domingo, 23 de septiembre de 2012

Teoría Cuántica y Gnosis




1. Reflexiones desde la Teoría Cuántica de la Física

A medida que la ciencia avanza, la humanidad va encontrando mayores respuestas al misterio de la creación, un reencuentro entre lo espiritual y lo material, tal como por ejemplo se viene dando a las aplicaciones de la teoría cuántica de la física a diversos campos del conocimiento, como en psicología, fisiología, biología, y epistemología.

Se podría decir que los descubrimientos en física cuántica han revolucionado ampliamente la comprensión acerca del hombre y el mundo, como lo describe la película documental ¿Y tú que sabes? de gran acogida en el mundo entero.

Para comprender estos planteamientos, debemos retroceder a la evolución de la física, en un recuento que nos acerque a los postulados de hoy partiendo desde el descubrimiento del átomo hasta llegar al quantum.

El descubrimiento del átomo

Tal vez los primeros en sugerir la existencia del átomo fueron Leucipo y Demócrito pertenecientes a la escuela filosófica del atomismo en la Grecia antigua (siglo V a.C), cuando afirmaron que la materia está compuesta por pequeñas masas duras que se combinan en multiplicidad de formas con diferentes consistencias y cualidades a las que llamaron átomos (término que significa indivisible). Su concepción del átomo era, de pequeñas partículas indestructibles e impenetrables (porque no contenían vacío), que se mueven constantemente, combinándose para determinar las propiedades de la materia. Es por eso que ambos son considerados los padres de la primera teoría atómica de la materia.

Las leyes de Newton

En los siglos XVIII y XIX, la mecánica newtoniana o clásica parecía proporcionar una descripción totalmente precisa de los movimientos de los cuerpos, como por ejemplo el movimiento planetario. La mecánica de Newton sugería que Dios creó el mundo en consonancia con un plan personificado en las leyes naturales. Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX, ciertos resultados experimentales introdujeron dudas sobre si la teoría newtoniana era completa.

Según las nuevas observaciones acerca del comportamiento del átomo, que se esperaban, confirmarían las leyes de Newton, estas solo se aplicaban a los cuerpos celestes, no así a los átomos aislados. Los científicos reconocían la imposibilidad de elaborar una teoría de la acción molecular que englobara distintos fenómenos de la física, como la termodinámica, la radiación y la electricidad, tal como se entendían entonces.

Otro enigma para los físicos era la coexistencia de dos teorías de la luz: la teoría corpuscular, que explica la luz como una corriente de partículas, y la teoría ondulatoria, que considera la luz como ondas electromagnéticas. Un tercer problema era la ausencia de una base molecular para la termodinámica.

2. La mecánica cuántica

El primer avance que llevó a la solución de aquellas dificultades fue la introducción por parte del físico alemán Max Planck (1.900) de la teoría cuántica, basada en la utilización del concepto de unidad quántica para describir las propiedades dinámicas de las partículas subatómicas y las interacciones entre la materia y la radiación. Planck postuló así que la materia solo puede absorber o emitir energía en pequeñas unidades llamadas cuantos.

Otra contribución fundamental al desarrollo de la teoría fue el principio de incertidumbre formulado por el físico alemán Werner Heisenber en 1.927 y que afirma que no es posible especificar con exactitud simultáneamente la posición y el movimiento lineal de una partícula subatómica. En otras palabras, los físicos no pueden medir la posición de una partícula sin causar una perturbación en la velocidad de dicha partícula. Se dice que el conocimiento de la posición y de la velocidad son complementarios, es decir, que no pueden ser precisos al mismo tiempo.

La mecánica cuántica describe el átomo exclusivamente a través de interpretaciones matemáticas de los fenómenos observados. Con este fin, Planck desarrolló un análisis matemático conocido como mecánica de matrices que consistió en emplear no una ecuación diferencial si no una matriz infinita, formada por infinitas filas compuestas a su vez de un número infinito de cantidades. La mecánica de matrices introdujo las matrices infinitas para representar la posición y el momento lineal en el interior de un átomo.

A partir de estos descubrimientos, surgieron grandes interrogantes: ¿Es caprichosa la conducta del átomo? ¿Si es así, entonces el átomo y por tanto, la naturaleza no están sujetos a ley alguna? Si no es posible determinar con precisión justamente la posición y el momento de una partícula ¿Cómo determinar el curso de la naturaleza?

