lo contrario, dado que cualquier ejercitación espiritual que no contemple al Ser Humano en su integridad está condenada al más estrepitoso de los fracasos.

Una parte nuestra aparenta estar híper desarrollada respecto a la otra, la mental respecto a la emocional y de sensaciones; pero resulta una apreciación inexacta dado que lo que sucede es que no hemos desarrollado nuestra sexualidad a la par que nuestras otras capacidades cognitivas. Ese infradesarrollo, como dijimos, está pensado para que no seamos conscientes del verdadero poder espiritual que posee la humanidad y que nos sintamos como simples marionetas en manos de unos dioses que son inexistentes; es decir máquinas biológicas capaces de adquirir recursos de todo tipo para una pequeña élite que conoce, perfectamente, lo que aquí decimos. Es decir nuestro subdesarrollo sexual nos ha convertido en esclavos.

Unas máquinas que consumen y consumen sin saciarse nunca y de forma caótica; y lo que es más lamentable, sin realizarse preguntas trascendentes acerca del Ser.

El Ser Humano para ser feliz es autosuficiente y puede adquirir su felicidad con lo que trajimos de origen a este mundo; pero ahora me preguntarán ¿Qué debo hacer para salir de esta rueda de tabús?Vive sanamente tu sexualidad y práctica, con todos los medios posibles a tu alcance: pareja, mediante dildos, bolas chinas y otros juguetes eróticos o en solitario, como si de un simple hobby se tratase. Dedica todos los días entre un cuarto de hora y una hora a tu sexualidad mientras no se creen los gimnasios del sexo y olvídate de las gilipolleces de algunos psicólogos que no tienen ni puta idea cuando hablan de la sexualidad excesiva como una enfermedad de adicción. Eso es incierto y verás cómo tu vida cambiará 180 grados y tu cara de amargura se transformará en otra de puro placer y felicidad, estando siempre dispuestos para amar a tus semejantes con todo tu Ser espiritual. Eso sí, tendrás que arroparte con la coraza de que lo que piensen los demás te importa un comino.

Luzbel

domingo, 2 de agosto de 2015

Perlas del Dragón de Jade (3)



El Templo iniciático del Mundo

La Vida es la madre suprema de todas las iniciaciones y en donde, como en una muñeca matriusca, están contenidas el resto de las otras iniciaciones posibles.

Se trata de una Iniciación ritualista y dramatizada, cuya duración es una vida completa, a la que son sometidos los espíritus inmortales con el fin de adquirir la luz de la vida material, la consciencia.

El inicio del proceso comienza cuando el espíritu provoca la concepción de un cuerpo físico en el útero de una hembra mediante la provocación hormonal de un macho. Ese cuerpo será dirigido por él y posteriormente ocupado como si de un huésped se tratase; siendo desocupado cuando el proceso iniciático ha finalizado, bien sea porque ha sucedido o porque, por cualquier causa, se ha frustrado. Al proceso de ocupación por el huésped espiritual lo denominamos nacimiento y a la desocupación, de forma errónea, muerte.

El tiempo que el Ser permanece dentro del seno materno, generalmente nueve meses en los humanos, viene a ser lo mismo que haber estado introducido en una oscura gruta, preparándose mediante los alimentos apropiados que le son ofrecidos por el Mundo, la Tierra, mediante el seno materno de su madre biológica. Ese periodo previo al verdadero proceso de Iniciación, el nacimiento al Mundo y donde tras el llanto inicial el postulante irá descubriendo una serie de sensaciones sobre sus sentidos que solo tomarán verdadero sentido cuando abra sus ojos a la realidad de una nueva vida y que hasta ese instante era completamente desconocida para él. Acaba de aparecer un nuevo personaje en el escenario del Mundo para sufrir sus particulares pruebas iniciáticas.

Todo periodo iniciático de cualquier vida no deja de ser otra cosa que un tiempo de aprendizaje y maduración de las experiencias sufridas con el fin de afianzar, los conocimientos, en lo más profundo de nosotros y que así pasen, mediante el riego sanguíneo y la respiración, a formar parte de la propia impronta vital del Espíritu.

Se aprende de todas las experiencias, tanto de las denominadas positivas y productoras de felicidad como de las que se consideran, erróneamente, negativas y que nos llevan a estados de melancolía e infelicidad. Paradójicamente, es con estas últimas con las que más provecho iniciático sacaremos dado que su dramatismo es de difícil olvido.

