Páginas

domingo, 1 de abril de 2012

Almas Gemelas. Mis diálogos con Toño



(Basado en hechos reales)

1

Toc, toc, golpeé la puerta de entrada, de mi querido amigo del Alma Toño, con el aldabón de bronce. Como era costumbre, siempre solícito, no tardó demasiado en abrirme su casa.

-Ho, ho, hola Aralba –tartamudeó como de costumbre-, no te esperaba, pasa, pasa por favor no te quedes en la puerta.

-Necesito, con urgencia, hablar contigo –le dije a Toño un tanto excitado.

-Siéntate, siéntate, Amigo –me ofreció su mejor asiento del salón-, cuéntame que te pasa. Ya veo que debe de tratarse de un problema grave; pero ¿en que puede ayudar este humilde cacho de carne a un alma tan elevada como tú?

-Déjate de coñas, Toño, sabes que eso no es así. Yo te necesito quizá más de lo que tú me necesitas a mí. Pues, creo que después de tantos años buscando a mi alma gemela, la he encontrado y perdido en solo dos semanas.

-Carajo, Aralba, eso es rapidez. ¿Has intentado presentarte algún día a los premios? ¿Cómo se llaman leñe? Esta memoria mía me va a llevar a la ruina, sí, el Record  Guinnes ese o como se llame. Ahora en serio, tranquilízate y cuéntame, qué es lo que ha pasado y veremos si tiene alguna solución.

-Hace poco, por Internet, me presentaron a una muchachita, Carmela se llama, y que bien podría ser mi hija, por la edad lo digo. Ella es de centro américa y posee una excelente profesión. Bueno, el caso es que Carmela y yo pertenecemos a una misma fraternidad mundial y resulta que tenía que venir a Madrid porque quiere realizar una especialización de cirugía maxilofacial, dado que ella es odontólogo. No sé si por darme alguna sorpresa, me comunica que está aquí en Madrid. Yo no le había dado alguna importancia, bueno, salvo la fraternal que tiene dar la bienvenida al País a un Hermano e intentar hacerle la estancia lo más agradable posible. Evidentemente ella venía por negocios. Unas entrevistas de trabajo, pues ella no es rentista y necesita trabajar para poder pagarse los estudios.

-Todo eso es muy normal Aralba –interrumpió Toño mi larga perorata-; pero no entiendo a donde quieres llegar. No me digas, sí ya lo estoy adivinado ¿Un flechazo, eso es, has tenido un flechazo? ¡Aralba está enamorado!, esta sí que es buena. ¿Cuántos años llevas sin tratar con mujeres? La leche, esto es la leche.

-Toño, no te rías, leche, que es mucho más serio de lo que parece. Déjame acabar. Evidentemente solo la conocía por Internet y las fotos que tiene en su muro, con lo cual cuando la encontrara, en donde quedamos de la Puerta del Sol, no me costaría reconocerla; pero…

-¡No la reconociste!

-Todo lo contrario.

-Aralba, solo hay dos opciones o reconocerla o no hacerlo, no entiendo esa otra opción de la que me hablas.

-Eres la leche Toño, hay una explicación ¿vas a poder permanecer callado un tantito, solo un tantito? Sí, claro que sí. ¿Te acuerdas hará unas dos semanas que te conté que había tenido un sueño lúcido, en blanco y negro como de costumbre, que me había visto arrullado, castamente en un estado de paz extraordinario, en la cama con una mujer  y que al contrario que en otros sueños pude verle el rostro con bastante claridad? ¿Te acuerdas?

-Sí, si claro que recuerdo y dijiste que tenía un cierto, aunque lejano parecido con una antigua compañera de trabajo a la que nunca te unió ningún tipo de afinidad, no jorobes Aralba –sonrió Toño, no me vas a decir que se trata de la misma persona; pero ¿no era en blanco y negro el sueño?

-Ya, ya sé lo que me vas a decir, Toño, que podría estar condicionado inconscientemente para ver el rostro del sueño con la mujer con la que había quedado. Bien, es posible que tengas razón y yo simplemente me haya dejado llevar por una extraña ilusión que poco tendría que ver con la Realidad. El caso es que pensaba llevarla a una cafetería y tomar un sándwich, luego tener algún detallito con ella a modo de bienvenida y ofrecerle mis servicios para que cuando viniese, definitivamente, aquí a Madrid poder presentarla a la Fraternidad de aquí; pero fue tal el shok que me produjo que la subí al Restaurante del Corte Inglés.

