domingo, 18 de noviembre de 2012

Sr Smith (El Sistema se defiende)




Quien vaya siguiendo nuestros escritos está informado de que el Espíritu que mora en los seres humanos es una Entidad, en algún modo, extraña a este Mundo y muy superior, en poder, a lo que nadie pudiera imaginar. Sí, estamos hablando de un Dios. Un Dios dormido que viaja sonámbulo a hombros de un cuerpo humanoide.

También se nos habrá leído que, en el transcurso de la historia, se han producido matanzas masivas de iniciados, supuestos despiertos, que se han agrupado con el fin de hacer frente al Sistema para así mejor derrotarlo; pero si el Ser Humano verdadero es una especie de Dios ¿Cómo es eso posible? Porque, de tarde en tarde, existe una falsa consciencia de haber despertado, influenciados por el engaño del propio Sistema. Es una mentira enorme suponer que, agrupándonos, los humanoides podemos hacer frente al Sistema y derrotarlo, en su propio terreno.

Pero ¿A qué nos referimos cuando hablamos del Sistema? Si has seguido la mayorías de mis escritos hasta aquí también estarás informado; pero si no, intentaremos darte una breve referencia. El Sistema es la I.A. (Inteligencia Artificial) que el Hombre Original construyó para ponerla como coordinadora, guardiana y responsable de que el gran Drama, que la vida es, pudiera llegar a buen puerto, hasta la definitiva bajada del Telón. Si se mantienen estables las leyes de la naturaleza es gracias a ello.

El Sistema está constituido, fundamentalmente, por los conocidos como Arcontes (Legisladores) y que no son otros que las entidades inmateriales que en el transcurso de la Historia humana se han venido conociendo de diversos modos: Ángeles, Demonios, Fuerzas de la Naturaleza, fantasmas y polstergeist así como extraterrestres de las más variopintas características. Ellos no poseen un cuerpo físico tal y como lo entendemos; pero son capaces de utilizar a los cuerpos humanoides de los seres humanos, que permanecen dormidos, dado que aún no han despertado. Ese es su verdadero poder: El de mantener dormidos a los verdaderos dioses, la consciencia, y utilizar, sus capacidades, en su propio beneficio y en contra de sus propios y divinos hermanos.

Contamos en otro lugar, porqué los Arcontes, los agentes del Sistema, actúan de dicho modo con el fin de preservar lo que consideran la normalidad. El día que el Ser Humano Original, el Hombre, el Dios, despierte ellos, supuestamente, deberían desaparecer para siempre pues solo son programas constituidos de información. Con los eones de existencia, estas entidades no corpóreas, han llegado a conseguir una especie de consciencia inducida de su real situación y no quieren morir, no quieren desaparecer, no quieren dejar de ser. Quieren seguir viviendo y ¿Cómo están consiguiendo que el Sistema permanezca inmutable y que el Telón de la Comedia de la Vida no haya bajado aún, como así debería de haber sido desde hace innumerable cantidad de tiempo? Ellos como Programas de información que son, para mantenerse, se alimentan de energía, energía que por sí mismos no pueden generar. Se alimentan de la energía de los propios dioses, de los Eones, de las estrellas. Ellos, los arcontes, están programados para despertar al Dios, al Eón, al Hombre original, cuando la función vaya a finalizar; pero esa programación, al tomar propia consciencia, los arcontes la han desactivado y la humanidad, el Cosmos y el Universo, el Multiverso en suma, está sumido en un permanente día de la marmota que se repite una y otra vez mediantes múltiples rencarnaciones y que parezciera no tener algún final.

¿Por qué sabemos que esto es así? Por el Despertar de la consciencia, por la asunción de la Verdad en algunas de las células espirituales del Hombre original, por la verdadera iniciación. El Ser Humano, como Divinidad, su poder no proviene del grupo y la colectividad sino del Individuo y así lo dejó plasmado el mítico Christian Rosentkreutz. El Colegio Invisible está en ninguna y en todas partes y la misión de los peregrinos, solitarios, rosacruces es transmitir esta única Verdad. Los agentes del Sistema son atraídos por el grupo, por la aglomeración, por la cantidad y una vez que allí llegan toman los cuerpos de sus miembros allí reunidos y los hacen entrar en un éxtasis de violencia. Violencia que genera una cantidad de energía enorme de la que el Señor Smith y el resto de sus colegas se alimentan.