La materia no siempre es lo que hemos creído que es, algo sólido y estático. En el átomo existen varios estados posibles que no se funden continuamente el uno en el otro, si no que están separados por pequeños espacios finitos. Un átomo puede saltar de uno de estos estados al otro, y puede ejecutar varios saltos diferentes. En la actualidad no se conocen leyes para saber cual de los saltos posibles tendrá lugar en una ocasión determinada, y se sugiere que el átomo no está sujeto a ninguna ley en este particular y que posee lo que podría llamarse por analogía: “libre albedrío”. No se sabe aún con certeza si existen leyes que rigen la conducta de los átomos aislados, o si la conducta de tales átomos depende en parte del azar.

Esto podría explicar la diversidad en la uniformidad, por Ej. Que las cebras todas tienen rayas diferentes o la inexplicable formación casual de dunas en el desierto, siempre cambiantes.

En otras palabras, se pasó del determinismo científico del pasado, a la idea del libre albedrío a un universo con unas leyes lo suficientemente amplias para permitir la transformación de la materia y su manifestación en infinidad de posibilidades.

Desde 1.925 no se han encontrado deficiencias fundamentales en la mecánica cuántica, la cual resolvió las grandes dificultades que preocupaban a los físicos del siglo XX y los nuevos campos de la física se han apoyado firmemente en ella.

Albert Einstein entregó avances importantes a la teoría cuántica y afirmó que ésta al igual que la teoría newtoniana y la ley de la relatividad general, también experimentará cambios profundos en el futuro.

La mecánica cuántica está en la base de los intentos actuales de explicar la interacción nuclear fuerte y desarrollar una teoría unificada para todas las fuerzas fundamentales de la naturaleza (teoría del campo unificado).

Los físicos teóricos como el británico Stephen Hawking siguen haciendo esfuerzos para desarrollar un sistema que englobe tanto la relatividad como la mecánica cuántica, es decir, una teoría cuántica de la relatividad entre las cuales existen diferencias teóricas.

3. El Libre Albedrío

El determinismo se basó en el campo de posibilidades que las matemáticas fijaban. Estas proceden de la operación binaria (racional) de nuestra mente. Desde el punto de vista de la mecánica cuántica, este campo limitado matemáticamente a un número determinado de posibilidades, se rompe para dar paso a un campo infinito de posibilidades.

La física y la astronomía clásicas describían un universo matemáticamente ordenado y con unas leyes estrictas que le daban un orden, dentro del cual, el ser humano no podía hacer nada distinto de ajustarse a ellas.

Con los nuevos descubrimientos, se cambió el enfoque determinista por el libre albedrío. Los seres vivos, incluido el hombre, están regidos por las mismas leyes que rigen la física, lo suficientemente amplias para permitirle actuar con libertad.

Eddington en su libro “La naturaleza del mundo”, planteó que la mente puede decidir que los átomos del cerebro realicen una u otra de las transiciones posibles de las partículas en un momento dado, produciendo resultados en gran escala conforme a su voluntad, de esta manera la marcha del mundo físico está expuesta a ser alterada por las voliciones de los seres humanos.

Esto le devuelve al hombre la posibilidad de determinar los sucesos. Cuando la “volición” traspasa los límites de las leyes naturales, ocurren prodigios, algo que explicaría los llamados “milagros” o el uso de facultades extrasensoriales.

Samael Aum Weor, describe el átomo como compuesto por materia, energía y autoconciencia, es lo que aún no descubren los teóricos de la física cuántica y que explica el movimiento autónomo de las partículas.

Las tres energías básicas del universo (positiva, negativa y neutra) están presentes en el micro y el macro-cosmos. En el átomo, son el protón, neutrón y electrón.

4. ¿Qué podemos conocer?

A partir de estos postulados, muchos paradigmas usados por las ciencias sociales y naturales, sufren un cambio trascendental. 

La teoría cuántica nos mueve el piso en todo aquello que hemos creído.

El problema del conocimiento (filosofía), de la constitución de la materia, (física) de las actitudes humanas (psicología) e incluso nuestra concepción de Dios (Religión) se amplía a nuevos horizontes.

La historia, como nos la han enseñado ha estado equivocada.

La materia no es lo que hemos creído que es, las cosas están hechas de partículas que en su mayor parte tienen vacío (Eter o Campo de Higgs)

Un átomo es como un bip de información, aparece y desaparece de la existencia, en un cambio constante.

Todo está compuesto por energía y vibración, una partícula es una onda extendida de posibilidades que puede estar en diferentes partes y luego caer en la elegida.

Los átomos no son cosas, son "tendencias"
Lo que llamamos real, es una proyección holográfica como muchas otras que existen y que desconocemos.

Estamos en un gran Iceberg del cual solo vemos la punta.