Cuando el Ser ha madurado lo suficiente, el fruto de su vida o proceso iniciático, es cuando se encuentra preparado para la última y verdadera iniciación, sin la cual, todo el proceso anterior no habría tenido sentido alguno: El Nuevo Nacimiento o regreso al Hogar Celeste licenciado y graduado con la nota de la que haya sido merecedor, la Muerte. Este hecho, no es lo luctuoso y triste que parece ser entendido por la generalidad de las gentes, sino algo digno de alegría y sana envidia.

La muerte del Ser solo es aparente y solo se produce en el cuerpo físico que el Espíritu había tomado para poder manifestarse en el escenario del Mundo. La experiencia triste del proceso denominado muerte solo es sufrido por los familiares y amigos carnales del ya Iniciado, pues para él la muerte no ha sido otra cosa que despertar de una más o menos triste pesadilla y el retorno a la luminosa y verdadera realidad de donde procede, con el añadido de un conocimiento nuevo, iniciático, que será añadido a su consciencia cósmica como el Ser espiritual y eterno que es.

Es curioso como en el transcurso del periodo iniciático de lo que conocemos como vida nos vamos encontrando con una gran variedad de entidades, seres, de los que iremos aprendiendo las lecciones que necesitaremos y no otras. A esas personas o instructores podremos reconocerlos como maestros en itínere; pero haciendo honor a la verdad, sin menoscabar toda su benéfica influencia y esfuerzo en ayudarnos, debemos decir que no existe otro verdadero maestro que nosotros mismos, nuestro Guía interior.

En demasiadas ocasiones, la mayoría, en los denominados como colegios iniciáticos se hace hincapié en una suerte de historia profana de la escuela así como de los principios doctrinales que propugna; pero ninguna de esas dos cosas tienen la más mínima importancia, sino el hecho de permanecer ante los ojos de los profanos, no iniciados, a modo de faro recordatorio de que nos encontramos aquí para un algo y ese algo, nada casual por otro lado, es nuestra iniciación en el mundo de Maya, la realidad ilusoria de la vida, con el fin de que la consciencia obtenida en este crisol podamos trasladarla al mundo celeste de la Verdad, nuestro verdadero Hogar.

Al contrario de lo que pudiera parecer, la Vida es una escuela para la adquisición de la Consciencia y con esta consciencia obtenida todo el Pleroma, no solo el Iniciado, se ilumina; dado que el Mundo de la Verdad, el lugar de donde verdaderamente procedemos, está sumido, generalmente, en una especie de Nirvana inconsciente esencial. También para mostrarnos que aquello que denominamos Muerte no es otra cosa que el tránsito del sueño en el que estamos sumidos hacia la vigilia de la verdadera vida celestial. Del sueño que morimos para renacer en la vigilia del todo, de la plenitud y de lo eterno.

En esta suerte de disertación pudiera parecer que nos falta lo más importante: La Técnica o Método iniciático; en definitiva, la forma de Vivir.

Craso error, dado que la técnica y el método es completamente individualizado y diferente para cada uno de los seres y solo son proporcionados por el Maestro Interior: Recuerden por uno mismo y nadie más.

Vive la vida sin más, si tropiezas te levantas; pero deja de seguir de forma ciega a gurús que se autodenominan como maestros. Vivir la vida, sin más, tu propia vida es el proceso iniciático por excelencia, siendo el resto de variopintos métodos que se ofrecen, mediante una simbología y jerga especializadas, una especie de juegos que como el juego a los niños les sirve para ir iniciándose en la propia vida; pero recordemos que esos métodos fueron creados por otros, antaño, para gentes como ellos. Con la mejor voluntad lo hicieron; pero cargados de una gran ignorancia, dado que lo que para uno sirve para el resto no vale.

Tú no eres ellos, ni mucho menos deberías ser el ciego seguidor de nadie. Sigue tu instinto primero y tu intuición después; pero no cargues tu propio trabajo sobre las espaldas de nadie porque eso no sirve, no funciona así la cosa. De dicho modo serás guiado por tu guía espiritual y maestro interior, tú. Olvídate de la jerga creada por gentes ajenas a ti, tales que Karma o Reencarnación y céntrate en lo único importante que es vivir tu vida en libertad y con los mínimos apegos posibles. Vivir es conocer, más bien recordar, que tú eres un Ser plenamente espiritual y que, en realidad, jamás naciste por primera vez así como que jamás dejarás de existir porque eres un Ser, en esencia, eterno como el entorno que te sostiene y mantiene desde un tiempo sin tiempo hasta un tiempo sin tiempo.