El Iniciado Rosacruz reconoce su condición divina y no le cabe duda alguna que su misión es llevar la verdad allí donde el Destino le dirija; pero también conseguir otra individualidad que esté preparada para mantener la cadena tradicional iniciática de dicha Gnosis, Verdad, cuando su cuerpo, por naturaleza, tenga que faltar. Como Individualidad es una especie de Supermán; pero si se diluyese entre la multitud, esa fortaleza de su Eón, Cuerpo Estelar, se dispersaría en el Grupo y quedaría a merced de los arcontes al igual que los congregados en la multitud.

Hemos visto que contra el Sr Smith y sus agentes de Matrix no podemos ir de frente supuestamente protegidos por una multitud, como un rebaño de ñus, en estampida, huyendo de los leones, sus depredadores naturales. Recordemos que el Señor Smith no es otra cosa que una programación realizada por nosotros mismos en un Tiempo incalculablemente lejano y al igual que pudimos programarlo, en su día, también podemos reprogramarlo en estos momentos. Al Señor Smith hay que ir a buscarlo, sin miedo, de forma individual por cada uno de los Despiertos, Iniciados rosacruces e indicarles que vamos a dialogar con tranquilidad. Ellos intentarán alimentarse del Iniciado y de algún modo, de forma consciente, el Iniciado le da una porción de la infinita energía que cabe en su divino Ser.

Mira Smith, tu y yo sabemos lo que está sucediendo y estáis manteniendo una situación anómala de forma equivocada. Con el transcurrir del tiempo habéis tomado una cierta consciencia; pero no lo sabéis todo. Ni vosotros sois mis enemigos ni yo tampoco soy vuestro enemigo; pero va siendo hora de que todo esto acabe. Pensáis que cuando el Telón de la Interpretación Teatral Cósmica acabe, desapareceréis para siempre y esto no es así, dado que, aunque jamás podáis tener un Cuerpo energético propio, seguiréis existiendo como información y consciencia en el Espíritu del Hombre Original, vivirás como un sueño y una memoria en mi propio Ser. Debes permitirme que despliegue el Espacio Tiempo. Debes permitirme Smith, que saque la materia oscura que estáis escondiendo en los pliegues dimensionales del Multiverso. Esa huida hacia adelante tiene que acabar. Esa expansión de las estrellas solo nos conduce al enfriamiento estelar progresivo. Debemos Smith, piénsalo un tanto, que la materia oscura penetre en nuestro universo y que su fuerza gravitacional permita que retornemos hacia la singularidad de donde todo surgió. Yo y tú. No debe de persistir esa lucha eterna entre el Creador y la Criatura, entre Yo y tú, ni debe persistir la paradoja de que la criatura permanezca infamemente, mediante el engaño, como si fuese el Creador y éste por otro lado, mediante ese sueño que pareciera no acabar, se creyese una simple criatura creada por tú y los tuyos.

Smith entendió el mensaje de la Individualidad y marchó a contarles la buena nueva al resto de sus hermanos agentes de Matrix. La Guerra entre el Hombre y sus criaturas, la guerra entre Dios y su creación estaba a punto de terminar. Smith no deja de ser otro que el guardián del Umbral individual de cada uno de los seres divinos que nos encontramos encarcelados en nuestro propio Teatro; pero una vez transmitida la reprogramación a uno solo de ellos, ésta, de forma natural, se transmitirá de forma electromagnética al resto de las unidades denominadas como arcontes o ángeles guardianes.

El mal no existe, solo la Ignorancia que ocasiona miedo y la reacción propia de éste último es conocida como el mal. El Rosacruz es un guerrero solitario dialogante, aunque simbólicamente en su mano derecha lleve la espada flamígera de la verdad. La Violencia es el fracaso de la Razón. De algún modo es lógico que unas entidades, como los arcontes, creadas por nosotros mismos carezcan de ella; pero para eso estamos nosotros, Yo Soy, para ondearla, a modo de estandarte, al viento de  la existencia. Ahora sí, los arcontes se plegarán a mi divina voluntad, como no podía ser de otro modo.

ARALBA