Le hemos otorgado una propiedad al tiempo para convertirlo en una serie de sucesos lineales, olvidando que la interacción y superposición de fenómenos es posible. Si el tiempo no es una sucesión lineal de hechos y nuestra conciencia puede plegar el fluir de sucesos de tal manera que podamos superponer fenómenos, entonces ocurre lo que los Mayas denominaron un Deja-Vu, el instante en que es posible traspasar las barreras espacio-temporales al ingresar a otras coordenadas.

¿Qué es la realidad que percibimos? ¿Es tan real?... y el sujeto que la percibe, ¿cómo la percibe? ¿dónde está la verdad?

El problema de la relación sujeto-objeto cambia. Si las cosas están integradas por haces, (vibraciones, ondas energéticas emitidas por partículas subatómicas) entonces aquello que conozco como Yo (el observador), también lo es, un haz de percepción que percibe otros haces ….. y que integra como "la realidad", (para él), el limitado mundo que hay a su alrededor.

Creamos los efectos de la realidad todo el tiempo, cada cual afecta el mundo exterior de acuerdo a sus condicionamientos o en el mejor de los casos conforme a su voluntad.

Percibimos la realidad como es por el prisma que elegimos, las fibras luminosas de nuestro cuerpo astral, que se alinean en una posición que permiten darle consistencia al mundo exterior, ubicándose en un punto específico.

Al mover esas fibras (durante el sueño, los estados febriles, los estados alterados de conciencia, mediante el uso de enteógenos, los trances extáticos u otras formas de alterar la realidad), se mueve el punto y las fibras se enfocan a otras realidades o mundos paralelos, que podemos confundir como delirio, sueño, alucinación, etcétera, pero no por ello menos reales que el mundo físico.

5. La conciencia cuántica.

Creamos “los efectos” de la realidad todo el tiempo. Ya no podemos entender al ser humano como ajeno a lo que le rodea, escindido del mundo "real". No existe un ahí afuera, independiente de lo que existe aquí dentro (del sujeto).

Cuando vemos un objeto, la percepción visual entra a través de nuestros ojos para ser decodificada por nuestro cerebro. ¿Quién ve? ¿Los ojos o el cerebro?

Es un error creer que el mundo está ahí independiente de mi experiencia. Creamos modelos de como queremos ver la realidad, y esta está coloreada por nuestras propias experiencias e impresiones.

El cerebro es un complejo neuroeléctrico, una gran red neuronal que responde de manera autónoma y muchas veces mecánica ante los estímulos que recibe del mundo exterior. No diferencia la realidad de lo que recuerda. Conecta y separa hechos del pasado, guarda en el inconsciente, lo que no quiere recordar, aunque está presente todo el tiempo.

Estamos condicionados por el cúmulo de vivencias que cargamos, buenas y malas y que determinan nuestra actitud frente a la vida. A fuerza de repetirnos ideas, creamos un falso sentimiento del yo y lo proyectamos al exterior.

La identificación con nuestros estados emocionales (conmiseración, orgullo, celos, ira, autocompasión, frustración, pesimismo, complejos de inferioridad o superioridad, temores, etc.) es la causa de nuestras patologías, inseguridades y defectos, lo que nos impide valorarnos en el justo valor que tenemos.

Existe una estrecha relación de causa y efecto entre nuestras impresiones (percepciones) y las funciones endocrinas del organismo.

Es la relación estímulo-respuesta descubierta por Pavlov, con el ejemplo del perro y la campanita, cada vez que iba a darle de comer a su perro, él tocaba una campana, y comprobaba que el canino segregaba saliva y jugos gástricos con solo tocar la campana, sin la presencia de alimento.

Esto demostró que los seres vivos, tienen reflejos condicionados frente a los estímulos que reciben, y que se refuerzan con el hábito.

En su libro Nociones fundamentales de Endocrinología y Criminología, Samael Aum Weor, describe muy bien la relación existente entre nuestras glándulas internas y nuestras actitudes psicológicas, nuestros defectos más arraigados y nuestras adicciones.

Estas explicaciones fueron reforzadas por los recientes descubrimientos de la bioquímica y la neurofisiología, que estudian las reacciones fisicoquímicas y neuronales del organismo que los pensamientos, emociones, sensaciones etc. producen en nuestro cuerpo.

Por ejemplo, el hipotálamo segrega ciertas sustancias como los aminoácidos que actúan sobre otros órganos del cuerpo, generando ciertas conductas, estados emocionales, etc. Tanto las sustancias de nuestras glándulas endocrinas como los estimulantes que ingerimos del exterior (drogas, alucinógenos, alcohol, cafeína, etc.) producen adicción.