El resto, lo demás que no tenga que ver con el hecho de vivir, tómalo como algo intrascendente y anecdótico, sin importancia real a modo de un juego de abalorios que solo sirven para embellecer lo que ya es bello de por sí o maquillar la realidad, ante los ojos de los vasallos del Emperador, de un mundo ilusorio; pero que poco o nada aportan a tu Ser Eterno e inmortal que nunca ha dejado de permanecer en el mundo de la Verdad aunque se encuentre sumido en el más profundo de los sueños.

Huye, como alma que lleva el Diablo, de todo aquel que desee imponerte sus propios criterios mediante el majestuoso; pero ladino arte de la oratoria y ten más confianza en tu intuición que no es otra cosa que la silenciosa voz de tu verdadero Ser interno.

Recuerda Amigo y Hermano: De tu verdadero Guía y Maestro interior.

Todo lo externo no son otra cosa que fuegos de artificio y sin poder transformador, iniciático, alguno.

Solo aquello nacido de tu interior posee el fuego transformador del Ser Eterno y Divino que eres.

Quien tenga entendimiento entienda.

Luzbel

sábado, 1 de agosto de 2015

Perlas del Dragón de Jade (2)

Los ateos siempre tuvieron la razón; pero al revés.

En cuanto a que no existen algún Dios o dioses en el sentido dado por los humanos y que nos ha sido transmitido, durante generaciones, por la teología. El concepto de Dios es una invención humana, del mismo modo que las religiones instituidas en un principio, quizá, para dar algún tipo de sentido a las vidas de nuestros antepasados; pero que terminaría convirtiéndose, con el tiempo, en un sistema de control de masas bastante eficiente.

Bien, los ateos tienen toda la razón del mundo en todo lo antedicho; pero en el resto de sus argumentaciones están completamente equivocados dado que parten de una premisa falsa, ya que no es la materia la que mediante algún tipo de evolución circunstancial termina dando lugar al cerebro y por lo tanto a la mente. Mente que no es otra cosa que el espíritu de los antiguos filósofos griegos. Es justo todo lo contrario; que ese Espíritu, Mente o Energía será la que termine manifestándose de cuasi infinitas formas.

Es decir, el Principio fundamental no es: Materia-Vida-Inteligencia, sino Inteligencia-Vida-Materia; dado que es la Mente, el Espíritu, quien se transforma primero en Vida con el fin de adquirir un vehículo físico de manifestación en los planos de la Materia.

Por regla general se viene equiparando a la Energía con la Materia cuando decimos aquello de la Energía ni se crea ni se destruye, tan sólo se transforma, considerando, entonces, a la propia materia como una entre muchas de las manifestaciones de la Energía; pero que además, esa materia en un proceso de desintegración podría producir ingentes cantidades de energía como sucede con la transformación del Uranio enriquecido. Esto es parcialmente erróneo, en tanto en cuanto la materia solo es, como vimos, una de casi infinitas manifestaciones de la Energía, de la Mente, del Espíritu.

La Mente Global o Cósmica existe desde siempre; es decir, jamás tuvo un comienzo aunque sí es cierto que su manifestación es cambiante y cíclica mediante periodos de tipo senoidal; y es en ese único sentido en el que podríamos hablar de un cierto comienzo, en un determinado punto del periodo así como de un final antes de su vuelta a empezar.

Esa Mente Universal e infinita que lo constituye todo y que es intrínsecamente Energía Pura se manifiesta, de forma general, de forma inconsciente; pero en determinadas circunstancias y de forma muy particular, unas parcelas de dicha inconsciencia toman consciencia de sí mismas así como del entorno o paisaje que conforman.

Es decir, no existe algún guion previo en el que a partir de un determinado instante todo comenzara a ser, existir, con el fin de conseguir, tras algún tipo de transformaciones, mutaciones o evolución, algún resultado concreto aunque desconocido.

No, lo cierto es que todo existe desde siempre y las únicas leyes intrínsecas de este Sistema Eterno son las de la Libertad y el Amor, la Anarquía y la cohesión, las fuerzas centrífuga y centrípeta. Donde más fácilmente podemos comprobar esto es a un nivel cuántico, donde las reglas que los seres razonables nos hemos impuesto resulta que no funcionan, dado que lo que allí reina es el caos y la anarquía, la más pura y original de las libertades. La cohesión que viene funcionando a medida que nos alejamos del nivel cuántico no es otra cosa que, el Amor, apego o natural fuerza de gravedad de la Materia. También podríamos denominar a estas fuerzas como de repulsión y atracción. La Libertad nos impele a alejarnos unos de otros y el amor a juntarnos.

