viernes, 21 de febrero de 2014

Y antes de la Singularidad Inicial ¿Qué?

Durante los pocos años, algo más de cuarenta, que llevamos investigando el Universo Oculto hemos podido comprobar como unos investigadores al copiar a sus maestros anteriores; además de traer hasta el presente las grandes verdades de antaño, también han arrastrado sus errores y esto es debido al Complejo de Inferioridad metafísico que poseen una gran mayoría de los discípulos, los cuales jamás cuestionan, con espíritu crítico, a los maestros, materiales, de los que han recibido la Cadena Iniciática.

Es curioso como todos los tratados esotéricos comienzan con una creación a partir de las tinieblas, el Caos, la Nada más absoluta que supuestamente, en esencia, lo contiene todo. Invariablemente nombran a unas jerarquías creadoras, supuestamente infinitamente más poderosas que el propio Ser Humano y que son tratadas como divinidades eternas e inmortales. Esto no es así, son tan solo entidades egregóricas creadas, con su propia esencia, por el Adam Original al penetrar, desgajándose, en una singularidad dentro del Pleroma, como no puede ser de otro modo.

La cuestión es que todos los investigadores de lo oculto siempre se han frenado en dicha singularidad y jamás intentaron cruzar más allá de ese velo de los misterios mayores con la excusa bíblica de que no podemos entender la mente de Dios como si esa Entidad fuese algo ajeno y separado de nosotros. Es cierto que no hay apenas información de lo que acontece y aconteció en nuestro plano instantes antes de que se produjese el gran estallido original; pero ello no se debe a esa falsa inferioridad manifiesta del Ser Humano, sino a que no posee memoria de todo aquello que le sucediera con anterioridad a la manifestación vibratoria del Verbo.

Los propios arcontes, la legión de legisladores creados por nosotros mismos, se han ocupado de que jamás supiésemos la verdadera realidad: Que ellos nunca fueron dioses. De hecho no fueron ni criaturas vivas con existencia propia sino máquinas programadas con el único fin de mantener estable el teatro de la vida dentro de la singularidad de nuestro Universo. Hoy, las condiciones vibratorias se han afinado notablemente y algunos, mediante nuestros maestros internos o ángeles guardianes, hemos podido recordar no solo lo que sucedió a partir de la primera milésima de segundo en que el Adam primigenio pronunciara el Fiat Creador y que viene reflejado en la Doctrina Secreta y en sus múltiples reescrituras posteriores por parte de muchos y diversos autores y autoras, sino también lo que viene sucediendo en el Presente Continuo del Pleroma o Mundo Original de donde todo procede.

Fuera del espacio tiempo, fuera del árbol de la Vida, contenidos en una singularidad perfectamente aislada dentro de su propio seno existe el Origen de todo, el Pleroma constituido por una infinita masa semi-acuosa constituida por otra infinitud de moléculas individuales; pero unidas en su esencia, semejantes a minúsculas gotas de agua. Esas aparentes gotas acuosas  no son otra cosa que seres humanos originales, inteligencias eternas que siempre existieron en un Mundo donde nunca existió el Tiempo tal y como lo conocemos en nuestra dimensión espacio temporal; pero el Pleroma, a pesar de lo que se pudiera pensar, está en un continuo movimiento, creando, deshaciendo y volviendo a crear nuevas y diminutas singularidades espaciotemporales donde los teatros de la Vida son interpretados de infinitas formas y manifestaciones.

El Pleroma es como una esfera infinita sin circunferencia y cuyo centro se encontrase en todas partes, cuyo contenido no fuese otra cosa que un cerebro mental sin límites ni dimensión posible y donde lo que una de las moléculas piensa o decide es conocido, al instante, recordemos que no hay Tiempo en el Pleroma, por cualesquiera de sus hermanas; pero dado que en el Cuerpo del Ser Pensante no es posible recrear el Tiempo ni el Espacio tal y como lo vivimos en este presente mundo, las moléculas o gotas acuosas del Pleroma reproducen, en sí mismas, especie de burbujas, a modo de agujeros negros, donde colapsan, pasando de la infinitud a la finitud y recreando con la infinita sustancia de sus cuerpos y mentes todo el escenario eónico, estelar, que constituyen los Universos donde la vida y la consciencia espacio-temporal prospera.

Lo mencionado es lo que viene sucediendo en el Pleroma, desde siempre, dado que ni el Pleroma ni su Sustancia, el Pensamiento, la Mente Infinita, jamás fueron creados por nada ni nadie ni surgieron de algún existente o inexistente lugar.  Son preexistentes. Reconocemos de la dificultad de intentar comprender la infinitud por parte de una Criatura, nosotros, que nacemos vivimos y morimos, dentro de un Mundo Finito sujeto a la dualidad y al espacio-tiempo sin poseer la memoria de lo que realmente fuimos antes y que en verdad jamás hemos dejado de ser: Seres infinitos, inmortales y células pertenecientes a una única unidad indivisible.

Por lo tanto, lo que viene sucediendo en la Sustancia etérica del Pleroma, desde siempre, es la recreación permanente de singularidades espacio-temporales, a modo de burbujas dentro del propio cuerpo del Pleroma, donde manifestar de muy diferentes formas el pensamiento inmanifestable; pero nunca inconsciente del Ser único y Eterno que somos y al que pertenecemos. Algunos equivocadamente lo vienen denominando Dios, dioses y de otras múltiples formas; pero en realidad no es, nada más y nada menos, que pura energía mental en una bulliciosa actividad neuronal, permítaseme la metáfora, que viene sucediendo desde un infinito pasado hasta un infinito futuro o si se me permite la única Verdad, un Eterno Presente.


Aralba