La adicción tiene muchas facetas, somos adictos a la comida, al sexo, a los estimulantes, e incluso a las emociones. Nos identificamos con muchos estados emocionales buenos y malos, (orgullo, celos, ira, autocompasión, frustración, actitudes negativas, pesimismo, complejos de inferioridad o superioridad, etc.).

Son los defectos psicológicos o agregados psíquicos, que tienen independencia real y tienen embotellada la conciencia, los siete pecados capitales, las debilidades y flaquezas humanas.

Son formas energéticas que se hacen presente en nosotros como reacción mecánica a las impresiones exteriores, estimulando ciertas respuestas del organismo (excitación sexual, ante una imagen erótica, adrenalina, ante situaciones de ira y violencia, etcétera).

Desde el punto de vista de la mecánica cuántica, nuestras adicciones son bioquímicas.

En psicología revolucionaria, nuestras adicciones son efecto de la recurrencia producida por el ego.

Mi cuerpo no es algo escindido del contorno, sino parte de todo. Las enfermedades son trastornos fisiológicos que se generan en conductas inadecuadas, en su gran mayoría tienen origen en nuestro caótico mundo psicológico, del cual se derivan nuestra patologías más arraigadas.

Cuerpo y mente están estrechamente relacionados.

La manera como interactuamos en el medio (environment) determina lo que sucede en nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones.

Las impresiones que recibimos son la causa de nuestros estados emocionales y creaciones intelectuales.

La vida, no es otra cosa que un aprendizaje y una comprensión acerca del ser , que coexiste en un lugar y tiempo definidos.

La causa de nuestros problemas, conflictos, enfermedades, estados emocionales negativos, inseguridades y temores, radica en dicha comprensión.

La conciencia cuántica es llegar a entender la simplicidad dentro de la complejidad del mundo, auto-conocernos con miras a una transformación constante y radical y esa transformación comienza al digerir las impresiones es decir, al no identificarse con ellas, para lograr un equilibrio en nuestras vidas que se extiende a cuanto nos rodea.

Es necesario realizar un esfuerzo consciente, buscar el control de nuestras adicciones, encontrar un equilibrio para poder superarlas, y superarnos a nosotros mismos.

Cambiar las respuestas mecánicas a los estímulos internos y externos, mediante una revolución de la conciencia que solo es posible con fuerza de voluntad.

Se requiere salirse del determinismo para entrar en estados superiores de conciencia, mediante superesfuerzos.

Es el complemento de la psicología revolucionaria a la teoría cuántica.

Evolución e involución son leyes mecánicas,

Re-volución es un acto consciente.

Es el camino del superhombre.

Si nuestras emociones tienen su causa y manifestación en factores bioquímicos (la secreción de nuestras glándulas internas), el amor sería una forma de anticipar las emociones que tendría como fin el goce sexual.

Las gónadas sexuales, expelen ciertas sustancias (las feromonas) que estimulan el erotismo mediante el olor y el tacto.

Las hormonas tanto femeninas como masculinas determinan el rol sexual y potencian el instinto reproductor en todos los seres vivos.

Pero la capacidad de amar en los humanos, también tiene una particularidad. La diferencia del amor humano, radica en la capacidad de sublimar el instinto animal, en dominar la pasión desenfrenada, para transmutarla en algo superior.

Así, en la pareja que se ama de verdad, la cópula pasa a ser un connubio místico, trascendental, que sublima y volatiliza los efluvios orgánicos en sutiles energías espirituales.

Esta es la verdadera magia sexual, el Tantra Yoga, la práctica del Sahaja Mahituna, la unión de dos seres, uno que ama más y otro que ama mejor, el matrimonio perfecto del varón y la mujer. Desde este punto de vista, el amor es no solo algo fisiológico, sino espiritual.

6. Liberación consciente

¿Cómo puede el hombre despertar del “sueño mecanicista” para descubrir las maravillas de la creación, superarse a sí mismo y encontrar la felicidad?

Si es verdad que estamos en un mundo regido por 48 leyes mecánicas y que los astros determinan en gran parte el destino humano, que además estamos sometidos a leyes como la ley del péndulo y la ley de retorno y recurrencia, entonces, ¿donde queda la libertad humana?

Si somos condicionados por las adicciones y funciones endocrinas, ¿hay algún espacio para la autodeterminación? ¿Es posible hablar de libertad en el ser humano?