Aunque la cohesión, el Amor, tiende a unir y la anarquía o Libertad a separar; tenemos que tener presente que ese baile cósmico de Shiva se produce en el interior del Sistema. Utilizando la expresión "interior" somos un tanto injustos con la verdad dado que ese Sistema Infinito es autosuficiente y donde el exterior no posee relevancia ni significado alguno; vendría a ser como una inmensa e infinita muñeca matriusca en donde estuviesen contenidas todas las demás.

La lógica y el Sentido común, tan desprestigiados por algunos, nos dice que las cosas no pueden salir de la nada por generación espontánea  y que por lo tanto las cosas o la cosa en sí ha existido, de algún modo, desde siempre, posiblemente en el mundo de las ideas de Platón, aunque no manifestándose en todas las ocasiones del mismo modo o forma, progresivamente aunque sin algún principio o finales imposibles.

Algunos, a esa mente anárquica colectiva y generalmente inconsciente, que son los planos cuánticos; pero conscientes, bajo determinadas circunstancias, conforme se aleja de los planos más diminutos, se lo ha venido a denominar como Dios o jerarquía celestial. Un Dios que por principios físicos y matemáticos ni puede ser justo o injusto, perfecto o imperfecto; menos aún inefable o perfecto y todo poderoso.

Como constituyentes de la Mente Global, sus criaturas somos copartícipes de todas sus características  constitutivas, llámense físicas espirituales o divinas. La Mente Global o Pleroma no es otra cosa que un super conjunto que incluye en su interior infinitos subconjuntos, encontrándose en permanente movimiento y transformación que no evolución o involución; siendo estos últimos términos intrascendentes cuando se trata de entender un proceso que no es otra cosa que un perpetuum móvile que jamás comenzó o se inició.

Esa mente es Amor, posee cohesión, en tanto en cuanto no puede prescindir ni apartar a algún lugar, fuera de ella, alguna parte suya; dado que no habría donde segregarla pues el fuera o el afuera no poseen sentido alguno. Llegados a este punto intentaremos sacar las siguientes conclusiones:

La Mente Cósmica Global, de la que todos formamos parte y estamos constituidos, es infinita y eterna, no habiendo tenido ni un principio ni por lo tanto algún final definitivo; pero se encuentra sujeta a una diferencia de potencial, entre anarquía y cohesión que hace que su movimiento parezca senoidal.

Dentro de la Mente Global o Universal no existe una determinada jerarquía, al menos tal y como la concebimos la humanidad y donde la igualdad de todas sus células es indiscutible por la existencia de la Anarquía.

El tiempo solo tiene un sentido particular en el contexto dado entre dos puntos determinados de un Periodo Senoidal o Revolución; pero visto desde la generalidad del Todo, el tiempo también es irrelevante dado que solo existe un continuo sin un pasado referenciado, por un principio de existencia inexistente dado que siempre existió o de un imposible futuro  al no ser posible algún final definitivo en el que pudiera desembocar el río del tiempo.

Toda la matemática y física humanas construidas a partir de la aceptación del vacío, del cero o la nada es errónea, por principio, dado que parte de la premisa de la existencia de algo que es imposible que pudiera existir y solo suponen un freno para la evolución del pensamiento humano y de las técnicas que puede emplear con el fin de adquirir el conocimiento olvidado o de ponerlo en acción con el fin de obtener resultado prácticos. Esa es la causa de que no se haya alcanzado una Ley general de la física, dado que la física de lo muy grande es incompatible con la física de lo muy chico.

Allá de donde saquemos algo, ineludiblemente, siempre quedará algo, otra cosa, la que sea y que será la que ocupe el lugar desplazado. Allá donde coloquemos algo, este algo habrá desplazado a otra cosa visible o invisible, a la percepción de nuestros sentidos. Es por ello que la construcción física del big bang solo tiene sentido en tanto en cuanto esa explosión primigenia solo fue el comienzo de un nuevo periodo que podría acabar en un big crunch como final de dicho periodo y que éste último fuese el comienzo de su periodo sucesor; es decir un periodo transitorio entre un periodo precursor o anterior y otro sucesor o posterior.

Los físicos y matemáticos actuales, por usar una herramienta imperfecta y errónea son incapaces de entender la existencia del infinito sin acudir a su antítesis de la Nada, del cero, del vacío absoluto; cuando es justo lo contrario; dado que la demostrable existencia del infinito y de la eternidad invalida la posible existencia de lo que no puede existir por propia definición, el vació o la nada. Por lo tanto, para que las ecuaciones de los científicos pudiesen cuadrar deberían rectificar sus herramientas hacia la supresión del cero y de todo aquello que matemáticamente no tuviese dimensión alguna; dado que sin dimensión es imposible la existencia de algo y su filosofía intrínseca lo invalidaría.

