domingo, 29 de junio de 2014

Despierta Jonás

Llevas mucho tiempo dormido, demasiado para un Inmortal como tú. Abre tu Corazón a la eterna llamada de tu voz interior y ponte en acción.

Nínive es un mundo sumido en un prolongado sueño y ya hace tiempo que sonaron las campanas del despertar. Necesitan tu voz Jonás. Te necesitan para recordar lo que realmente son: El Ser, la Palabra, la única Verdad.

Tanto tiempo sumidos en la idolatría, creando dioses donde nunca los hubo por la Divina Voluntad de su Cósmico Poder. Inmersos en un complejo de inferioridad que, a modo de manto de humo, han colocado sobre sus propias personas.

Debes recordarles, Jonás, que la somnolienta fantasía que parecen vivir tan solo es producto  de su infinita imaginación. Han creado un reflejo del Mundo Original; pero imperfecto e inconsistente.

Diles que deben desterrar de su memoria a los dioses que han creado para que yo, el Dios de su Corazón, pueda recobrar el trono de sus mentes.

Es el Miedo, producto de la Ignorancia, lo que les hace parecer horribles en sus acciones. Recuérdales que ellos no son así y que están obligados a armarse con la coraza del Amor con el fin de enfrentarse a la última y más importante batalla, en la que deberá imponerse la Luz de la Razón Celeste.

Ínstalos a que no vean sus cuerpos mortales como a su verdadero Ser, sino como lo que en realidad son: Ilusiones necesarias para la manifestación de Yo Soy en el mundo de fantasía que es su supuesta vida. Que no teman ni al dolor ni a la muerte, ya que son creaciones suyas impuestas en su guion con el fin de preparar el Camino para mi llegada.

Desperézate Jonás y navega por el Océano que conduce a Nínive, el Mundo de la Ilusión. Sé mi Profeta, del Dios de tu Corazón, allí para que con  el Poder de la Gnosis puedan, sus habitantes, reconocerme en su Corazón y despierten a la Verdad de su perenne divinidad.

Diles que mientras sigan intentado ponerme un nombre, lo único que consiguen es crear egrégores sin vida, sus propios dioses, y a los que veneran, con su mejor voluntad; pero también profunda Ignorancia, alimentando y engordando hasta hacerlos parecer reales.

Yo Soy no poseo un nombre humano, diles. Soy el Ser Eterno e Infinito que mora en todo y que es esencia de todo y fuera del que nada hay, ni siquiera dicha palabra en sí. Cada vez que intentan nombrarme con sus palabras mortales crean nuevos dioses y penetran cada vez más en ese profundo sueño del que tú primero y los demás debéis despertar.

Un Sueño que ya lleva demasiado tiempo activado y donde muchos creen haber encontrado su paraíso, otros su infierno y la mayoría un impenitente purgatorio.

Levántate y ve Jonás.


ARALBA