La teoría cuántica nos sugiere que el hombre goza del libre albedrío, a pesar de estar regido por leyes mecánicas. El determinismo y el destino inevitable, no existen más que como una de las tantas opciones posibles de realizar para el hombre. Es cierto que existen leyes mecánicas en la creación, pero también tenemos la opción de trascenderlas con esfuerzo consciente.

La teoría cuántica es la Teoría de las Posibilidades, de devolverle al hombre su capacidad par recrear la realidad, cambiarla y ampliar el horizonte de lo que conoce.

Ella coloca en nuestro regazo la comprensión de nuestra propia capacidad, para elegir el rumbo de nuestras vidas.

Bien y mal, desde el punto de vista de la teoría cuántica, son conceptos morales que provienen de la interpretación limitada del hombre acerca de la realidad.

Más allá del bien y del mal, está el superhombre, según F. Nietzsche.

El animal intelectual es un tránsito y no una meta, un proyecto por hacerse, el embrión del verdadero hombre, en estado de gestación.

Para que esa semilla germine, hace falta un requisito sine-qua-non es posible trascender a un estadio superior: la voluntad de poderío.

El Creador nos ha diseñado para un plan específico y nos da la libertad para participar de él. El hombre puede entrar a jugar en el escenario de la creación, como co-partícipe de ella, en una perfecta integración simbiótica de armonía y unidad con todo lo que Es.

Podemos desarrollar nuestros dones de intencionalidad, nuestra capacidad de hacer. Ya no hay limitaciones morales como preceptos a priori inconsistentes y sin fundamento, no hay un destino inflexible en el cual no podamos intervenir para modificarlo.

Existo yo y el mundo, es imposible escindirlos uno del otro. No es posible pensar en el mundo sin el yo.

Cada uno vive en su propio mundo psicológico, en él proyecta sus apetencias, deseos, impresiones, etc. para considerar lo que el mundo es desde su conciencia o inconsciencia.

La Liberación consciente comienza con un despertar para ver el mundo tal cual es (objetivo) quitarse el velo de Isis que nubla la conciencia (embotellada por el ego) para que la luz de la realidad pase a través del prisma verdadero (sin mis prejuicios) y entonces esa luz se desdoblará en una infinita gama cromática, más amplia y vasta de lo que creíamos.

Así podremos encontrar la maravilla presente en la vida de todos los días, la cotidianidad se convierte en la espontaneidad del momento presente.

Vivimos en el pasado o soñamos el futuro, nos percatamos poco del aquí y ahora, del momento presente inmediato. Es el Darse Cuenta (de Fritz Pearls) la atención alerta, el aquí y ahora, para descubrir lo novedoso a nuestro alrededor.

Es tener fe en el conocimiento y en las capacidades del hombre para descubrir los secretos de la creación, sus causas y sus leyes.

Pero no se trata de conocer las leyes del universo para alterarlas con fines oscuros o intereses ocultos, como lo hace la ciencia materialista, principalmente las ciencias biotecnológicas que están alterando el orden de la creación y poniendo en riesgo la vida del planeta con sus inventos (transgénicos, clonaciones, criopreservación, etc.) y la nanotecnología.

La teoría cuántica nos enfoca a ser testigos de la maravilla de la creación teniendo en cuenta una única regla: el respeto por ella, por la naturaleza, en sus múltiples manifestaciones con absoluta reserva de no interferir en las leyes naturales.

Este es el secreto que les permitió a antiguas culturas, alcanzar estados de evolución incomprensibles para nosotros y vivir edades de esplendor, porque comprendieron que la evolución del hombre se realiza con, y no contra la naturaleza.

Si el propósito de la creación es la vida sobre este único planeta entre todas las posibilidades, hasta llegar al momento último en el que la materia se hace conciencia en el animal intelectual llamado hombre, entonces no es un gran mérito dicen los científicos como Bertrand Russell, "ya que la civilización moderna no es el mejor ejemplo de perfección" (Ciencia y Religión, revista de occidente. p. 297).

El libre albedrío, como nos lo plantea la teoría cuántica, nos permite ser los artífices de nuestra propia vida, y entender que el propósito de la existencia, es engrandecer la creación y al Creador.

Tenemos la libertad de escoger el rumbo que hemos de tomar, la opción de convertir nuestro mundo en algo mejor o, en el peor de los casos de llegar a la absurda autodestrucción. El presente y por lo tanto, el futuro que nos espera está en nuestras manos y en la conciencia en cuanto asumamos sus grandes desafíos.

Al interrogante ¿qué podemos conocer? Podríamos responder: todo lo que esté al alcance del hombre.
Son infinitas las posibilidades en el universo, Podemos conocer y ser lo que queramos si superamos nuestras debilidades...