El cero no existe pues cero es nada y la Nada no existe ni existió jamás. Es la abstracción por antonomasia. Siempre hay algo por minúsculo o invisible que pudiera resultar. El que exista algo infinitamente grande como la mente cósmica o global, el Pleroma de los Gnósticos, valida la existencia de algo infinitamente minúsculo que invalida la propia inexistencia de algo. Es decir ese algo por muy infinitamente diminuto que sea siempre será algo no nada; es decir, la existencia y la inexistencia son ecuaciones incompatibles y cualquier porción de la mente cósmica universal, por diminuta que sea, no deja de ser otra cosa que eso: La Mente Cósmica Universal.

En un Sistema Cósmico donde prima la infinitud y la eternidad, que sabemos que se manifiesta mediante un movimiento senoidal, es fácil entender que sus ciclos positivos, por ejemplo, serían los responsables de lo infinitamente grande y los ciclos negativos, por ejemplo, los de los semiciclos de lo infinitamente pequeño. Todo esto, visto de forma global, no sería objeto de distinción dado que lo infinitamente grande sería equiparable, en todo, a lo infinitamente pequeño y en consecuencia podemos deducir que en ambas partes, como en un modelo holográfico, se encontraría al completo la totalidad de la Mente Cósmica Global; es decir, ambas partes serían intercambiables. En un hipotético caso, cualquier Universo infinitamente grande pasaría a ser infinitamente pequeño y el pequeño, al instante, quedaría transformado en infinitamente grande.

Por otro lado, ese Pleroma de los gnósticos, de grandísima influencia del pensamiento platónico, no podemos decir que pudiera ser ese Dios desconocido padre de todas las religiones monoteístas, dado que no hablamos de un Ser o Entidad consciente, super consciente, mejor dicho, y plenipotenciaria y perfecta en todo asunto, sino que se trata de algo más bien similar a lo que se viene denominando como Madre Naturaleza o el panteísmo Spinozista.

Una Mente cósmica que no es buena ni mala y que actúa, generalmente, a prueba y error y particularmente, en ciertos casos, de forma consciente gracias a sus células despiertas y que solo se rige por las dos fuerzas intrínsecas que la mantienen en un perpetuo movimiento eterno, la de cohesión o del Amor y la anárquica o Libertad. Entre esas células de la Mente global despierta nos encontraríamos la humanidad con capacidad de realizarnos preguntas existenciales.

Es por dicha causa que, aunque los ateos tengan toda la razón del mundo de atestiguar que no existe algún dios, en el resto de sus apreciaciones se encuentran completamente extraviados dado que parten de esa premisa falsa, la filosófica del materialismo a ultranza: De que la Mente y por lo tanto la consciencia son una evolución lógica del proceso de evolución material; cuando la realidad es justamente la contraria; dado que es la Mente, el Espíritu de los Filósofos, quien organiza la materia dándole vida con el fin de poder manifestarse y tomar consciencia de sí, de su entorno e incluso de la globalidad del Ser al que pertenece y es.

Los Físicos conocen bien que la materia y por lo tanto la vida es un subproducto de la intangible energía que hace intentos por manifestarse en todos los rincones del Cosmos; es decir, la Energía es el Cuerpo Invisible de la Mente Global Universal; es decir del Pleroma.

Si a eso, algunos, lo quieren denominar como Dios están en su derecho; pero es un craso error. Dios, los dioses no existen y solo viven en la fantasía de la mente del Hombre. Esa Mente Global que somos nosotros mismos no se la puede denominar por infinita e inabarcable.

Espiritualidad sí, religión y dioses no. El problema surge cuando los grupos espiritualistas asumen para sí mismos los conceptos erróneos de su Madre la Religión, en una especie de vocación sincrética ideada, no cabe duda alguna, para intentar caer bien al mayor número de personas.

El verdadero espiritualismo es filosofía pura e intenta despertar, en cada ser humano, a su único y verdadero maestro interior sin imponerle reglas, doctrinas y dogmas que no podrían ser asumibles por quienes, como la especie humana, llevamos en nuestro interior, aunque de forma dormida, la plena naturaleza de la Mente Global Universal constituida de las dos fuerzas más poderosas del Universo: El Amor y la Libertad propias de un Librepensador.

Quien tenga entendimiento entienda


Luzbel