-Aja –Toño me volvió a cortar-, ya me estás invitando a mí también. Nunca has tenido ese detalle conmigo. Se echó a reír demostrando que solo se trataba de una simple broma.

-Pero lo peor de todo viene ahora. Mientras comíamos, alentado por un buen caldito tinto de Ribera del Duero le conté el sueño y, poco más o menos le vine a decir que era, o al menos que podría tratarse de mi alma Gemela.

-Vaya cagada Aralba, Jobar ¿Cómo se te ocurre? Habrá echado a correr como Alma que lleve el Diablo. Se dirá que estás más loco que una chota y ¿Qué sucedió después de esa tu íntima confesión?

-Eso es lo malo Toño, quizá ingenuamente lo dije por ver si ella hubiese tenido una experiencia parecida en los últimos tiempos; pero me da que no. Eso si, Carmela, se comportó siempre de forma muy educada. La verdad es que es una buena chica y que se hace querer; pero sí, me da que tienes razón y la he cagado intentando ir tan aprisa. Solo había dos semanas y tras mi experiencia onírica me sentí con la libertad de hacer las cosas como las hice. De algún modo me decía: No pierdes nada en decirle lo que sientes, si ella es receptiva y es la persona adecuada, es decir mi Alma Gemela, el Destino se encargará de que lleguéis a estar juntos a pesar de todo lo que os separa, el Océano, la Edad… y si no lo es, pues nada, una experiencia más para vosotros y una amistad nueva.

-Entonces ¿Ya no volviste a verla más en el tiempo que estuvo aquí en Madrid?

-Bueno, sí y no.

-¿Cómo sí y no? ¿Ya estamos con las bivalencias?

-Fui yo quien le solicité que necesitaba verla una vez más antes de marchar para ofrecerle algún material de instrucción… ¿o fue ella quien me dijo que quería verme antes de irse? Ya no recuerdo...

-Ya, la escusa más vieja del mundo. Como persona educada, de buena formación y perteneciente a la misma fraternidad que tú accedió ¿No es cierto?

-Así es Toño en el mismo día de la semana que nos vimos la otra vez. Miércoles, el día de Mercurio, el Planeta que rige mi Signo Zodiacal Géminis. Bueno, eso puede ser una de tantas casualidades; pero solo me dedicó una hora dado que tenía muchas cosas que hacer y lo entiendo. Viene para realizar entrevistas de trabajo y se encontró con un Viejo verde romanticón que pretendía ocupar su valioso Tiempo. El caso es que siempre fue muy educada y considerada conmigo…

-Espera Aralba, no vayas tan rápido, me has comentado que lo del miércoles había sido una casualidad más. Supongo que te refieres a lo del sueño ese que me contaste. O acaso ¿ha habido alguna cosa más?

-Perdona Toño, sí, ciertamente doy las cosas por sentado como si tuvieses que conocer todo lo que me sucede y eso no es así. Bueno, el caso es que su Hermano trabaja aquí en España como Doctor y ella pues, como no podía ser de otro modo, se estaba alojando en su casa y resulta que está en el Barrio donde viví mis primeros cuatro años de vida aquí en Madrid.

-De acuerdo, Aralba; pero eso es algo no tan difícil que suceda. Sabemos que Madrid es muy grande; pero tú estabas condicionado a ser receptivo a cualquier matiz relacionado. No te fijas que las cazadoras negras están de moda hasta que las ves por todas partes y te dices ¡Que Carajo!, me compro esta prenda y resulta que todo quisqui la lleva. Esto no es así, todo el mundo ya la llevaba; pero tú no te dabas cuenta  y ahora que la tienes eres receptivo y te fijas de forma consciente en algo que antes también se producía; pero de forma inconsciente.

--Sé de lo que me hablas Toño; pero la cosa es un poco más compleja que todo esto, dado que el portátil que tengo averiado lo llevé a reparar y me dijeron que la falla no tenía reparación. Yo creo que más que de casualidades se trata de causalidades producidas por algún tipo de sincronicidad. Buscando por Internet, encontré un lugar que mandando los síntomas que tenía el aparato te daban presupuesto así lo hice; pero en ningún momento vi en que lugar de Madrid se encontraba el taller.

-Hotia Tío, ¿no me digas que se encuentra en el mismo barrio de Madrid donde ella se alojaba?

-Exacto, justo en frente del Mercado; pero no queda ahí la cosa. Resulta que Isidro que es el chaval que me atiende, al decirle mi dirección, me indica que justo en la misma calle del barrio en donde vivimos mi madre y yo, vive su abuela Carmela. ¿Me has oído bien Toñete? ¡Carmela!

-Supongamos que tienes razón Aralba y no se trata de simples coincidencias ¿Qué problema hay? Todo parece algo profético y vendría a interpretarlo yo como que estáis predestinados a encontraros con alguna finalidad. Quizá no vayas tan descaminado con el Tema ese tuyo de las Almas Gemelas. No tienes nada que perder. Estate quietecito de una vez por todas y si tenéis que estar junto pues todo se andará y si no pues nada ¿Qué problema?

-Gracias Toño, tienes toda la razón del mundo; pero lo cierto es que últimamente la he bombardeado demasiado con lisonjas, palabrería, y creo que la he podido saturar y espantar, sin darle tiempo a digerir tanta información; dado que no he sido capaz de distinguir lo que podría tratarse de afinidad, o filín, y exquisita educación, que sé que la tiene y mucha. Creo que me ha servido de mucho conversar contigo hermano. No sé que haría sin ti.

Toño sonrió.

-Tú ya sabes que me tienes a tu disposición para todo aquello que necesites y, ya te digo, no le des vueltas. Es posible que solo sea una leve obsesión tuya sin mayor importancia y que no debería hacerte perder el sueño, como me parece que te está pasando. Por el contrario, podría tratarse de ese algo cósmico y mágico al que tan aficionado eres y entonces habría aparecido  ese Ser que te tiene deparado el Destino para conseguir lo que desde tantos años bienes describiendo en tus libros.

-Por cierto, Aralba, no te he dicho si querías algo de beber ¿una Coca-Cola o un Wiski?

-No, Toño, tengo que marchar; pero gracias, muchas gracias por tu amena conversación. Creo que me ha ayudado mucho a clarificar mis ideas al respecto. Seguiré teniendo Fe en la Magia; pero quizá no esté nuestro destino fijado en esta Vida.

-Por cierto, Aralba, ¿llegaste a darle un beso en la boca?  Tú mismo sueles predicar que solo hasta que se da un beso en la boca no se puede conocer la afinidad de las personas. No, vas más lejos aún: que se transmite la información de las almas y entonces se puede reconocer si son hermanas gemelas o no, y si son afines o no.

-Tuve miedo pedírselo, Toño, tuve mucho miedo que me dijese que no y me pusiera mala cara. Solo nos hemos visto medio día y una hora. Quise colocarle en su cuello un humilde talismán y se las apañó para que no lo hiciera. No sé si lo hizo a propósito para que no la tocara o, como ella decía, porque quería observar con más detalle la belleza del medallón. No sé; pero no, creo que incluso llegué a decirle que no era el momento de resolver si éramos almas gemelas y que debíamos dar al Destino la oportunidad de que nos ofreciera una prueba más.

-Muy romántico todo, hermano mío; pero me da que has podido perder el tren del destino y que solo pasa una vez en la Vida. Ahora sí estoy contigo, de acuerdo, en que la has cagado del todo.

-Adiós Toño

-Adiós Aralba, ya sabes donde está tu casa.

Regresé a mi domicilio cabizbajo, meditando en la breve pero sustancial charla que había tenido con mi Amigo Toño, To solía llamarlo en otras ocasiones. Disculpa, me dije para mis adentros. Perdona Carmela; perdona por haber sido un maldito cobarde y haberme escondido detrás de la educación, lo oficialmente establecido y los buenos modales. Me sentí, en ese instante, dándole un beso de tornillo a una entelequia fantasmal surgida de un sueño en blanco y negro.

Aralba